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Transporte público, ¿funciona?

06 noviembre 2018
cola bus

Analizamos la puntualidad y las aglomeraciones en el transporte público en 21 ciudades, ¿cuáles son las que sufren mayores retrasos? Si tu medio de transporte es el autobús (la mitad de las ciudades analizadas incumplen los horarios previstos de paso), el cercanías de Madrid, el metro de Granada o el tranvía de Murcia, sal de casa con un buen margen: los retrasos son frecuentes.

Las autoridades municipales de las grandes urbes insisten en vendernos las bondades del transporte público. Razones no les faltan. Para empe­zar, está demostrado que su uso reduce el tráfico privado y, por lo tanto, los atascos y la contaminación, una creciente amena­za para la salud de los urbanitas. Además, existe una red de transporte público apa­rentemente amplia y tupida (al menos en zonas céntricas). Y encima, usar el autobús, el tranvía o el metro resulta bastante más barato que coger el coche.

Entonces, ¿cómo es posible que el vehículo privado siga sien­do el medio de transporte favorito dentro de la ciudad? La comodidad del automóvil influye, sin duda. No obstante, la principal razón según los propios ciudadanos es la rapidez; o, lo que es lo mismo, la lentitud del transporte público, muchas veces a con­secuencia de la falta de frecuencia y de la falta de puntualidad, sobre todo cuando el trayecto depende de un autobús municipal.

Autobuses: mismos problemas de puntualidad en horario punta que en valle

En el caso del autobús y, salvo unas contadas líneas que cuentan con un carril separado y reservado, este medio de transporte compite directa­mente con el automóvil y sufre los mismos atascos. Sin embargo, nuestro estudio de 252 líneas de autobuses refleja los mismos proble­mas de puntualidad en horario punta que en horario valle. Así que este factor no debería servir de excusa a las concejalías de trans­portes. Ni tampoco la cantidad o densidad de población, puesto que entre las ciudades con mejores valoraciones hay tanto ciuda­des grandes, caso de Bilbao, como otras más pequeñas, como Logroño.

retrasos transportes 

Los resultados de espera son malos para la mayoría de las ciudades, sobre todo, en doce de ellas, las que suelen acumular los retrasos más gra­ves: superiores a 2 minutos en líneas con una frecuencia de paso inferior a 15 minutos, de más de 3 minutos cuando la frecuencia es de entre 15 y 19 minutos... En concreto:

  • Albacete. La línea B es claramente la que más retrasos sufría (y la D la que menos).
  • Alicante. Malos resultados, similares en las 10 líneas analizadas.
  • Barcelona. Común en las líneas H, V y D, de un diseño más rectilíneo.
  • La Coruña. Líneas 6 y 6A descoordinadas y acumulando frecuentes retrasos.
  • Las Palmas de Gran Canaria. Especialmen­te en las líneas 1, 9, 17, 25 y 47.
  • Málaga. Las peores, las líneas C1 y C2. Pero también la 1, la 3 y la 14.
  • Murcia. Habitual en las líneas C1, C2, C3 y R20 (las interurbanas son más puntuales).
  • Palma de Mallorca. En la mayoría de las líneas analizadas, salvo la 5.
  • Sevilla. Los problemas son habituales en casi todas las líneas analizadas (fueron 13).
  • Valladolid. Solo se salvan las líneas que pa­san cada más tiempo (de menor frecuencia).
  • Vigo. La línea con mayor frecuencia de paso, la C1, destaca por su mal resultado.
  • Zaragoza. Falta de puntualidad general en las distintas líneas analizadas (fueron 13).

Ojo, las líneas de autobuses de Madrid y Valencia fijan sus frecuencias de paso a partir de unos generosos márgenes de llegada: entre 5 y 8 minutos, entre 10 y 15 minutos... Si los retrasos se midieran a partir de márgenes más estrechos, estarían entre las peores.

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(1) Granada rediseñó posteriormente su red de transporte público.
Las pantallas ayudan poco

También hemos valorado la fiabilidad de la información sobre el tiempo de espera que ofrecen las pantallas digitales que ya hay en la mayoría de las paradas, que no es sino un servicio de geolocalización del autobús: los resultados no son mejores que con los horarios oficiales.

En concreto en las ciudades de Alicante, Valladolid y Murcia los retrasos respecto al tiempo marcado fueron superiores a un mi­nuto en un 40 % de las ocasiones. Mientras que en Madrid, Gijón, Valencia y de nuevo en Murcia encontramos también bastantes pantallas que no funcionaban; o, lo que es peor, que haciéndolo no avisaban del inmi­nente paso de algún autobús.

La impuntualidad, ya sea en el horario o en la pantalla de aviso, también genera un aumento del número de personas que esperan al autobús y, por lo tanto, en el número de personas que finalmente lo ocupan. Es lo que hemos definido como aglomeración y resulta in­versamente proporcional a la comodidad del usuario, como seguramente podrían confirmar los vecinos de AlicantePalma de Mallor­ca, Albacete, Valencia, Santander, Sevilla y Las Palmas de Gran Canaria. Atención, en otras ciudades con mejores resultados en aglomeración, como es el caso de Madrid, es posible que se deba al descenso en el número de viajeros que usan el autobús, un hecho que venimos observando desde 2017 y que podría ser achacable a la falta de puntualidad (y de frecuencia).

Metro, tranvía y cercanías: los tiempos mejoran, pero con excepciones

 

retrasos transportes

El metro (analizamos 21 líneas) es, entre los diferentes medios de transporte público colectivo, el mejor parado en puntualidad, tanto en lo que se refiere al horario anunciado en las tablas de la estación, como en los tiempos de es­pera que marcan las pantallas digitales (la única excepción, Granada y su única línea). Lo que no sale tan bien parado es el nivel de aglomeración (a través de nuestras redes nos llegan quejas contínuas sobre este aspecto) de pasajeros en Madrid, Sevilla y Valencia, lo que revela una insu­ficiente frecuencia de paso, sobre todo en hora punta. Es importante resaltar que la puntualidad no lo es todo, pues si se es puntual, pero el servicio es escaso, el transporte público también empeora su calidad y desincentiva su uso. 

En lo que respecta al servicio de tranvía, los resultados de puntualidad para las líneas analizadas (en total 8 líneas) también son buenos, con la ex­cepción de Murcia. En Alicante, el problema es de exceso de pasajeros (por cierto, en esta ciudad funciona también como una especie de tren de cercanías).

El cercanías también lo hemos considerado y analizado como un medio de transporte urbano en las dos mayores ciudades: Madrid y Barcelona. Analizamos 10 líneas de cercanías: en la Ciudad Condal es mejorable, sin duda, pero en Madrid el estado de la cuestión es lamentable en prácticamente todas las líneas, ya sea por la masificación como por los frecuentes retra­sos sobre el horario previsto. Empezando por la C2 y la C7, sobre todo en sentido Guadalajara y Alcalá de Henares, respec­tivamente; pasando por la C4 en ambos sentidos; y terminando con las peores: la C3 (Aranjuez-El Escorial) y C5 (Móstoles-Hu­manes), también en ambos sentidos, con retrasos en esta última línea que rondan el 100 % de los trenes en hora punta. Como consecuencia de los retrasos, también hemos apreciado importantes problemas de aglomeraciones en el Cercanías de Madrid

Retrasos transportes

¿Y si reclamo?

Retrasos, frecuencias de paso insuficientes, pantallas de información que se equivocan, vagones abarrotados... La lista de quejas que nos llegan a OCU desde las redes sociales es interminable. Y no decrece, más bien todo lo contrario. Los ayuntamientos no están sabiendo responder al creciente aumento del tráfico privado y del número de pasaje­ros derivado de la recuperación económica, más allá de empezar a renovar una flota de autobuses especialmente contaminante. Si de verdad se quiere apostar por la movilidad sostenible es preciso ampliar el número de autobuses, tranvías, vagones de metro y de tren… así como su frecuencia de paso.

Tú como usuario, también puedes ayudar reclamando más y mejores servicios. Cada reclamación es, para tu ayuntamiento, un votante enfadado. Por eso, cuantas más reclamaciones reciban, más fácil será que atiendan la demanda de un transporte público de calidad

  • Si sufres un retraso o la frecuencia te parece escasa y estás en un autobús, pide la hoja de reclamaciones al conductor.
  • Si viajas en tren, metro o tranvía, pídela en las estaciones. Rellénala y llévela a la Oficina Municipal del Consumidor más cercana a tu domicilio.

Al mis­mo tiempo, ¿podrías conseguir algún tipo de indemnización en caso de retraso? Guarda el billete y presenta una reclamación ante las juntas arbitrales de transporte te­rrestre. Hay una junta en cada autonomía, así como en Ceuta y Melilla. Es una opción gratuita, con pocos formalismos y cubre un gran abanico de casos. Si puedes acreditar algún daño o per­juicio, también lo podrías reclamar.