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Precios del agua del grifo en 54 ciudades españolas

Hay grandes diferencias en el precio del agua del grifo entre localidades españolas ¡se puede pagar hasta el triple por el mismo consumo! Además las tarifas son poco comprensibles. OCU pide un sistema de bloques que incentive el ahorro y unas bonificaciones que garanticen el acceso a un consumo mínimo de agua con precios asequibles para las personas vulnerables. 

29 junio 2023
agua del grifo precios y tarifas en ciudades españolas

¿Cuánto cuesta el agua? 

Aprieta el calor y con las altas temperaturas sube también el consumo de agua en los hogares. El suministro de agua es el más imprescindible de todos los que llegan hasta casa y el precio al que la pagas puede ser una preocupación... o no, depende de dónde vivas.

OCU ha querido comparar los precios en todas las capitales de provincia españolas, incluidas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Además, se han incluido algunas otras localidades importantes por su población, como Vigo o Gijón. Cada ciudad fija las tarifas a su aire y compararlas no es tarea fácil.

Tarifas complicadas y bloques dispares

Lo primero que llama la atención al comparar el precio del agua es lo difícil que resulta entender las facturas y sacar conclusiones sobre los precios. Es cierto que ponerle precio al agua es complicado: la ley exige que se cubran los gastos del servicio, pero hay que buscar un equilibrio para que todos los residentes puedan pagar el agua, aunque tengan in­gresos bajos, al mismo tiempo que se pena­liza el despilfarro del preciado líquido. 

Varios servicios en un recibo

Las facturas incluyen los costes de distintos servicios del ciclo del agua, que no se llaman igual en todas las ciudades ni tienen el mis­mo peso dentro de la factura:

  • “Suministro”, pero también se puede desglosar en “Abas­tecimiento”, “Aducción”, “Distribución”: coste de captar el agua, tratarla para hacer que sea potable y distribuirla hasta los hogares.
  • “Saneamiento” o “Alcantarillado”: coste de re­coger el agua de los desagües.
  • “De­puración”(a veces se incluye dentro de “Saneamiento”): tratamiento de las aguas residuales.

Por término medio, de la factura final el 54% corresponde al suministro, un 45% al saneamiento (alcantarillado, depuración…) y un 1% por el equipo de medida o contador. Es frecuente que para cada concepto haya un importe fijo por disponer del servicio y otra parte variable según consumo. Sobre estos importes, salvo excepciones, se aplica el IVA del 10 % (21% para alquiler de contador).

También es habitual que se apliquen cánones provinciales o autonómicos para sufragar gastos concretos, muchas veces vinculado al saneamiento.

El difícil equilibrio de los bloques

Para la parte variable, la que tiene que ver con la cantidad de agua gastada, la mayoría de las ciudades aplican un sistema de bloques de consumo: un primer bloque a un precio más bajo y una serie de bloques sucesivos a distintos precios. Cada localidad decide cuántos bloques y cuántos metros cúbicos en cada bloque y a qué precio se pagan. Por ejemplo, en Cáceres se distinguen has­ta 8 bloques, mientras hay ciuda­des con tres o cinco bloques y Pamplona o San Sebastián tienen tarifas lineales. Para mayor lío, a veces se aplican bloques diferentes para el suministro que para el saneamiento, etc..

El precio más bajo del primer bloque se debería aplicar a un consumo esencial, que se sitúa entre 50 y 100 litros por persona y día. Por lo tanto, el primer bloque debería incluir unos 30 m3 al año, pero debería tener en cuenta cuántas personas viven en la casa, pues no es lo mismo una casa donde viven dos que otra donde conviven siete personas. Y es necesario que el precio de ese primer bloque resulte realmente de servicio esencial.

tarifas de agua-sistema de bloques-precio por metro cúbico de agua del grifo

El sistema de bloques debería penalizar el derroche, pero sus efectos en la factura final se diluyen. Si se analiza el precio por m3 para diferentes perfiles de consumo anual, es frecuente que el m3 consumido resulte más barato cuando se gasta más, como ocurre en Murcia, San Sebastián o Madrid. Los elevados costes fijos, que penalizan especialmente a hogares que consumen poco, tienen mucho que ver con este efecto.

Pagar el triple por el mismo consumo

Estimamos la factura anual para 175 m3, el consumo medio de un hogar de 3 o 4 perso­nas.

Como vemos, las diferencias son más que llamativas: mientras que los habitantes de Guadalajara pagan 164 euros por ese consu­mo, en Barcelona la factura sube a 520 eu­ros, más del triple. También en Murcia, Alicante, Palma, Huelva, Lérida, Tarragona y Cádiz las facturas superan los 400 euros al año.

 

Las dificultades de abastecimiento jus­tifican que las ciudades de la cuenca me­diterránea cobren precios más altos por el suministro, pero la elevada factura también tiene que ver con el encarecimiento de los gastos de saneamiento, algo que difícilmen­te se justifica dado que la labor de una em­presa depuradora no debería diferir mucho de un lugar a otro.

Costes fijos muy elevados

Un problema adicional son unos costes fijos demasiado altos en algunas ciudades, una política tarifaria que no incentiva el ahorro de agua. Esto ocurre porque los ayuntamientos optan por cubrir una parte considerable de los costes del servicio con la parte fija de la factura. Además, así se penaliza a las viviendas que no se usan todo el año.

Este coste fijo, que no depende del consumo de agua supera los 150 euros al año además de en Vigo, en Tarragona, Ceuta y Barcelona; frente a los poco más de 20 euros al año que se pagan en Valladolid, Guadalajara, Badajoz o Málaga.

Una subida del 2,2% desde 2020

El importe de la factura media en estos últi­mos tres años registra un ligero incremento del 2,2 %. En conjunto 22 ciudades subieron alguno de los conceptos, 10 bajaron sus pre­cios y 22 municipios los mantuvieron.

Entre las subidas más destacadas, Bilbao con un 16 %, donde han subido todos los conceptos menos el alcanta­rillado, y en Vigo con un 15 %. En Barcelona también ha habido un incremento que la lleva a tener, en estos momentos, el agua más cara de todo nuestro estudio.

Las mayores bajadas del precio del agua se registran en ciudades andaluzas al retirarse, de forma temporal por la crisis, el canon del agua gestionado por la comunidad autónoma.

Hay pocas bonificaciones y no son muy efectivas

Para asegurar que todos los usuarios puedan acceder a cierta cantidad a un precio razonable, existen tarifas sociales para el agua, al estilo del bono social eléctrico, con la diferencia de que cada ciudad las diseña con sus propios requisitos y descuentos.

Una de las bonificaciones más extendi­das es la de “familias numerosas”, que en algunas ciudades se completa o se sustituye por tarifas que tiene en cuenta las personas empadronadas en la vivienda. Sin embargo, las bonificaciones para colectivos con bajos ingresos no existen en todas las ciudades ni el ahorro es realmente significativo. Los descuentos en las ciudades caras suelen mayores, pero no impiden que la factura siga siendo más elevada que en otras. En Barcelona, un hogar con bajos ingresos que  disfruta de un 29% de descuento pagará 369 euros por 175 m3, más del doble que en Guadalajara, donde no hay descuento. 

OCU pide mayor claridad y garantías de acceso

El agua es un bien imprescindible por lo que es responsabilidad del Estado garantizar su acceso a todos los ciudadanos. La ONU estima que para pagar el consumo imprescindible de agua no se deberían invertir más allá del 3 % de los ingresos del hogar. Por ello, OCU pide a la Administración Central que promueva una tarifa reducida y única para los hogares vulnerables, independientemente de la localidad en la que residan.

Además, como hemos visto, las tarifas del agua son de difícil comprensión y se aplican sistemas con criterios muy heterogéneos según la ciudad, algo que se debería revisar trabajando para lograr una armonización del sistema de bloques que los haga más justos y fáciles de comunicar a la población. En concreto, sería necesario:

  • Reducir el número de bloques a 3 o 4 como máximo.
  • Establecer un primer bloque a un precio muy ajustado que cubra el consumo básico indispensable y que se ajuste por número de residentes en la vivienda.
  • Abaratar los elevados costes fijos que aplican algunas ciudades trasladando costes del sistema a los bloques de consumos más elevados.

Corresponde a los ayuntamientos hacer un buen mantenimiento de las infraestructuras para reducir las pérdidas de agua en la distribución y llevar a cabo campañas de concienciación que potencien el ahorro.

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