Trastornos del aprendizaje
Más que un lío con las letras y números
¿Las notas no han sido muy buenas? Lo cierto es que muchos niños tienen dificultades con algunas materias o determinados contenidos en el cole. ¿Tendrán algún trastorno de aprendizaje? No tiene por qué ser así, pero es conveniente conocerlos para poder identificarlos y tomar medidas para prevenirlos, pues se asocian con problemas y dificultades posteriores.
¿Qué es un trastorno específico del aprendizaje?
Un trastorno específico del aprendizaje afecta a la forma y a la capacidad del niño para adquirir conocimientos y habilidades básicos, como aprender a leer, escribir, calcular… Es un trastorno del neurodesarrollo infantil que va más allá de que le cuesten las mates o la lengua. Según la Asociación Española de Pediatría:
- Entre el 5% y el 15% de los niños españoles tiene algún trastorno específico del aprendizaje.
- En la mayoría de los casos, las dificultades se relacionan con habilidades de lectura.
- En otros casos, se vinculan con habilidades numéricas o de escritura.
Al contrario de lo que puede parecer, estos niños no tienen por qué tener un nivel intelectual por debajo de la media ni estar menos motivados que sus compañeros. Y, aunque a veces van de la mano, un trastorno del aprendizaje no siempre va acompañado de un trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
¿Cuáles son los trastornos del aprendizaje?
Los trastornos del aprendizaje engloban distintos trastornos específicos, cada uno sobre un área o habilidad concreta. Los más frecuentes son los referidos a la lectura, la escritura y el cálculo.
En general, comienzan a manifestarse habitualmente en edad escolar, y, según indican los manuales diagnósticos en salud mental, pueden presentarse con distinta gravedad, de más leve a grave. Cada uno de ellos requerirá una intervención acorde con el problema. Si no se abordara, el trastorno específico del aprendizaje puede afectar a su desarrollo académico y laboral, puede ocasionar mal comportamiento u otros problemas de conducta, baja autoestima, etc.
Dislexia
Este trastorno del aprendizaje es muy conocido, y parece que es el más frecuente de todos ellos. Los niños con dislexia tienen problemas relacionados con la lectura: les cuesta reconocer palabras o deletrearlas, tienen dificulades para comprender lo que están leyendo, con el ritmo, cadencia y fluidez de la lectura, cambian u omiten unas letras por otras al leer (y a menudo al escribir también).
Disgrafía
Este trastorno suele asociarse con dislexia, ya que afecta a los aprendizajes de escritura. Estos niños tienen dificultades con la escritura: al trazar las letras y palabras, tienden a confundirlas o intercambiarlas al escribirlas, les cuesta ceñirse a un espacio concreto, plasmar sus ideas o pensamientos, seguir los signos de puntuación y ortográficos, etc.
Discalculia
Estos niños tienen dificultades con los números y el cálculo: el sentido numérico, el razonamiento matemático, al comprender o memorizar conceptos aritméticos, les cuesta realizar operaciones matemáticas (sumar, restar, dividir…), u otros cálculos en general, o la resolución de problemas.
¿Por qué se producen los trastornos del aprendizaje?
No hay una causa única en los trastornos del aprendizaje. Los expertos apuntan a una combinación de factores genéticos, neurobiológicos y ambientales que afectan al modo en que funcionan las áreas cerebrales encargadas de estas actividades, y a veces también sobre su estructura.
Se sabe que antecedentes como el consumo de tabaco o alcohol durante el embarazo, un nacimiento prematuro o con bajo peso al nacer, una mala alimentación o una estimulación pobre, entre otros, aumentan el riesgo de desarrollar este tipo de trastornos.
Problema de aprendizaje o trastorno: ¿cómo distinguirlos?
No todas las dificultades que un niño puede tener en el aprendizaje de algunas materias o determinados contenidos son trastornos del aprendizaje. Hay que tener mucho cuidado con poner etiquetas o catalogar sin más ese problema como un trastorno, porque se corre el riesgo de estigmatizar sin necesidad, cuando a veces es una dificultad concreta y pasajera. No es sencillo diferenciarlo, pero ten en cuenta que:
- Un trastorno del aprendizaje es persistente.
- Incapacita la adquisición de conocimientos o habilidades posteriores.
- Las dificultades no terminan de desaparecer y el niño necesitará apoyo u orientación para solventarlas.
Qué hacer ante un trastorno del aprendizaje
Hay que dar a estos problemas la importancia que tienen, pues están directamente relacionados con los conocimientos o habilidades más complejos que se van adquiriendo con el tiempo. Desde OCU insistimos en algunas orientaciones:
1. Es necesario identificar cuanto antes estos problemas y abordarlos precozmente, así su pronóstico será más favorable.
- Aunque se trata de problemas que acompañarán siempre al niño, irán evolucionando y sus efectos podrán mitigarse considerablemente.
2. Cada trastorno específico del aprendizaje tiene sus propios signos: en la dislexia a los niños les cuesta deletrear correctamente, o en la disgrafía, leer con la entonación o fluidez esperada.
- En caso de sospecha, consultar con el pediatra y con el equipo pedagógico del colegio.
3. El abordaje debería ser siempre coordinado. Además de los pedagogos, un psicólogo educativo y un logopeda suelen ser los profesionales de referencia en estos casos.
- Las intervenciones necesarias pueden ser una adaptación o un apoyo puntual en el colegio, seguir algún programa intensivo, realizar actividades extraordinarias para trabajar la dificultad que sea, etc.