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¿Cómo interpretar un diagnóstico en salud mental?

16 febrero 2023
diagnóstico salud mental

Cuando acudimos a los profesionales de la salud en busca de información y ayuda, en ocasiones recibimos el diagnóstico de un trastorno mental. ¿Sabes cómo se llega a ese diagnóstico, qué significa y qué implicaciones tiene? Infórmate sobre cómo interpretarlo.

Muchas personas, tras haber acudido a un profesional de la salud reciben un diagnóstico, es decir, les dicen “esto es lo que te pasa”: ansiedad generalizada, distimia, agorafobia, trastorno del estado de ánimo mixto, etc. Es una palabra (o una frase), que pretende explicar el malestar que se está experimentando. Pero ¿aclara eso algo al paciente?, porque puede que se encuentre casi más perdido que al principio.

¿Cómo se hace un diagnóstico en salud mental?

Como en cualquier otro tipo de afección, el diagnóstico debe realizarlo un profesional de la salud entrenado para ese fin: el médico de familia, un psiquiatra o un psicólogo clínico. El proceso puede durar varias sesiones, y se realiza en un ambiente cálido, cercano e individualizado

  • El profesional recopila información sobre el malestar y los síntomas de la persona (tristeza, opresión en el pecho, desinterés, etc.), pues en la mayor parte de los casos, no hay marcadores biológicos que indiquen o confirmen un trastorno o enfermedad mental.

  • En algunos casos pueden aplicarse baterías diagnósticas: un conjunto de test diseñados y validados para discriminar algún trastorno. Por ejemplo, para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), o para medir el estado de ansiedad.

  • También se debe tener en cuenta la historia clínica de la persona, sus antecedentes y contexto y situación personal.

Una vez recogida la información, el profesional emite su diagnóstico basándose en los manuales diagnósticos y en su propio juicio profesional.

Para algunas personas, recibir el diagnóstico supone un alivio, una explicación a lo que les ocurre. Pero para otrassucede todo lo contrario y viven ese diagnóstico como una losa, una etiqueta que les define o bloquea. 

¿Qué significa el código de diagnóstico?

Los diagnósticos de salud mental se identifican con un código que combina cifras y letras. Este código, que aparece en la historia clínica del paciente, tipifica cada diagnóstico recogiendo, además, sus especificaciones clínicas (gravedad, intensidad, etc.). Y a menudo los pacientes no saben qué es y para qué sirve.

  • Establece un lenguaje común entre los profesionales sanitarios: permite comunicar o transmitir información relevante sobre el estado o necesidades concretas de esa persona.
  • Orienta el tratamiento de elección, pues al acotar el problema, aclara la forma de actuar.
  • En países en los que la atención a la salud está privatizada o es concertada, el diagnóstico permite acceder tanto al tratamiento como a las ayudas que pudiera tener asociadas. 

Manuales diagnósticos en salud mental

Los manuales diagnósticos son herramientas que orientan el diagnóstico a los profesionales. Un panel de expertos, basándose en la literatura científica disponible, y en su propia experiencia profesional, establecen el conjunto de criterios diagnósticos que definen y caracterizan cada trastorno o enfermedad mental

En general, hay dos manuales principales que están en constante revisión y evolución: 

  • La Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (CIE), elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el año 2022 entró en vigor la 11ª edición. Este manual recoge todos los problemas de salud, tanto físicos como mentales
  • El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés), elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Se publicó la 5ª edición en el año 2013, y el año pasado su edición revisada: el DSM-5-TR. Este manual agrupa solo los trastornos o enfermedades mentales.

diagnostico

Un modelo bajo sospecha

En los últimos tiempos, este modelo diagnóstico ha recibido críticas

  • La “inflación diagnóstica” del DSM. Ya desde la publicación del DSM-IV en los años 90, y más desde la 5ª edición hace una década, se le achaca estar influenciado por la industria farmacéutica, incrementando el número de trastornos mentales, sus criterios diagnósticos (es decir, su sintomatología y manifestaciones clínicas características), o disminuyendo los umbrales diagnósticos. Ahora, un estudio del British Medical Journal vuelve a poner el foco en los lazos que el panel de expertos y el grupo de trabajo de la versión revisada del manual diagnóstico (el DSM 5-TR) ha tenido con la industria farmacéutica. Según el estudio, hasta un 60% de ellos recibió algún tipo de contraprestación económica vinculada con la industria farmacéutica durante el período en el que se trabajó en la revisión del manual, lo que cuestiona su independencia clínica. El resultado es que hay más personas que cumplen con los criterios diagnósticos, o que son más susceptibles de recibir tratamiento farmacológico acorde con el diagnóstico de turno.
  • Confusión sobre qué es una reacción normal y qué no lo es. ¿Dónde colocar la línea entre lo que es una reacción de malestar o sufrimiento humano normal ante determinadas situaciones? Los manuales responden a lo que en cada momento sociocultural se considera que es patológico o problemático
  • Los síntomas se solapan. El conjunto de síntomas que describen un trastorno concreto a menudo coincide con otros, por tanto no discriminan lo que deberían.
  • Se critica que no recojan otros factores relevantes, como los culturales, sociales o coyunturales que podrían explicar algunos problemas.

Por todo ello, varias organizaciones profesionales e instituciones públicas de distintos países abogan por promover otros modelos diagnósticos más transversales, y recoger con mucho cuidado estas etiquetas diagnósticas.