Nos pasamos con el azúcar
Es un hecho: la ingesta diaria de azúcar supera mucho lo que sería aconsejable. De hecho, al cabo del día consumimos el equivalente a 22 terrones de azúcar, y no deberíamos pasar de 8 (si es menos, mejor). Muchos alimentos de uso habitual te aportan más azúcar de lo que crees.
Quizá pienses que no tomas mucho azúcar, porque apenas endulzas el café de tu desayuno. Pero sabías que:
- Una lata de refresco equivale a consumir 6 terrones de azúcar
- Una ración de ketchup es lo mismo que tomar un terrón de azúcar
- Los cereales de desayuno te aportan 2 terrones de azúcar por ración
- Un zumo o néctar te aporta entre 4 y 6 terrones
Súmale a eso galletas o chocolate, y verás como al cabo del día, tu ingesta supera con mucho los 50 g de azúcar diarios que se recomiendan (y que la OMS propone recortar). La clave está en el azúcar añadido en muchos alimentos procesados.
El azúcar añadido supone un aumento de calorías elevado sobre los alimentos que tomamos. Además, su uso excesivo está ligado a enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad infantil,... Se presenta el riesgo de una progresiva sustitución de alimentos con una presencia natural de azúcar (como frutas, legumbres, cereales...) en beneficio de productos claramente procesados y altamente calóricos: bollería, refrescos,...
Uno de los principales problemas con los azúcares añadidos es su etiquetado confuso. En la mayoría de productos, encontramos información insuficiente donde es díficil diferenciar los azúcares añadidos externamente y los "naturalmente presentes". Esto conlleva una desinformación que no facilita la medición de azúcar que incorporamos en nuestra dieta.
Si quieres comprobar tu ingesta de azúcar personal diaria, no dudes en consultar nuestra calculadora. Esta herramienta orientativa, genera una idea apróximada de cuánto se toma cada día en base a los hábitos de consumo.
Azúcar: el ingrediente escondido
Este es un tema que nos preocupa, y por eso los consumidores alentamos a tomar medidas en el asunto, tanto a nivel nacional, como europeo.
Es necesario modificar hábitos, consumir menos productos procesados, sí... pero también impulsar la reformulación de los productos (sobre todo refrescos, cereales de desayuno, galletas, etc.) para que en su composición se incluye un menor contenido en azúcares añadidos: nos jugamos la salud.
Quizá pienses que no tomas mucho azúcar, porque apenas endulzas el café de tu desayuno. Pero sabías que:
- Una lata de refresco equivale a consumir 6 terrones de azúcar
- Una ración de ketchup es lo mismo que tomar un terrón de azúcar
- Los cereales de desayuno te aportan 2 terrones de azúcar por ración
- Un zumo o néctar te aporta entre 4 y 6 terrones
Súmale a eso galletas o chocolate, y verás como al cabo del día, tu ingesta supera con mucho los 50 g de azúcar diarios que se recomiendan (y que la OMS propone recortar). La clave está en el azúcar añadido en muchos alimentos procesados.
El azúcar añadido supone un aumento de calorías elevado sobre los alimentos que tomamos. Además, su uso excesivo está ligado a enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad infantil,... Se presenta el riesgo de una progresiva sustitución de alimentos con una presencia natural de azúcar (como frutas, legumbres, cereales...) en beneficio de productos claramente procesados y altamente calóricos: bollería, refrescos,...
Uno de los principales problemas con los azúcares añadidos es su etiquetado confuso. En la mayoría de productos, encontramos información insuficiente donde es díficil diferenciar los azúcares añadidos externamente y los "naturalmente presentes". Esto conlleva una desinformación que no facilita la medición de azúcar que incorporamos en nuestra dieta.
Si quieres comprobar tu ingesta de azúcar personal diaria, no dudes en consultar nuestra calculadora. Esta herramienta orientativa, genera una idea apróximada de cuánto se toma cada día en base a los hábitos de consumo.
Este es un tema que nos preocupa, y por eso los consumidores alentamos a tomar medidas en el asunto, tanto a nivel nacional, como europeo.
Es necesario modificar hábitos, consumir menos productos procesados, sí... pero también impulsar la reformulación de los productos (sobre todo refrescos, cereales de desayuno, galletas, etc.) para que en su composición se incluye un menor contenido en azúcares añadidos: nos jugamos la salud.