Informe

Atención a la dependencia

27 septiembre 2022
Mayores cargo

La Ley de Dependencia busca dar respuesta a las necesidades de las personas que han visto mermadas sus capacidades físicas o cognitivas y que requieren de apoyo diario. El proceso de conseguir esas ayudas no es sencillo y, a veces, llega tarde. Aclaramos tus dudas sobre la dependencia y sobre el procedimiento que hay que seguir para que se reconozca una situación de dependencia.

¿Qué es la dependencia?

En una situación de dependencia hay una necesidad de apoyo externo como consecuencia de una pérdida de autonomía física o mental.

Hay muchas razones que pueden estar detrás, no siempre es por la edad

  • Puede ocasionarlo un accidente, una enfermedad grave o algún tipo de diversidad funcional.
  • Tiene distintos grados: puede tratarse de algún aspecto concreto del desempeño o funcionamiento diario de esa persona (movilidad, por ejemplo), o algo generalizado (ante una demencia avanzada, por ejemplo).
  • Aunque pueden evolucionar o aumentar, la situación de dependencia es permanente y puede afectar a personas de cualquier edad.

Dependencia y discapacidad no son lo mismo

Tener una discapacidad física, sensorial o intelectual no es lo mismo que ser dependiente. Por ejemplo, una persona con ceguera o sordera no necesariamente será dependiente, pero una persona en silla de ruedas o con movilidad reducida, es muy probable que necesite ayuda. 

La discapacidad engloba a un conjunto muy variado de personas y de necesidades. Hoy en día, se habla precisamente de diversidad funcional por eso mismo: porque su funcionamiento y autonomía diaria adquiere distintas formas.

Cuando la autonomía de estas personas se ve afectada de modo que requiere de apoyo o supervisión externo para poder funcionar con normalidad, se da entonces una situación de dependencia. Y según el caso, en distintos grados, es decir, necesitando de mayor o menor apoyo. 

Cronicidad y dependencia 

Las enfermedades o cuadros sociosanitarios crónicos suelen ser complejos, presentar una evolución desfavorable y afectar a muchos aspectos. En mayor o menor medida, merman la capacidad funcional de la persona a nivel físico, mental o social. Es decir, generan dependencia

Ante esto surgen necesidades médicas, psicoemocionales, sociales o materiales continuas y cambiantes, que requieren de una respuesta sociosanitaria integrada. Estos son los llamados cuidados de larga duración. Es el caso, por ejemplo, de las demencias, algunos tipos de cáncer, ELA, o simplemente, la vejez. Aunque en otros casos la cronicidad puede tener un origen social. 

El sistema de atención a la dependencia

Con la aprobación de la llamada Ley de Dependencia en el año 2006, se crea el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), que reconoce las necesidades sociosanitarias que se derivan de una situación de dependencia, y formaliza y diversifica los cuidados de larga duración. 

El paraguas de atención del SAAD es nacional, pero la gestión depende de de las distinas comunidades autónomas, que tienen transferidas las competencias en materia de sanidad y asuntos sociales. Por eso, aunque a nivel nacional lo supervisa el IMSERSO, hay disparidades regionales en la atención a la dependencia

¿Qué cubre el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia?

El SAAD comprende el conjunto de recursos y mecanismos provistos para la atención a la dependencia. Su objetivo es doble: cuidar y atender a las personas dependientes y sus familias, mientras se mantiene o se fomenta su autonomía funcional. 

De este modo, está diseñado para cubrir las necesidades del día a día de sus afectados que les permitan mantenerse en su domicilio:

  • Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD). Son las relacionadas con el autocuidado diario de la persona: acostarse y levantarse, aseo personal, vestirse, alimentarse, etc.
  • Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD). Son las relacionadas con actividades que permiten una vida independiente: limpiar, cocinar, hacer la compra o gestiones, manejar dinero, etc. 

¿Con qué recursos cuenta?

Según informa el IMSERSO, el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia contempla dos tipos de prestaciones a la dependencia: las económicas y los servicios, a los que se procura dar prioridad.

La dotación de las prestaciones depende de la valoración previa que realicen los equipos de trabajadores sociales, y de su disponibilidad en cada comunidad autónoma. 

  • Prestación de servicios. Son servicios externos dirigidos a promover la autonomía y atender la dependencia:
  • Servicios de prevención de dependencia y los de promoción de la autonomía personal.
  • Servicio de teleasistencia.
  • Servicio de ayuda a domicilio: cuidados personales (ABVD) y de atención de las necesidades del hogar (AIVD).
  • Servicio de centro de día y de noche: centro de día para mayores, centro de día para menores de 65 años, centro de día de atención especializada y centro de noche.
  • Servicio de atención residencial.
  • Prestación económica. Si los anteriores no se encuentran disponibles, se aporta una dotación económica que permita contratar los servicios para la promoción de la autonomía y atención a la dependencia
  • Prestación de asistencia personal. Es una asignación económica destinada a la contratación de un servicio de ayuda a domicilio en función de las necesidades asignadas por el equipo de trabajadores sociales.
  • Prestación para los cuidados en el entorno familiar. Es una asignación económica dirigida al cuidador principal que debe tener un grado de parentesco con la persona dependiente de hasta tercer grado. Esta opción es excepcional.  

Además, es importante saber que hay otro tipo de prestaciones y de ayudas dirigidas a la adecuación de la vivienda o a la compra de productos técnicos que promuevan la autonomía de la persona (sillas de ruedas, grúas, etc.).

Cómo conseguir las prestaciones de dependencia 

Para acceder a los recursos del SAAD es necesario realizar una valoración previa de la dependencia. Este es un proceso que no es sencillo para los usuarios: las vías de acceso, los requisitos y los tiempos de espera lo dificultan y complican. 

Solicitud de la valoración de la dependencia

El acceso al SAAD se realiza a través de los servicios sociales del ayuntamiento, comunitarios, del centro de salud, del hospital… en cada comunidad autónoma puede ser distinto y depende de dónde estén atendiendo a la persona que lo solicite. Lo más habitual es hacerlo a través de trabajo social del ayuntamiento o del centro de salud.

Valoración del grado de dependencia

En función de los criterios estipulados, el equipo de trabajo social valora si hay o no dependencia, y si la hay, el grado.

Para ello, hay que presentar toda una serie de papeles, certificados, justificantes de distinta índole y procedencia. El expediente puede rechazarse porque no se llega al mínimo estipulado. Si se reconoce la dependencia, se establece también el grado, que puede ser

  • Grado I de dependencia moderada.
  • Grado II de dependencia severa.
  • Grado III, grandes dependientes,

Infórmate bien de las alternativas, pues el proceso y recursos pueden cambiar si la persona vive sola, si hay dos beneficiarios…

Resolución del grado de dependencia

Cuando se ha detectado algún grado de dependencia, se elabora el Plan Individualizado de Atención (PIA), que define qué necesidades tiene esa persona y que recursos se le asignan, en función de su disponibilidad.

Los usuarios pueden elegir entre las opciones que se les ofrezcan o solicitar una nueva valoración de la dependencia si la situación ha cambiado con el tiempo

Largas esperas para conseguir la dependencia 

En cualquier caso, para acceder a estos servicios hay que armarse de paciencia. En cada paso que se dé hay una lista de espera considerable, y que una persona tenga adjudicado un grado de dependencia y unos recursos no significa que los vaya a disfrutar de inmediato. Por eso, nuestra recomendación es que iniciarlo cuanto antes

Según datos del IMSERSO:

  • En julio de 2022 cerca de 135.000 personas se encontraban a la espera de la resolución de grado, el 7% del total de las solicitudes.
  • Entre los que habían recibido una resolución favorable, casi 200.000 personas no contaban aún con la resolución de su Plan Individualizado de Atención (PIA) e, lo que supone el 13%. 

Una situación insostenible. Desde OCU pedimos que se tomen medidas para atender a las personas dependientes con más rapidez.