En la mayoría de los casos, el origen de la ciática no suele ser un problema del nervio ciático en sí mismo, sino de los nervios y las raíces espinales que lo conforman. Esta afirmación explicaría por qué no todos los dolores ciáticos tienen la misma distribución, ya que depende de cuál sea el nervio espinal afectado o de cuáles sean las fibras nerviosas del nervio ciático afectadas. Aun así, una exploración clínica es la única vía de determinar el origen del dolor.  

Habitualmente, la causa de la ciática se debe a la compresión del nervio espinal debido a algún problema de la columna vertebral, ya sea en las vértebras (artrosis), en los discos intervertebrales (protrusión o hernia discal) o en ambos.

Con menor frecuencia, la lumbociática puede producirse también como consecuencia de la estenosis o estrechez del canal espinal o la compresión del nervio ciático por la presión de alguno de los músculos que lo rodean.

Por norma general, los ataques de ciática son casi siempre transitorios y suelen resolverse con un tratamiento conservador. En el caso de fase aguda, los especialistas suelen recomendar que se lleven a cabo las siguientes acciones:

• Tomar analgésicos y/o antiinflamatorios no esteroides (siempre prescritos por el médico).
• Evitar aquellas posiciones en las que el dolor se desencadene o se acentúe mediante reposo. Ahora bien, y aunque es la recomendación tradicional, la evidencia científica sobre la efectividad del reposo no acaba de ser concluyente.
• Adecuar la actividad física a las circunstancias.

¿Cómo quitar el dolor del nervio ciático?

En aquellos casos en los que el dolor de ciática no ceda ante un tratamiento conservador, pueden plantearse otras opciones como, por ejemplo:

• Usar opioides (bajo estricto control médico y durante un período de tiempo limitado)
• Emplear corticoides o relajantes musculares. No obstante, estudios recientes afirman que ninguna de ambas prácticas es muy recomendable debido a su dudosa o nula utilidad.
• Acudir a terapia manual. Pasadas dos semanas, la fisioterapia puede jugar un papel importante en la recuperación de aquellas personas que continúan con dolor leve o moderado. Sin embargo, la evidencia científica ha cuestionado su verdadera eficacia durante los últimos años. Por ello, el éxito del tratamiento posiblemente dependa más de las características de cada caso que de la efectividad de la terapia en sí.

Si el nervio espinal permaneciera comprimido o lesionado de manera persistente, se podría acabar produciendo una atrofia y la debilidad de los músculos correspondientes. En cualquiera de estas situaciones, el especialista valoraría la conveniencia de una intervención quirúrgica para liberar el nervio de las compresiones, tras discutir con el paciente los pros y los contras de este tratamiento de ciática.