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La Ley de cambio climático echa a andar

La nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética aspira a reducir las emisiones de efecto invernadero, aumentar el uso de energías renovables y mejorar la eficiencia energética. ¿Cómo? Descubre las claves y los ámbitos de actuación de la nueva ley, así como la opinión de OCU.

01 octubre 2021
Nueva ley de Cambio climático

Menos emisiones y mayor sostenibilidad

La Ley de cambio climático y transición energética, en vigor desde el 22 de mayo de 2021, tiene como objetivos principales:

  1. Facilitar la descarbonización de la economía y su transición a un modelo circular para garantizar el uso racional y solidario de los recursos.
  2. Promover la adaptación a los impactos del cambio climático.
  3. Implantar un modelo de desarrollo sostenible que genere empleo decente y disminuya desigualdades.

Y para conseguir cumplir esos objetivos principales la nueva ley propone:

  • Reducir emisiones de efecto invernadero un 23 % en 2030 (respecto a 1990) y llegar a la neutralidad climática antes de 2050.
  • Aumentar las energías renovables en el consumo de energía final hasta alcanzar el 42 % en 2030, y en el sistema eléctrico hasta alcanzar el 74 % en 2030.
  • Mejorar la eficiencia energética un 39,5 % respecto a la línea base conforme a la normativa comunitaria. 

6 ámbitos que afectan (mucho) a los consumidores

¿Quieres saber qué implica todo esto? Revisamos las propuestas de la normativa en distintos aspectos que nos afectan a todos-

Eficiencia energética y rehabilitación de edificios

Para que los edificios sean más eficientes la nueva ley fomenta el uso de materiales con menor huella de carbono. Además, propone incentivos para introducir energías renovables en la rehabilitación de viviendas facilitando, por ejemplo, las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo en comunidades de propietarios y sistemas de calefacción y refrigeración de cero emisiones.

Combustibles fósiles

No se otorgarán autorizaciones de exploración, investigación y explotación de hidrocarburos (se añade una mención específica para fracking), ni de minerales radioactivos (caso del uranio). También regula el cese de la producción de carbón nacional.

Movilidad

  • En 2050 los turismos no generarán emisiones directas de CO2.
  • Los municipios de más de 50.000 habitantes y territorios insulares deben adoptar planes de movilidad urbana antes de 2023 y establecer zonas de bajas emisiones, medidas para facilitar el desplazamiento activo (a pie/bici), mejora de la red de transporte público con integración multimodal, mejora de la calidad del aire alrededor de centros escolares, sanitarios o medidas para fomentar el reparto de mercancías y movilidad al trabajo sostenibles.
  • Se obliga a instalar puntos de recarga eléctrica en gasolineras según sus ventas de gasolina y diésel y se tendrán que instalar también en todas las que acometan reformas.
  • Además, en un año el gobierno debe publicar la información en tiempo real de los puntos públicos de recarga eléctrica en todo el territorio. Será también obligatorio instalar puntos de recarga eléctrica en edificios de nueva construcción. 
  • Antes de 2023 todos los edificios con aparcamiento de más de 20 plazas, que no sean de uso residencial, deberán tener la infraestructura mínima para recarga eléctrica.

Adaptación a los efectos del cambio climático

A través del Plan Nacional de Adaptación (PNACC) se coordinarán acciones para crear escenarios climáticos, recopilar datos, definir un sistema de indicadores de impacto y adaptación, hacer informes periódicos de evaluación y definir las líneas prioritarias, entre otras funciones. Este PNACC debe incluir también objetivos, indicadores y medidas de adaptación encaminados a mitigar los riesgos en la seguridad alimentaria asociados al cambio climático, acciones para proteger la salud pública, la biodiversidad y sus hábitats, especialmente los más sensibles al cambio climático. También recoge acciones para proteger la costa.

Información y educación

El ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) debe desarrollar una página web específica para dar información sobre el cambio climático y la transición energética. Se hará una revisión del tratamiento del cambio climático y la sostenibilidad en el sistema educativo. Así mismo, se harán campañas de sensibilización y concienciación dirigidas a la ciudadanía sobre los efectos del cambio climático.

Transición justa

La Estrategia de Transición Justa se establece como instrumento para optimizar oportunidades en la actividad económica y el empleo. Esta estrategia identificará los colectivos vulnerables en el proceso hacia una economía baja en carbono, hará un análisis de oportunidades de creación de actividad económica y empleo vinculadas a transición energética, establecerá políticas de promoción de actividad económica y de empleo y contará con instrumentos para el seguimiento. 

Una ley necesaria, pero poco exigente

Esta ley es un paso importante para luchar contra la crisis climática, pero una reducción de gases de efecto invernadero del 23 % en 2030 no es suficiente para evitar que  la temperatura media global supere los 1,5 ºC marcados en el Acuerdo de París. Para respetar ese límite, deberíamos reducir más de un 50 %. Este  no es un objetivo inasumible: Alemania lo ha subido este año hasta el 65 % y Reino Unido incluso lo tiene fijado en el 68 %.

No vale fiarlo todo a una revisión que se haga antes de 2030, que exija a partir de entonces todo lo que ahora nos falta por cumplir, porque es precisamente en estos próximos 10 años cuando estamos a tiempo para revertir los efectos más indeseables del cambio climático. Según el último informe del IPCC (publicado en agosto 2021) ya estamos sufriendo cambios climáticos sin precedentes (fuegos, inundaciones, sequías…). Unos cambios que aumentan a medida que sube la temperatura media del planeta y ya no hay duda de que están causados por las actividades humanas. Algunos cambios serán irreversibles, pero otros podrían ralentizarse o incluso pararse si logramos una reducción inmediata y a gran escala de emisiones de gases de efecto invernadero.

Por eso, desde OCU instamos a que se apliquen cuanto antes las medidas que sean posibles de las recogidas en el texto, para tratar de conseguir reducciones más allá de los objetivos intermedios marcados.

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