Coronavirus: respuesta a las dudas
La epidemia de coronavirus no ha parado de crecer en un año, igual que el número de personas contagiadas por COVID 19. Una buena información es la mejor manera de evitar que cunda el pánico. Revisamos y actualizamos continuamente esta información para adaptarla a una situación que cambia cada día.
¿Qué es un coronavirus?
Los coronavirus son una familia de virus que afectan principalmente a animales, pero algunos tienen la capacidad de transmitirse entre personas. Producen diferentes cuadros clínicos, que van desde un resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio agudo grave (SRAS-CoV), que surgió en 2002-2003, y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), en 2012-2013.
¿Qué es el coronavirus SARS-CoV-2?
Es un nuevo tipo de coronavirus que afecta a las personas, detectado por primera vez en diciembre de 2019 en Wuhan (provincia de Hubei, en China).
Se desconoce con certeza cuál fue la fuente inicial, probablemente un animal. El primer brote se identificó en un grupo de personas relacionadas con un mercado de animales vivos de Wuhan, aunque no existe certeza sobre el papel que este lugar desempeñó en el origen de la infección. De hecho, se sospecha que los primeros casos se remontan a varias semanas antes de detectarse este primer brote.
¿SARS CoV-2 y COVID-19: es lo mismo?
No exactamente. Aunque en la práctica se están usando como términos equivalentes, SARS CoV-2 es el nombre del virus propiamente dicho, mientras que COVID-19 es un acrónimo que hace alusión a la enfermedad que el virus causa en las personas ("coronavirus disease 2019", en inglés).
¿Cuáles son los síntomas de la COVID 19?
En la mayoría de los casos el cuadro cursa de forma parecida al de otras infecciones respiratorias habituales. Los síntomas más comunes incluyen fiebre y tos. Otros posibles síntomas son dificultad para respirar, congestión nasal, dolor de garganta, debilidad, dolores musculares o diarrea. Otro síntoma de sospecha es la disminución o pérdida del olfato y/o del gusto. También se han descrito ya diversas manifestaciones en la piel y sistema nervioso.
En casos más graves, la infección puede causar neumonía y afectación de otros órganos, como el riñón o el sistema cardiovascular, llevando en ocasiones a la muerte. Aún se desconoce mucho sobre los mecanismos que determinan el agravamiento, aunque se sospecha que en muchos de estos casos existe una reacción inflamatoria exagerada por parte del propio organismo y/o fenónemos vasculares asociados que aumentan el riesgo de trombosis, especialmente en personas predispuestas.
En general, los casos más graves afectan a personas mayores o con otras patologías (hipertensión, problemas cardiacos, enfermedades respiratorias, diabetes, etc.), dos colectivos en los que hay que extremar al máximo la vigilancia. La letalidad (porcentaje de personas fallecidas entre la población afectada) ronda en España el 1%, aunque existe una divergencia significativa por edades y también entre diferentes países.
En niños y jóvenes la infección suele cursar de forma más leve. Aun así, hay personas jóvenes y sin enfermedades previas seriamente afectadas, sin que a día de hoy seamos capaces de identificar de forma precisa cuáles son las más susceptibles. De ahí la importancia de que todas las personas, al margen de su edad y estado de salud, sigan escrupulosamente las medidas de prevención.
Un factor de riesgo de este agravamiento que sí parece ya identificado es el tabaquismo.
¿Hasta qué punto debo preocuparme?
Es muy importante distinguir entre lo que es el riesgo individual y el riesgo colectivo. El riesgo individual es bajo: incluso aunque me contagie, lo más probable es que solo sufra síntomas leves o incluso no desarrolle síntomas. Saber esto es importante para evitar ansiedad.
Sin embargo, nos encontramos ante una crisis de salud pública que ha puesto contra las cuerdas a nuestro sistema sanitario, ya que el número absoluto de personas infectadas y con manifestaciones graves es elevado y concentrado en periodos de tiempo cortos.
La preocupación, en este sentido, está totalmente justificada, pero debe canalizarse no hacia un miedo irracional, sino hacia el riguroso respeto de las medidas preventivas y a la vigilancia estrecha de los colectivos más vulnerables.
¿Puedo contagiarme? ¿Cómo se transmite la infección por el coronavirus?
A la luz de la evidencia acumulada, la transmisión del COVID-19 se produce sobre todo por contacto directo entre las secreciones respiratorias que una persona infectada genera al hablar, toser o estornudar con las mucosas (nariz, boca, ojos) de otra persona, y que rara vez alcanzan más allá del metro y medio de distancia.
El mantenimiento de la distancia interpersonal y el uso de mascarillas (sobre todo cuando no se puede mantener la distancia) se consideran fundamentales para contener la transmisión.
La infección también se puede transmitir por contacto directo e inmediato de objetos contaminados por las secreciones respiratorias de una persona infectada con las mucosas de boca, nariz u ojos, por lo que la higiene de manos es otro elemento fundamental para combatir la transmisión.
El virus puede además difundir a más largas distancias a través de gotitas de diverso diámetro (los llamados aerosoles) que quedan suspendidas en el aire. El alcance de esta transmisión aérea y su peso sobre el total de contagios han sido muy discutidos en la comunidad científica y no existe un consenso absoluto. Lo que sí parece claro es que el riesgo es mayor en lugares cerrados y poco ventilados en los que hay una elevada concentración de personas. De ahí que la ventilación de interiores y la recomendación de evitar lugares cerrados y concurridos también se consideren hoy día un elemento importante de prevención.
Más allá del contacto directo con las secreciones de una persona infectada, en teoría el virus puede sobrevivir durante un tiempo variable (desde unas horas a varios días) sobre superficies inertes si se dan las condiciones adecuadas de temperatura y humedad, pero hoy día esta no se considera una vía significativa de contagio.
¿Cuál es el periodo de incubación del coronavirus?
El periodo de incubación es el tiempo que transcurre entre el contagio y el desarrollo de los primeros síntomas. De acuerdo a la información disponible se estima que en el caso del virus SARS-Cov-2 varía entre los 2 y los 12 días, con un promedio de 5-6 días. El límite máximo de seguridad (de acuerdo también a lo que se conoce sobre otros virus de la misma familia) se ha establecido en 14 días.
Es importante ser consciente de este periodo de incubación, porque a diferencia de otros virus respiratorios el SARS-CoV-2 ya se transmite de forma significativa cuando la persona infectada está todavía sin síntomas.
¿Cuál es el tratamiento para el coronavirus?
A día de hoy no hay un tratamiento específico para el nuevo coronavirus. Por supuesto, los enfermos son tratados para aliviar los síntomas y, en los casos más graves, reciben tratamiento de soporte respiratorio.
Desde que estalló la pandemia se han ensayado protocolos de tratamiento con diversos medicamentos que los hospitales han aplicado en los casos más graves. Entre estos medicamentos se encuentran, por ejemplo, la azitromicina, la hidroxicloroquina, agentes antivirales (como el remdesivir) o, en aquellos casos en los que se sospecha la existencia de una reacción inflamatoria exagerada, los corticoides.
En este momento, y después que todos estos medicamentos (no exentos de importantes efectos adversos) hayan sido objeto de una reevaluación continúa, los corticoides son los únicos que parecen haber demostrado con claridad una utilidad real a la hora de reducir la mortalidad en los pacientes más graves.
No obstante, se siguen reevaluando los datos acumulados sobre estos y otros medicamentos, así como otras posibles alternativas terapeúticas.
¿Cuál es la situación de la COVID 19 en España?
El día 31 de enero se detectó el primer caso confirmado de COVID-19 en España correspondiente a un ciudadano alemán que había tenido un contacto estrecho con un paciente diagnosticado en Alemania. El 26 de febrero se tuvo conocimiento del primer caso confirmado de una persona de la que no constaban antecedentes de viajes, lo que demostró que el SARS-CoV-2 ya circulaba en el territorio español. Estudios posteriores han confirmado que, en efecto, durante el mes de febrero ya había una transmisión comunitaria significativa que en ese momento no se supo detectar.
A partir de entonces el número de casos aumentó exponencialmente, habiéndose contabilizado ya tres oleadas de expansión de los contagios.
Más de 3 millones de infectados
En marzo de 2021, un año después del estallido de la crisis, España contabiliza más de tres millones de infecciones confirmadas y más de 70.000 personas fallecidas, que en la realidad serán más, ya que muchos de los fallecimientos que se produjeron durante la primera oleada no se identificaron de forma precisa.
De hecho, según un amplio estudio de seroprevalencia, del que por el momento se han realizado cuatro rondas, alrededor del 10% de la población española habría sido ya infectada a finales de noviembre, aunque con importantes variaciones geográficas: Castilla-La Mancha, Madrid y las provincias de Segovia y Soria tenían por entonces prevalencias superiores al 15%, mientras que en Canarias y Galicia la prevalencia permanecía aún por debajo del 5%. Todo ello sin contar con los efectos de la tercera ola de expansión del virus en los meses de diciembre y enero.
Vacunación en marcha
En los últimos días de 2020 se aprobó la comercialización y el uso de las primeras vacunas anti-COVID 19. Siguiendo la estrategia establecida, se va vacunando a la población, comenzando por los mayores más vulnerables y los colectivos profesionales considerados esenciales.
Toda la información sobre vacunas anti COVID 19
Limitaciones y restricciones para frenar contagios
Una situación grave, que ha llevado a las autoridades a adoptar drásticas medidas de contención e incluso a la declaración de varios estado de alarma sucesivos que han supuesto (y siguen suponiendo) importantes restricciones a la movilidad de los ciudadanos. En cualquier caso, al margen de lo contemplado en los diferentes estados de alarma que han sido declarados a lo largo de la crisis, siguen en vigor medidas restrictivas y de prevención de obligado cumplimiento, plasmadas en el Real Decreto-ley de "nueva normalidad" aprobado en junio de 2020. Las comunidades autónomas, además, pueden decretar normas que vayan más allá de lo que establece este Real Decreto.
La página web del Ministerio de Sanidad actualiza a diario la información sobre coronavirus.
Información del Ministerio de Sanidad sobre Coronavirus
¿Qué puedo hacer para protegerme de coronavirus?
¿Cómo podemos prevenir el contagio? El cumplimiento estricto de las medidas de protección individual sigue siendo la mejor herramienta para controlar la expansión de la COVID-19. Estas pasan por:
- Lavarse las manos con frecuencia y a conciencia, especialmente después de contacto directo con personas enfermas o su entorno. El lavado de manos es una intervención sencilla pero muy eficaz a la hora de prevenir tanto la transmisión del COVID-19 como de otras infecciones producidas por virus, como el resfriado o la gripe. Basta con utilizar agua y jabón, nada más.
- Evitar el contacto innecesario con personas no convivientes, manteniendo en la medida de lo posible una distancia física de metro y medio y llevando en todo momento una mascarilla homologada.
- Si aun así quedas con personas no convivientes, procura hacerlo si es posible en exteriores.
- Si en ese momento no llevamos mascarilla, cubrirse la boca y la nariz con pañuelos desechables o con una tela al toser o estornudar y lavarse después las manos.
- Evita tocarte el rostro, en lo posible, en especial que las manos entren en contacto con la boca.
- Antes, después y mientras permanezcamos con no convivientes en espacios interiores, procura ventilarlos. Si las condiciones ambientales lo permiten, lo mejor es que la ventilación sea permanente y de forma cruzada (con apertura de puertas o ventanas opuestas o al menos en diferentes lados de la estancia) para favorecer la circulación del aire.
¿Son necesarios los desinfectantes de manos contra el coronavirus?
Si puedes lavártelas con agua y jabón, no es necesario recurrir a estos geles desinfectantes para manos, aunque se hayan puesto de moda. No obstante, sí que son una alternativa válida si no se tiene acceso al agua y al jabón. En ese caso, usa los que tengan una concentración de alcohol superior al 60%.
El lavado de manos frecuente con agua y jabón es una medida básica recomendada para combatir la transmisión de la COVID-19 porque funciona de dos maneras:
- Por un lado, tiene un efecto mecánico, de arrastre de los gérmenes.
- Por otro, este tipo de virus poseen una envuelta lipídica o grasa, que el jabón deshace. Eso deja a los virus indefensos.
¿Son útiles las mascarillas para evitar el contagio ?
A día de hoy se recomienda el uso de mascarillas homologadas por la población general en todas aquellas circunstancias en las que no resulta posible mantener las medidas de distancia física con otros ciudadanos. Se trata ya no de protegerse a uno mismo, sino sobre todo de reducir el riesgo de transmisión a otros por parte de personas que creyendo estar sanas en realidad están infectadas.
Aquellas personas que estén en contacto estrecho con infectados deben utilizar mascarillas de alta protección.
Infórmate sobre los tipos de mascarillas y su utilidad para prevenir el contagio del coronavirus:
Derechos de los usuarios: Viajes, cancelaciones, trabajo, impuestos...
Cancelaciones por coronavirus: OCU te ayuda a defender tus derechos
La alerta por coronavirus ha afectado en todos los ámbitos de la vida afecta a los viajes. Tras unos primeros momentos de incertidumbre, a medida que se extiende la epidemia y aumenta el número de contagios, se incrementan también las medidas de seguridad, que han culminado con la declaración del estado de alarma y el cierre de fronteras de España, decretándose grandes restricciones en la movilidad. Numerosos países están estableciendo restricciones a los vuelos procedentes de España (como han hecho Estados Unidos o países de Oriente Medio y América Latina). Infórmate sobre tus derechos: