De la malaria al COVID-19

La hidroxicloroquina y la cloroquina son dos medicamentos antimaláricos antiguos que con el tiempo han pasado a ser utilizados principalmente para el manejo de enfermedades crónicas de tipo autoinmune, como el lupus y artritis reumatoide. Ahora se están probando de forma experimental para tratar el COVID-19.

La epidemia de COVID-19 ha disparado la demanda

Aún no se conoce un tratamiento eficaz contra el nuevo virus SARS-CoV-2 responsable de la epidemia de COVID-19. Por eso los médicos de todo el mundo están probando con los medicamentos que ofrecen el más mínimo indicio, por débil que sea, de posible éxito. 

Eso es lo que ha pasado con la hidroxicloroquina, a raíz de la publicación de un pequeño estudio: a 20 pacientes con COVID-19 se les administró ese fármaco y se observó que al sexto día de tratamiento algunos de ellos dejaban de tener carga viral en sus secreciones nasofaríngeas. 

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En realidad, se trata de un estudio que en condiciones normales apenas se habría tenido en cuenta, dado que presenta una serie de limitaciones importantes en su desarrollo metodológico. De hecho, hay muchas dudas sobre los resultados observados entre la comunidad científica. 

Sin embargo, en la situación actual, los resultados de este pequeño estudio han generado enorme expectativa y conducido a que en los hospitales de todo el mundo se comience a administrar hidroxicloroquina o cloroquina a pacientes con COVID-19 disparando la demanda.

En el caso de España, el uso de estos fármacos se está realizando de forma experimental, dentro de unos ensayos clínicos autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). El objetivo es intentar medir con certeza la verdadera eficacia de estos dos medicamentos en el tratamiento de la infección COVID-19.

La AEMPS controla las existencias

Dada la demanda creciente de estos dos medicamentos, la AEMPS ha ordenado que los laboratorios no suministren más hidroxicloroquina ni cloroquina directamente a las farmacias. Todas las existencias han empezado a ser controladas por la AEMPS.

Las comunidades autónomas serán las que se encarguen de garantizar el suministro a las farmacias para que atiendan los pedidos de los pacientes crónicos de lupus o artritis reumatoide que necesitan esta medicación de forma regular.

Sé previsor y haz tu pedido con antelación

A modo de ejemplo, vamos a exponer cómo se está haciendo en la Comunidad de Madrid. Las oficinas de farmacia han dejado de almacenar estos medicamentos. Recibirán la cantidad justa y bajo pedido: solo para los pacientes que acudan a solicitar esta medicación. Por supuesto, la medicación debe haber sido prescrita por un médico.

La Comunidad de Madrid avisa que el pedido puede tardar 48 horas en llegar a la farmacia. Por tanto, es mejor que los pacientes no esperen hasta haber acabado completamente la medicación.

Si estás en esa situación, OCU te recomienda que acudas a la farmacia con cierto margen para encargar tu tratamiento. En Madrid podrás hacerlo como máximo 5 días antes de finalizar lo que tengas en casa. El personal de la farmacia te avisará cuando reciba el pedido para que pases a recogerlo.