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Cereales de desayuno para niños

01 enero 2017
cereales de desayuno

Los cereales de desayuno son una alternativa para acompañar a los lácteos y la fruta a primera hora de la mañana. Aportan hidratos de carbono complejos, proteínas, así como fibra y vitaminas y minerales, estos últimos añadidos. Lo que quizá no sepas es que algunos de estos productos tienen exceso de sal y azúcares añadidos.

Por una razón u otra nuestra alimentación no sigue los cánones de la dieta mediterránea lo que conlleva problemas en nuestra salud. En concreto, en el caso de los niños y adolescentes, los expertos apuntas ciertas carencias nutricionales que se traducen luego en falta de atención en el colegio, cansancio y, paradójicamente, un excesivo aumento de peso. ¿Soluciones? Básicamente, dos:

  • limitar el consumo de alimentos con un perfil nutricional poco saludable, ricos en grasas, azúcares y sal, y dejarlos para un consumo realmente ocasional (en cantidad y frecuencia);
  • y fomentar hábitos de vida saludables con una alimentación basada en productos poco procesados que formen parte de menús variados, equilibrados y sanos, y también con un estilo de vida activo.

En este contexto, los cereales de desayuno pueden jugar un papel importante en función de nuestra elección: desequilibrar la dieta incrementando la ingesta de azúcares, grasas saturadas ya sal o, al contrario, suponiendo un aporte de hidratos de carbono complejo y fibra beneficiosos para la salud.

Cereales chocolateados...¡y azucarados!

El valor nutricional de los cereales de desayuno que se dirigen sobre todo al público infantil es de unas 122 kcal por cada ración sugerida por algún fabricante de 30 g, correspondiendo los valores más altos a los cereales rellenos. ¿Suficiente para un niño de, digamos, 11 años? No. Aún añadiendo una buena cantidad de leche y un gran cuenco de fruta cortada, se trata de un aporte un poco escaso para aguantar en plenas facultades toda la mañana. A media mañana sería preciso reforzarlo con otros alimentos, como por ejemplo, un bocadillo pequeño con pan integral.

dasayuno saludable niños

Pero que su aporte nutricional deba ser reforzado no significa que sea interesante o satisfactorio. Y es que los cereales de desayuno se caracterizan por su notable aporte de azúcares añadidos por el fabricante (que son azúcares sencillos empleados como edulcorantes) y no resultan ya tan interesantes. De hecho, los cereales azucarados (con azúcar, miel o chocolate) tienen una media de 25% de azúcares de añadidos, y los rellenos un 27% pudiendo alcanzar el 39%. 

Los copos de maíz, salados

Los cereales para desayuno conservan la mayoría de las proteínas originales, que tampoco son demasiadas. En cualquier caso, dado que suelen consumirse en un bol con leche, se complementan perfectamente con las que aporta la vaca.

La grasa vegetal de los cereales se concentra en el germen de la semilla, que es una de las partes que se retira durante el proceso de producción. Sin embargo, los cereales chocolateados tienen una proporción de grasas ligeramente superior, en este caso añadidas. En este caso las grasas saturadas oscilan el 3,5% de media pudiendo superar valores del 10% en algunos mueslis.

La fibra no se considera un nutriente, ya que ni se digiere ni se absorbe. Sin embargo, su presencia es muy beneficiosa, ya que regula el tránsito intestinal (efecto laxante) y consumida de forma regular y en cantidades significativas ayuda a prevenir ciertas patologías. Dentro de la amplia de cereales de desayuno se pueden encontrar cereales cuyo aporte sea interesante.

Aunque los cereales son, en principio, alimentos sin sal, la podemos encontrar añadida (para dar sabor). En productos a base de copos de maíz (corn flakes), hemos detectado más de 1,25 g de sal por cada 100 g de producto. Recuerda que un niño no debe tomar al día más de 3,5 g de sal... Y este ingrediente ya está presente en la mayoría de los alimentos procesados.

Fuentes de vitamina B

Los cereales son una fuente natural de vitaminas del grupo B, en concreto la B1 (tiamina), la B2 (riboflavina) y la B3 (niacina). Vitaminas que los distinguen y que intervienen activamente en la síntesis de los nutrientes, el crecimiento celular, el funcionamiento del sistema nervioso y la reparación de los tejidos.

Ciertos minerales como el hierro, el zinc o el magnesio son básicos para el normal desarrollo del niño. Su presencia en los cereales puede ser aceptable, sobre todo en lo que se refiere a la presencia de hierro pero no justifica anteponer el consumo de cereales de desayuno ante las fuentes naturales de estos nutrientes.