Diagnóstico cáncer: ¿cómo afrontarlo?

Miles de personas serán diagnosticadas de cáncer este año. Las buenas noticias son que la mortalidad ha descendido en los últimos años debido a los avances tecnológicos y médicos, al diagnóstico precoz y a la prevención, pero... ¿cómo afrontar un diagnóstico de cáncer? En este Día Mundial contra el Cáncer pasamos revista a algunas actitudes que pueden servir para enfrentarnos a ese duro impacto o para ayudar a nuestros seres queridos en ese momento.

Cáncer, una palabra maldita 

Un bofetón, un jarro de agua fría… así suelen hablar las personas que han recibido un diagnóstico oncológico, que también usan términos como shock, bloqueo, derrumbe, para definir sus reacciones en ese momento. El cáncer es una enfermedad grave, compleja, que nos enfrenta con nuestra propia vulnerabilidad y que genera una gran sensación de descontrol e incertidumbre. 

• Muchas personas consideran el diagnóstico oncológico como una sentencia de muerte cuando no es así. Como indica la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la supervivencia de las personas con cáncer en España no solo es similar a la de otros países de nuestro entorno, sino que se ha duplicado en los últimos 40 años. 

• Otra idea frecuente es el carácter impredecible del desarrollo de la enfermedad. Hay quien lo ve como una lotería. En realidad, aunque es cierto que hay muchos factores que no podemos controlar, también lo es que hay muchas cosas que podemos hacer para tratar de evitarlo: no fumar, mantener una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio, etc. De hecho, la OMS cifra entre un 30% y un 50% los tumores que se podrían evitar actuando sobre estos factores de riesgo.

Diagnóstico cáncer: un duro impacto

Es esperable, y comprensible, que tras recibir el diagnóstico de un cáncer tanto pacientes como familiares tengan reacciones emocionales negativas: miedo, ansiedad, tristeza o desamparo. Se entra en un mundo nuevo, el de la enfermedad, y comienza un proceso de afrontamiento y reajuste a la nueva situación, con sus retos, amenazas... El cáncer:

• Amenaza los cimientos de la vida del paciente y de su familia, a su proyecto de vida.
• Implica una serie de cambios y dificultades en la organización del día a día, por los cambios físicos, en las rutinas, en el trabajo.
• Pero también puede traer nuevas oportunidades de crecimiento o mejora en las relaciones… en definitiva, de ser capaz de enfrentarse a la enfermedad.

La tiranía del pensamiento positivo 

No hay una única forma de reaccionar ante la enfermedad, sea cáncer o cualquier otra. Estamos hablando de personas, diferentes, diversas. En los últimos tiempos ha surgido una tendencia optimista o positiva para gestionar el afrontamiento del cáncer: se transmite la idea de que hay que ser positivo, luchar, sentirse optimista ante la enfermedad. Pero, como indican Holland y Lewis (pioneros de la psico-oncología en el Memorial Sloan Kettering), este optimismo acaba siendo un auténtico tirano para las personas afectadas, pacientes o familiares.

¿Cómo se supone que tiene que sentirse una persona que acaba de recibir el diagnóstico de una enfermedad grave que supone una clara amenaza, como es el cáncer? Lo más importante es tener en mente que cada persona tiene su propio ritmo y necesidades y, a veces, la mejor manera de ayudar es respetarlos.

¿Cómo me puedo enfrentar a esto?

Afrontar la enfermedad puede resultar abrumador. Se trata de un proceso diferente para cada persona, pero hay cosas que te pueden servir de ayuda:

• Permítete sentir y desahogarte.
• Apóyate en tu entorno.
• Apunta las dudas médicas, del tratamiento, de los efectos secundarios…. y consúltalas con tu oncólogo.
• Pregúntate: ¿qué necesito?, ¿qué me ayudaría? Así podrás identificar qué necesitas reajustar, qué cambios hacer, etc., e ir poco a poco resolviéndolas, a tu ritmo.
• Si necesitas más información, recursos, alternativas... consulta siempre con tu médico o en fuentes oficiales y fiables.

Ayuda profesional

Buscar apoyo de un profesional de la salud puede ayudarte a adaptarte a la enfermedad, a los cambios físicos, laborales, estéticos, etc. Puede no ser necesario desde un primer momento, y quizá tampoco lo necesites más adelante, pero sí sería recomendable en ciertos casos:

• Si tu malestar psicoemocional se mantiene o va en aumento, o si interfiere claramente en tu día a día o en el de tu entorno.
• Si sientes angustia, tristeza, ansiedad, miedo que te bloquea.
• Si no es la primera vez que te enfrentas a un diagnóstico oncológico, o algún familiar ha fallecido por esta causa.
• Si tienes alguna enfermedad mental previa.
• Si tienes pensamientos o ideas suicidas. 

¿Cómo puedo ayudar a quien han diagnosticado cáncer?

Cuando diagnostican un cáncer a una persona querida, queremos apoyar y acompañarle en el proceso, pero no siempre es fácil. Cada persona reacciona de forma distinta.  

• Respeta su ritmo y sus necesidades: pregúntale qué es lo que necesita o cómo le puedes ayudar.
• Ten en mente que ayudar no siempre significa hacer que el otro se sienta bien: a veces lo que se  necesita es, precisamente, que alguien le permita sentirse triste, vacío, desasosiego….
• Evita inutilizar al paciente haciéndote cargo de las tareas u obligaciones que haya que hacer. Pero sí puedes “facilitarle la tarea” proponiendo, por ejemplo, hacer actividades juntos (buscar pañuelos, ir a un taller de maquillaje, acompañarle a una asociación de pacientes...).
• No minimices ni trivialices lo que está viviendo.
• Tampoco utilices un lenguaje impositivo: “lo que tienes que hacer es…”, o bien “tienes que sentirte…”
• A veces un abrazo, o coger la mano de alguien, es el mayor apoyo que se puede dar.  
• No olvides que, aun estando enfermo, sigue siendo tu familiar o allegado, seguirá siendo la misma persona y podréis seguir haciendo lo que que hacíais juntos, aunque probablemente ahora a un ritmo distinto.

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