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Riesgo cardiovascular, ¿cuál es el tuyo?

17 febrero 2023
Riesgo cardiovascular

En España, como en la mayoría de los países occidentales, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte por enfermedad. No fumar, llevar una vida activa, comer sano, mantenerse en el peso adecuado... son algunas de las mejores formas de prevenirlas.

Hay una serie de circunstancias o condiciones que aumentan la probabilidad de aparezcan o se desarrollen las enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, angina de pecho, etc.): son los llamados factores de riesgo cardiovascular. A la hora de abordarlos lo primero es conocerlos, especialmente aquellos que dependen de nuestro estilo de vida, y contemplarlos de forma conjunta.

Principales factores de riesgo cardiovascular

Entre todos los factores de riesgo cardiovascular, hay seis en los que se centran todas las campañas de prevención porque dependen de elecciones personales: la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes, el tabaquismo, el sobrepeso y el sedentarismo.

Eso no quita que haya más factores de riesgo, como el estrés, las emociones negativas, el aislamiento social o un nivel socioeconómico bajo. En la aparición de enfermedades cardiovaculares también influyen otras cuestiones, como la edad y la existencia de antecedentes familiares: de hecho, a partir de cierta edad o cuando hay historial familiar de enfermedad cardiovascular, toca cuidarse más.  

1. Hipertensión

Se habla de hipertensión cuando las mediciones repetidas de la tensión arterial indican unas cifras iguales o superiores a 140 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima o 90 mmHg de mínima. Si estás en esa situación, debes empezar por hacer una serie de cambios: evitar los excesos de sal, si tienes sobrepeso, intenta bajar unos kilos de forma saludable,  modera el consumo de cafeína y alcohol, muévete más... 
Conviene controlar la tensión arterial de forma regular: si, pese a todo, la hipertensión se mantiene por encima de 140/90 mmHg puedes necesitar un tratamiento farmacológico.

2. Colesterol alto

Tener unos niveles en sangre de colesterol total o del "malo" (o LDL) altos contribuye a que en las paredes de las arterias se formen unos depósitos grasos, las llamadas placas de ateroma. Y su proliferación está en el origen de problemas circulatorios, de la formación de trombos, etc.

Para prevenir, nada como ajustar la dieta y comer más frutas, verduras y legumbres, procurar que no falte el pescado azul y los frutos secos y reducir las grasas saturadas. 

Algunas personas necesitarán, además, tomar medicamentos reductores del colesterol durante unos años o de por vida. Aunque hay pacientes para los que el beneficio es tan bajo o los riesgos son tan altos que no merece la pena recurrir a las pastillas.

3. Diabetes

En la diabetes los azúcares que se forman en la sangre después de las comidas no son asimilados y empiezan a acumularse en demasía, causando daños en el organismo. Unos niveles de azúcar en sangre altos pueden endurecer progresivamente las paredes de los vasos sanguíneos.

¿Qué contribuye a su desarrollo? La influencia genética es importante, especialmente en la diabetes tipo 2 (la más frecuente). Pero también influye la inadecuada alimentación y el sobrepeso. Ahí es donde puedes tomar las riendas para prevenir su aparición.

4. Sobrepeso

Tener un IMC por encima de 25 es un riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles. Se ha comprobado que la obesidad incide de manera directa en el sistema circulatorio y en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Además de ser en sí misma un factor de riesgo, también incide en otros, como el desarrollo de diabetes o la hipertensión:  para las personas obesas, con un índice de masa corporal superior a 30, perder 5 kg puede reducir su tensión hasta 4 mmHg.

5. Tabaquismo

El consumo de tabaco causa miles de muertes prematuras al año, y además de su efecto en enfermedades respiratorias o cáncer, es clara su influencia en accidentes cerebrovasculares o en la hipertensión. Dejar de fumar puede suponer la frontera entre necesitar o no tomar pastillas contra la hipertensión.

6. Sedentarismo

Es un claro factor de riesgo cardiovascular: en caso de que no te veas capaz de hacer algún deporte, procura al menos moverte más: camina todo lo posible, lo más rápido que puedas; sube escaleras en lugar de usar el ascensor, etc. 

Hay que valorar el riesgo global

Contemplar de forma aislada un solo factor de riesgo puede tener consecuencias negativas, como la sobremedicación innecesaria. En una persona con una cifras levemente elevadas de tensión arterial, sin otros factores de riesgo asociados, lo más saludable puede ser hacer algunos cambios en el estilo de vida, y no precipitarse a tratar con fármacos. Y es solo un ejemplo. 

¿Cuál es tu riego cardiovascular?

Calcula tu riesgo cardiovascular

Es muy importante de considerar el riesgo cardiovascular de forma global.

Nuestra calculadora, ajustada a las características de la población española, puede ser de utilidad a la hora de tener una idea aproximada de tu riesgo cardiovascular.

insuficiencia cardiaca

¿Cómo disminuir tu riesgo cardiovascular?

Estos 4 principios te ayudarán a mejorar tu salud cardiovascular:

  • No fumes.
  • Evita el exceso de peso.
  • Muévete más: usa las escaleras, haz parte de los recorridos a pie... Lo ideal es sacar 30 minutos, si es posible a diario, para hacer un ejercicio moderado pero vigoroso. Caminar a buen ritmo es, por ejemplo, un excelente ejercicio al alcance de caso todo el mundo.
  • Come de forma saludable, ajustando la ingesta a tu grado de actividad física, y reduce la cantidad de alimentos procesados ricos en sal, azúcares y grasas, sobre todo de las saturadas. Que no falten en tu dieta frutas, verduras y legumbres, aceite de oliva, pescado azul y frutos secos. Y si en alguna ocasión has presentado la tensión arterial al límite, modera el consumo de sal.
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