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Sinusitis: no te automediques y ve al médico

05 junio 2019
sinusitis

¿Tienes la nariz taponada, moqueo o dolor de cabeza? Antes de ir a la farmacia a pedir cualquier cosa que te alivie ese “resfriado”, te recomendamos que consultes a un médico porque… ¿y si ese resfriado o gripe es otra cosa como, por ejemplo, una sinusitis aguda?

¿Qué es la sinusitis?

La sinusitis es la inflamación del revestimiento interno de uno o varios senos paranasales debido a la obstrucción que se produce en sus orificios de drenaje y la consiguiente acumulación de mocos en su interior.

Los senos paranasales son cavidades huecas que existen en el interior de algunos huesos del cráneo, como el frontal, los maxilares, el esfenoides o el etmoides, que normalmente están bien aireados y comunicados con las fosas nasales. 

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La sinusitis puede ser aguda o crónica, en función de la duración de sus síntomas, aunque estos suelen solaparse.  

¿Cuáles son las causas?

El origen de la sinusitis suele ser viral, puesto que una de sus principales causas es los resfriados. Al inflamarse la mucosa nasal, se obstruye el orificio de drenaje de los senos con el consiguiente acúmulo de moco en su interior. Existe la posibilidad de que el estancamiento de la secreción nasal favorezca el desarrollo de bacterias y esto acabe desencadenando también una infección bacteriana en el seno.

Otras causas que pueden dar lugar a una sinusitis son una rinitis alérgica, tener el tabique nasal desviado, la presencia de pólipos nasales o, incluso, una infección dental que se ha propagado a la mucosa del seno maxilar.

¿Cuáles son los síntomas más habituales?

Una sinusitis se puede manifestar de la siguiente forma:

  • Dolor, o más bien sensación de presión, que se manifiesta en la zona correspondiente al seno paranasal afectado. Si bien es relativamente soportable, suele intensificarse al echar la cabeza hacia adelante y al sonarse o toser.
  • Congestión nasal. A menudo, la sinusitis provoca que la nariz se tapone debido a la secreción de mocos, de color amarillento o verdoso, y que pueden llegar hasta la garganta causando irritación.
  • Fiebre.
  • Tos.
  • Malestar en todo el cuerpo.

No acudir al médico no es una opción

Diagnosticar una sinusitis no siempre es fácil, ya que sus síntomas pueden confundirse con los de otros procesos que afectan a las vías respiratorias altas como, por ejemplo, un catarro o una gripe. Es por esto por lo que recomendamos acudir al médico, quien seguramente nos preguntará por las molestias y cuánto tiempo llevamos con ellas, y nos hará una exploración física.

En condiciones normales, no son necesarias ni radiografías ni escáneres. Estas pruebas suelen reservarse para casos en los que se sospechan complicaciones o en los que resulta necesario profundizar en la causa. 

En casos concretos, puede ser necesaria una endoscopia nasal para detectar posibles anomalías en la cavidad nasal que facilitan que la sinusitis se convierta en crónica.

No te automediques

Generalmente, dado su carácter viral, la sinusitis aguda se resuelve sin necesidad de antibióticos. Esto no quita que sus síntomas sean realmente incómodos y molestos, y que como tratamiento sintomático se recomienden los analgésicos comunes (paracetamol o ibuprofeno) para aliviarlos.

En cuanto a las molestias derivadas de tener la nariz taponada, los lavados salinos y los espráis nasales que contienen descongestionantes pueden producir un alivio transitorio. Estos últimos deben usarse con mucho cuidado, debido al riesgo de provocar un "efecto rebote", además de que cuentan con ciertas contraindicaciones. 

Otros tratamientos, cuya utilidad real es controvertida, incluyen corticoides nasales, mucolíticos y antihistamínicos (especialmente cuando hay una base alérgica). El uso de antibióticos debe reservarse para casos en los que hay sospechas de infección bacteriana.

En cualquier caso, nunca optes por la automedicación y acude siempre al médico para que te indique qué tratamiento es el más adecuado para tu caso.