Informe

Gusanos y algas, ¿alimentos con futuro?

08 septiembre 2016
Alimentos del futuro

Aunque no suena a menú de tres estrellas, puede que en el 2065 comer estos nutritivos alimentos sea normal y una solución para poner fin al hambre del mundo. Mientras tanto, además de los nuevos modelos productivos que ya se están investigando, una buena forma de evitar el desabastecimiento de la población es No Tirar la Comida

Según las previsiones dentro de unos 50 años unos 10 mil millones de personas habitarán nuestro planeta. ¡Muchas bocas que alimentar! Se requerirá un aumento exponencial de los recursos alimentarios. A esto hay que añadir que nuestro clima está atravesando por una serie de cambios que pueden afectar a las zonas de cultivo actuales. Un reto enorme teniendo en cuenta que todavía hoy hay gente que se muere de hambre.

¿Una solución? Evitar el desperdicio

Hasta un tercio de todos los alimentos se desperdician en toda la cadena de suministro, desde la producción inicial hasta el consumo final de los hogares. Un exceso en esta época que vivimos ya que representa una pérdida de mano de obra, agua, energía, tierra y otros recursos utilizados en la producción de esos alimentos. 

En este sentido, tan importantes como los hábitos del consumidor son las prácticas de la industria alimentaria: agricultores, ganaderos, pescadores, productores, distribuidores, vendedores y restaurantes son responsables de más de la mitad del desperdicio alimentario. En España ya se están impulsando los estudios para valorar el alcance del problema y el desarrollo de campañas de difusión y sensibilización, como la que llevamos a cabo en OCU:

No Tires La Comida

Comer insectos y algas, una alternativa

Ya que hay miles, producen más carne con menos recursos y tienen muchas proteínas, hidratos de carbono o calcio, tal y como indicamos en este gráfico:

Alimentos del futuro

Nuevos modelos productivos

Para tratar de evitar el desabastecimiento tenemos que encontrar la forma de producir alimentos en gran cantidad y con el menor consumo posible de recursos naturales. Entonces, ¿comeremos todos gracias a los alimentos transgénicos? ¿Se convertirán los océanos en huertos vegetales? ¿O será la tecnología la que nos salve? De ahora en adelante va a ser necesario encontrar nuevos modelos productivos que nos ayuden, como por ejemplo:

Alimentos orgánicos

Este modelo de cultivo elimina la utilización de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, de medicamentos veterinarios y se centra en la mejora de los alimentos que se producen. Sus detractores dicen que es menos productiva y, por tanto, necesita cultivar más superficie para el mismo rendimiento.

beneficios comer gusanos

Permacultura

Se trata de un concepto que se puede situar cercano a la agricultura ecológica, que engloba todos los aspectos (la agricultura autosuficiente). El bosque comestible es un ejemplo de permacultura. Si está bien diseñado, podrá satisfacer gran parte de las necesidades de una comunidad pequeña a nivel local (alimentación, plantas medicinales, etc.).

Alimentos modificados genéticamente

En la actualidad existen muchas reticencias a su producción y, sobre todo, al consumo humano. Pueden dar respuesta a situaciones específicas: lucha contra una plaga, aumento de un nutriente en un alimento, etc. Son cultivos básicamente de soja, algodón y maíz. Se están investigando otros posibles cultivos como el arroz, el plátano o el trigo, pero se quiere llegar a más: aportar vitaminas adicionales, eliminar el gluten, etc. También se esperan obtener pescados más grandes, como truchas o salmones, o resistentes a enfermedades.

Uso racional del agua

A pesar de ser uno de los recursos naturales más abundantes, la gran mayoría no es apta para consumo humano. Por eso es preciso cambiar el modo en que se usa optimizando su uso y no sobrexplotando ni contaminando los acuíferos, entre otras medidas.

La nueva ganadería

El consumo de carne se espera que crezca de los 40kg/año por persona actuales a los 51,5 kg en 2050. Desde el punto de vista de la sostenibilidad este sector será uno de los que requieran un profundo replanteamiento.

  • Carne de laboratorio. La elaboración de carne in vitro, en fase de investigación, se perfila como una nueva forma de producción cárnica adaptada a las demandas del consumidor
  • Insectos. Los insectos gastan menos energía y producen más "carne" con menos recursos. La tasa de aprovechamiento es mucho mayor en un saltamontes que en una vaca o un cerdo, por ejemplo. Además, algunos tienen un valor nutricional elevado y son recicladores por naturaleza.

alimentarse con insectos

Las granjas marinas

El crecimiento de la población junto con el aumento de los ingresos per cápita han hecho que el consumo de pescado se triplique en las últimas décadas.

  • Pescado de piscifactoría. Solo la expansión de acuicultura puede satisfacer esta demanda mundial creciente y, además, aliviaría la sobreexplotación que hay en los caladeros naturales.
  • Algas. Además, del mar también se pueden aprovechar otras cosas. El futuro apunta a que se convierta en el nuevo "huerto de vegetales" ya que las algas son un alimento muy completo. Un buen complemento para una dieta equilibrada.
¿Qué más podemos hacer?

En definitiva, para solucionar estos problemas de desabastecimiento en la población y conseguir un planeta más sostenible hay que introducir una serie de cambios:

  • Mejorar la calidad nutricional de los cultivos, estableciendo planes con objetivos claros a nivel mundial.
  • Conservar y utilizar de forma sostenible la biodiversidad para asegurar la producción suficiente de proteínas a bajo coste.
  • Fomentar el cultivo de alimentos en regiones donde hay desnutrición.
  • Aumentar la eficiencia y promover la sostenibilidad de la producción ganadera.
  • Explorar nuevas formas de producción de alimentos (insectos, algas...). Pero para que salgan adelante y estén disponibles a nivel mundial sería imprescindible que todos los sectores implicados, científico, agrícola, sanitario, medioambiental y político, trabajaran en el mismo sentido.
  • Además, los consumidores pueden ayudar reutilizando y cambiando algunos hábitos, como consumir menos carne o pescado, comprar alimentos de temporada y evitar el desperdicio:

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