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Anemia: tipos y causas

18 febrero 2020
anemia

La anemia consiste en la disminución de hemoglobina en sangre. Esa hemoglobina es el pigmento que da color rojo a los hematíes y que se encarga de llevar el oxígeno a las células. Por eso, algunos de sus principales síntomas son el cansancio y la debilidad. Por norma general, la anemia más frecuente entre la población es la causada por la carencia de hierro.

La anemia es la disminución del contenido de hemoglobina de la sangre. La hemoglobina es un pigmento contenido en los glóbulos rojos que le da a la sangre su color característico. Ahora bien, su importancia radica en que es la molécula que transporta el oxígeno desde los pulmones hacia el resto de los tejidos del cuerpo.

Diagnóstico de la anemia

¿Cuáles son los niveles normales de hemoglobina? 

La concentración normal de hemoglobina es de 16 gramos por decilitro (g/dl) en hombres y de 14 g/dl en mujeres, con un intervalo de variación posible de 2 g/dl arriba o abajo. Por tanto, se considera que existe anemia por debajo de 14 g/dl (en hombres) o de 12 g/dl (en mujeres).

No obstante, estas cifras deben considerarse como orientativas y valorarse en el contexto de cada persona. De hecho, los niveles de hemoglobina normales pueden ser algo más bajos en niños y en mujeres embarazadas.

¿Cómo saber si una persona tiene anemia?

 Signos y síntomas de anemia

La anemia no siempre se manifiesta con síntomas claros. A veces, un análisis de sangre rutinario la detecta sin que el paciente haya notado ningún síntoma. En los casos en los que la hemoglobina disminuye de forma importante, los síntomas más habituales son:

  • Cansancio
  • Palpitaciones
  • Dificultad respiratoria al realizar un esfuerzo
  • Mareos.
  •  En ocasiones, dolor de cabeza

En las personas mayores o aquéllas con problemas cardíacos, pueden darse síntomas similares a los de una angina de pecho.

En último lugar, resulta conveniente informar que la creencia popular de que la anemia va siempre asociada a palidez sólo se cumple en casos extremos.

Causas de la anemia

La anemia no es una enfermedad, sino una manifestación de diferentes procesos y enfermedades de muy diferente trascendencia:

Anemia posthemorrágica

Es la más evidente. Se produce como consecuencia de una pérdida de sangre ocasionada por una hemorragia. Se trata de una situación de extrema urgencia que se manifiesta habitualmente en forma de shock.

Anemia ferropénica

Este es el tipo de anemia más frecuente. Se debe a una carencia de hierro, la cual a su vez puede deberse a diferentes motivos:

  • Ingesta insuficiente de alimentos.
  • Malabsorción intestinal.
  • Pérdida insidiosa de sangre. Esto puede ocurrir en mujeres que presentan menstruaciones abundantes o en algunos procesos digestivos como, por ejemplo, son la úlcera gastroduodenal o el cáncer de colon.

Es importante tener en cuenta que hasta el 60 % del hierro de nuestro cuerpo forma parte de la hemoglobina. El resto se encuentra en el hígado, en los músculos, en la médula ósea y en el bazo.

Este tipo de anemia es la más habitual de las llamadas anemias microcíticas, es decir, aquéllas en las que el tamaño de los glóbulos rojos es más pequeño de lo normal.

Anemia por déficit de vitaminas

Se debe a la carencia de vitamina B12, de ácido fólico o de ambas.

La vitamina B12 se encuentra en alimentos de origen animal como son la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos. Su carencia puede ocurrir en sujetos que presentan determinados problemas digestivos, los cuales tienen como consecuencia un déficit de su absorción (anemia perniciosa). También, puede ocurrir en personas veganas que no consumen ningún tipo de alimento de origen animal y que no se preocupan de tomar suplementos de dicha vitamina. En cualquiera de estas situaciones, las necesidades diarias de vitamina B12 son bajas, por lo que pueden pasar años hasta que aparezca la anemia.

Respecto al ácido fólico, se encuentra principalmente en las verduras de hoja verde, las legumbres y las frutas. Del mismo modo que sucede con el hierro, se absorbe en la primera porción del intestino delgado. Su carencia puede deberse a una ingesta insuficiente o a una malabsorción intestinal.

Las anemias por déficit de B12 o ácido fólico son anemias megaloblásticas. Dicho de otro modo, los glóbulos rojos tienen un tamaño mayor de lo normal.

Anemias hemolíticas 

Este tipo de anemias se corresponden a una destrucción acelerada de los glóbulos rojos debido a alguno de los siguientes motivos:

  • Hiperesplenismo (aumento de tamaño del bazo, órgano encargado de destruir los glóbulos rojos envejecidos).
  • Causa autoinmune.
  • Defecto en la constitución de los glóbulos rojos, que hace que sean más vulnerables como sucede en ciertas anemias hereditarias (talasemia, falciforme, etc.).

Otros tipos de anemia

Son muchos los procesos que pueden acompañarse también de anemia. Las leucemias, la hipoplasia medular (disminución de la producción de glóbulos rojos por la médula ósea), la insuficiencia renal o diversas enfermedades crónicas son algunos de ellos.

En algunas circunstancias es posible prevenir la anemia a través de la alimentación. Es el caso de las mujeres en edad fértil, embarazadas, personas que siguen una dieta vegana o ancianos. 

Sin embargo, y en el caso de padecerla ya, será necesario un tratamiento que, según el tipo de anemia, consistirá en medicamentos a base de hierro, vitamina B12 y/o ácido fólico. Asimismo, habrá que abordar el problema responsable de la anemia.  

El hierro en la alimentación

El hierro que nos llega a través de los alimentos puede estar presente de 2 formas diferentes: 

  • Hierro hemo: está presente en productos de origen animal (carnes, pescados y aves) y se absorbe más fácilmente.
  • Hierro no hemo: se encuentra en los alimentos de origen vegetal, los huevos, la leche y las sales minerales.

Los alimentos de origen animal, la vitamina C y la vitamina D potencian la absorción de hierro. En cambio, la fibra insoluble (por ejemplo: la presente en la cubierta de los cereales) y algunos minerales (el calcio o el zinc) inhiben su absorción.

El método de preparación de los alimentos también influye en la absorción del hierro. El remojo, la fermentación y la germinación de los cereales y semillas la mejoran. Sin embargo, una cocción intensa aumenta las pérdidas de hierro hemo. Por esta razón, es mejor tomar la carne poco hecha.

Infórmate sobre los alimentos más adecuados para quien tiene anemia.