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Creo que mi hijo está deprimido, ¿qué hago?

Tu hijo no se comporta como es habitual en él. Está triste, desmotivado, nervioso… Puede que sean los altibajos emocionales propios de la adolescencia, pero ¿y si no lo son? Y es que no es fácil identificar un posible trastorno de depresión, y menos aún saber qué hacer. Aquí te contamos cómo puedes ayudarle.

05 julio 2023
adolescentes deprimidos

Creo que mi hijo está deprimido, ¿qué hago?

¿Qué es una depresión?

La depresión es un conjunto de trastornos mentales que se caracterizan por episodios de distinta duración e intensidad que impiden o dificultan funcionar con normalidad en el día a día (tristeza, desesperanza, pena, etc.). Los más habituales son la depresión mayor y la distimia. 

Ahora bien, no todo “bajón” significa que se tiene una depresión. A veces, un estado de ánimo bajo es normal y esperable (ante un despido, un divorcio, el fallecimiento de un familiar, etc.).

Causas y consecuencias de la depresión en adolescentes

Nos cuesta entender que un niño o un adolescente se deprima, nos parece un sinsentido, e incluso nos cuesta aceptarlo. Sin embargo, los trastornos mentales comunes (depresión, ansiedad y somatización), suelen empezar en la adolescencia. Según un informe de UNICEF España  del año 2022, el 15 % de los adolescentes españoles muestra síntomas graves o moderados de depresión:

  • En algunos casos, hay factores genéticos, neuroquímicos o endocrinos en el desarrollo de una depresión.
  • En otros, han tenido lugar determinados acontecimientos vitales estresantes, como la separación o el divorcio de los padres, problemas económicos importantes, acoso o bullying , el fallecimiento de un familiar, maltrato, etc.

Independientemente de la causa, lo cierto es que la depresión afecta a la vida del adolescente: su rendimiento académico se puede resentir, pueden realizar conductas de riesgo (beber o consumir drogas, agresividad…), desarrollar dificultades sociales, tener problemas de autoestima, etc.

Pero, sin duda, uno de los riesgos más importantes que conlleva la depresión es el suicidio, que se ha convertido ya en la primera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. Por eso, ante una sospecha de comportamiento suicida o en una situación de riesgo inminente, no lo dudes, llama al 024 o al 112.

¿Cómo sé si mi hijo tiene depresión? Síntomas

A diferencia de los niños más pequeños, en los que la sintomatología tiene que ver más con la conducta, entre los adolescentes la depresión se manifiesta de forma parecida a la del adulto. Para identificarlo hay que prestar atención a posibles cambios en el estado de ánimo o en el comportamiento del adolescente.

Sin embargo, la adolescencia es la etapa por excelencia de los altibajos emocionales… ¿y entonces? La diferencia está en que estos cambios se mantienen en el tiempo, son intensos y le dificultan el poder desenvolverse en su día a día:

  • A nivel emocional, verás que tu hijo se muestra apagado, decaído, con la mirada perdida; parece incapaz de afrontar sus tareas diarias o sus propias dificultades; se le olvidan cosas, y se ve de forma negativa, igual que su situación general o su futuro, que no le parece muy halagüeño; también puede estar más ansioso, agitado…
  • A nivel conductual, el adolescente se aísla de su grupo de amigos y se muestra retraído; su rendimiento académico empieza a resentirse; deja de hacer actividades que antes sí le gustaban, o si las hace no las disfruta; tiene dificultades para dormir y su alimentación también cambia (por exceso o por defecto); se le ve más agresivo o realiza conductas de riesgo, como consumir drogas, beber en exceso, llegar tarde a casa, conducir de forma temeraria, etc.

¿Qué puedo hacer para ayudarle?

Hay que estar atento y disponible para abordar cualquier dificultad que tu hijo adolescente pueda experimentar, sean síntomas depresivos o no.

Ante cualquier sospecha, te recomendamos que solicites ayuda a un profesional de la salud. Además, te damos otras orientaciones para ayudar a tu hijo:

  • Comunica. Mantén un canal de comunicación abierto con tu hijo, no solo ante los problemas, sino a diario y desde bien pequeñitos. Así tendrán la costumbre de recurrir a ti ante cualquier dificultad.
  • Acompaña. Muéstrate cariñoso, cercano y empático con lo que está experimentando. Empatiza y valida sus emociones.  
  • Sé genuino. Evita minimizar o ningunear lo que está sintiendo tu hijo; para él es difícil y le genera malestar. Evita recurrir a frases hechas del tipo “el tiempo todo lo cura”, “yo a tu edad…”.
  • Mejor juntos. Dedica tiempo a tu hijo, a estar con él, conversar y compartir sus aficiones, tanto si se enfrenta a dificultades concretas como si no.
  • Hábitos de vida. Fomenta hábitos saludables en la alimentación, el descanso y el ejercicio físico; procura que haya un equilibrio entre actividades online (videojuegos, móvil…) y offline (deportes, actividades culturales…). Ante episodios o síntomas depresivos, mantén una estructura diaria en las horas de sueño, al acostarse y levantarse, en la higiene diaria y la alimentación.
  • Pide ayuda. Ante cualquier duda o sospecha de una depresión, consulta con el pediatra de tu hijo o con un profesional de la salud mental.

Más información sobre el tratamiento de la depresión y la salud mental en la adolescencia:

Consejos salud mental en la adolescencia

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