Cómo prepararse para la jubilación

La jubilación: una nueva etapa vital

Hay personas que cuentan los años que les quedan para jubilarse, pero también hay quien evita ese momento y alarga su vida laboral tanto como sea posible. Y por último, a otros el retiro les llega de forma inesperada... Sea como sea, la jubilación es un rito de paso para todos. 

Con la llegada de la jubilación se abre una nueva etapa vital. Este momento: 

• Puede suponer una serie de pérdidas en términos económicos, pero también sociales, de estatus...
• Altera totalmente las rutinas y estructura diaria, cambian los horarios, ya no hay las mismas obligaciones (ni alicientes)...
• Por si fuera poco, el final de la vida laboral activa se asocia con el inicio de la vejez, aunque la realidad no sea causal ni tan sencilla.

Pero la jubilación también es una oportunidad, y también puede abrir un mundo de posibilidades formativas, sociales, de ocio, etc. 

Jubilación y envejecimiento saludable

No hay una edad determinada que se pueda considerar la "puerta de entrada" a la vejez, jubilarse no es sinónimo de quedarse sentado en el sofá. Las personas mayores hoy son activas, tienen intereses diversos y reclaman un espacio propio en la sociedad.

Hay muchos estereotipos y prejuicios en torno al envejecimiento. Ideas como "es momento de descansar", "ha pasado su tiempo", "toca bajar el ritmo", "a esa edad ya no se pueden aprender cosas nuevas"..., a menudo asumidas por los propios mayores, determinan también la forma de afrontar esta nueva etapa. Pero lejos de ello, hay que apostar por un envejecimiento saludable, que pasa por fomentar la capacidad de la persona mayor y promover su bienestar desde el cuidado de la salud, la seguridad material y económica y la participación social.

Para un envejecimiento saludable, es necesario:

• Mantener un estilo de vida saludable comiendo sano y haciendo ejercicio.
• Mantenerse activo y proactivo socialmente, con actividades de ocio y de contacto con otros. 

Prepararse para la jubilación

Tras pasar más de treinta años viviendo con un horario fijo, obligaciones, retos, rutinas, beneficios asociados al trabajo... cambiar todo eso de la noche a la mañana obliga a replantearse muchas cosas: es un nuevo rol personal, un cambio vital de gran magnitud, al que a menudo no le prestamos la atención que merece.

El reto de afrontar la jubilación

¿Qué puede suponer el jubilarse? ¿Cómo afrontar ese momento? Lo cierto es que significará algo muy distinto para cada persona y con costes o beneficios distintos en cada caso.

Últimamente han ido surgiendo los llamados Programas de Preparación a la Jubilación que algunas empresas ya ponen a disposición de sus empleados.

• En cualquier caso, cerciórate de que conoces bien los distintos escenarios económicos y fiscales de la jubilación: anticipada, involuntaria, o la posibilidad de retrasarla. 
• Sé previsor y haz números: es importante saber cuál será la cuantía exacta de la pensión, ver si tienes ahorros disponibles, tener en cuenta si hay gastos importantes, etc. 

Además de los aspectos legales y económicos, no hay que dejar en un segundo plano otros más personales. El trabajo es lo que hacemos y vertebra buena parte de nuestra vida, pero ni mucho menos es todo lo que somos: la jubilación es el momento de hacer otras cosas.

Consejos para una jubilación saludable

A la hora de afrontar o preparar tu jubilación, te recomendamos:  

1. Cuestionar tus estereotipos. Ante la jubilación es habitual caer en el “yo ya no puedo…”. Destierra esas ideas preconcebidas antes de que se conviertan en profecías autocumplidas. 

2. No pararte ante posibles limitaciones económicas o físicas y plantéate cómo sí podrías hacerlo, adaptarlo u organizarlo en la medida de tus capacidades.

3. Organizar el tiempo. La cantidad de tiempo disponible tras la jubilación puede resultar abrumadora.

• Establece horarios y rutinas cómodas para ti, con tiempo de descanso, autocuidado, familia, social y de ocio.
• Organiza tu día a día con actividades y planes dentro y fuera de casa.

4. Es el momento de dejar volar la imaginación y pensar qué cosas te gustaría hacer o probar:  

• Proyectos pendientes. Es habitual que algún proyecto especialmente interesante se haya quedado en el tintero: un viaje, unos estudios, abordar unas reformas, etc. Puede ser un buen momento para recuperarlo.
• Intereses y hobbies. Apúntate a nuevas actividades, talleres, cursos, etc. que te interesen o te llamen la atención. ¿Quién dijo que al jubilarse no se pueden aprender cosas nuevas? 

5. Cuidarse con otros. Una buena forma de conocer nuevas personas es apuntándose a actividades grupales, y si son saludables y estimulantes, mejor: pilates, club de lectura, de senderismo, un huerto urbano, talleres de cocina, un coro, etc.

No se trata de apuntarse a muchas actividades, o a cualquier cosa que surja, sino hacerlo con sentido: buscando aquello que te llene y te aporte bienestar.

Aun así, si tras unos meses te encuentras triste o desanimado, no dudes en consultar con un profesional de la salud: adaptarse a estos cambios puede generar síntomas depresivos o ansiosos.

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