Consejos

Cuidados de una persona dependiente

Cualquiera que tenga en su entorno a una persona mayor o dependiente sabe que su cuidado y atención requiere de mucho cariño, indudablemente, pero también de experiencia y conocimientos. El 5 de noviembre es el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, una ocasión para recordarles y mostrar agradecimiento. Desde OCU, además, recordamos algunas pautas para ayudar en la decisión de qué tipo de cuidados elegir para atender a un familiar dependiente.

05 noviembre 2021
cuidados domicilio

Casi el 20% de la población española tiene 65 o más años, según el INE, esto supone más de 9,2 millones de personas. Aunque la edad no es sinónimo de dependencia, a menudo sí están relacionados. Nuestro último estudio sobre la calidad de vida en la vejez revela que el 87% de los españoles entre los 65 y 79 años se considera completamente autónomo (aunque muchos necesitan ayuda para algunas tareas), pero también hay un 2% que es totalmente dependiente, y el porcentaje aumenta con la edad.

Lo cierto es que cada persona es diferente, su envejecimiento también lo es... y también los cuidados y la atención que requieren. 

Muchos mayores prefieren estar en su casa

Cerca del 50% de los mayores de 75 años prefiere residir en su propio domicilio antes que ir a vivir a una residencia, y sólo el 26% de ellos se iría a una si fuera dependiente. Entre la población general, acudir a la residencia es la última opción deseada. Así lo revelaba una encuesta de OCU realizada hace unos años.

Lo cierto es que muchos mayores siguen residiendo en su domicilio. Pero contar con los cuidados necesarios no siempre es sencillo, incluso con el apoyo de la familia: los recursos de ayuda a la dependencia y a mayores son claramente insuficientes. 

Distintas necesidades, distintos cuidados

Por otro lado, las necesidades de cada persona dependiente son diferentes, y también lo son los cuidados que se le deben proporcionar. No serán iguales los que necesite una persona mayor con demencia, que requerirá de cuidados progresivos, médicos, físicos, psicosociales, instrumentales o del hogar, que los que requiera una persona mayor sin grandes enfermedades pero con limitaciones de movilidad, por ejemplo, o carencias de memoria, que puede requerir más bien de asistencia en las tareas del hogar o compañía. Y por supuesto, los que necesita una persona más joven pero también dependiente.

Lo cierto es que no todos los cuidados, ni todos los perfiles de cuidador, sirven para todas las personas. En último término, son las necesidades, las posibilidades y las preferencias del usuario  las que deben determinar la elección. ¿Qué opción es mejor?

Cuidadores, grandes olvidados

De entrada, el cuidado a personas dependientes puede ser formal o informal.

  • Los cuidados formales son los dispensados por personas con formación y experiencia, y además remunerados. Pueden ser públicos o privados.
  • Los cuidados informales son aquellos proporcionados normalmente por no profesionales, a menudo familiares o allegados, y raramente renumerados.

Cuidadores familiares

La mayoría de los cuidadores en nuestro país son informales, fundamentalmente se trata de mujeres de entre 45 y 64 años. Son muchas las causas: desde la carencia de recursos públicos y la dificultad para acceder a otros privados, al arraigado hábito sociocultural que empuja a cuidar “de los nuestros” en casa, aun a costa de la salud, bienestar o independencia económica del cuidador. Cuidar de una persona dependiente es una labor encomiable... pero pasa una elevada factura, en términos de coste para la salud y el bolsillo del cuidador. Esta es una realidad que hay que tener siempre presente.

Cuidado profesional a domicilio

Otra opción es recurrir a los cuidados formales en domicilio, recurrir a un cuidador profesional que acuda al domicilio del mayor para realizar las tareas que se hayan contratado en función de las necesidades, que pueden ser puntuales, o constantes, 24/7. Este tipo de cuidados, ya sean públicos o privados, ofrecen indudables ventajas:

  • Aportan confianza y tranquilidad, gracias al conocimiento y experiencia con el que  los cuidadores cuentan en el cuidado de personas mayores.
  • Permite flexibilizar y adaptar el servicio: en el volumen de horas, en las necesidades de cuidado contratado y sobre el perfil del cuidador para adaptarlo en la medida de lo posible al mayor.
  • Ofrece protección legal a las familias que contratan estos servicios, pero también a los trabajadores que se contraten.
  • Dignifica el cuidado de los mayores y también el del sector de los cuidadores.

Eso sí, este servicio puede suponer una inversión considerable, por lo que es necesario valorar todo el conjunto y apreciar el valor del bienestar de nuestros mayores y el nuestro propio como familiares. De hecho, según la última encuesta de OCU sobre calidad de vida a mayores, 2 de cada 10 encuestados se encuentran en una complicda situación económica, que no les permitirá afrontar los gastos de su cuidado ni a domicilio ni en una residencia.

Cómo elegir el mejor cuidador para un familiar dependiente

Cada mayor, y su familia, deben optar por la opción que más les convenga. Acertarás siguiendo estas pautas:

  • En la medida de lo posible, ten cuenta las preferencias y la opinión del mayor o dependiente.
  • Identifica sus necesidades (físicas, instrumentales o sociales).
  • Identifica y valora tus propias posibilidades y disponibilidad en el cuidado del familiar: puede resultarte de gran ayuda preguntarte ¿qué necesito? y ¿qué me ayudaría?
  • Antes de decantarte por cualquier opción, busca información y orientación oficial de los servicios disponibles, su formato, o de las necesidades específicas que vaya presentando su familiar.

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