Salud mental: un decálogo de autocuidado
En estos últimos años estamos viviendo circunstancias que están cambiado nuestra vida. Si antes ya nos teníamos que desenvolver en un entorno cambiante, la nueva realidad (crisis, guerra, el efecto de la pandemia...) nos ha obligado a convivir con altas dosis de incertidumbre que afecta a nuestro bienestar. Te damos algunas claves para cuidar de tu salud y bienestar mental.
Estamos viviendo en un entorno que se suele llamar VUCA: una realidad cotidiana volátil, incierta, cambiante y ambigua.
La inestabilidad económica, la inflación, la guerra, los afectos de la pandemia... no solo afectan a nuestra salud, sino también a nuestro estilo de vida, y nuestras rutinas personales, familiares o laborales. Todos estos cambios y dificultades no han hecho sino aumentar esta sensación de incertidumbre y descontrol.
Ante esta situación, no es extraño encontrarse con altos niveles de estrés, ansiedad, bajo estado de ánimo o insomnio. ¿Afrontas exhausto el verano? Es momento de cuidarse, y los expertos de OCU Salud nos proponen un decálogo de autocuidado para poner en práctica en cualquier momento.
10 recomendaciones de prevención y autocuidado
Cuando el cambio a nuestro alrededor es la única constante, fomentar nuestro autocuidado es la mejor repuesta para adaptarnos mejor a esos cambios y ajustar nuestras expectativas. Toma nota de este decálogo que te ayudará a desenvolverte en este entorno VUCA (volátil, incierto, cambiante y ambiguo).
1. Ajusta tus expectativas
Aunque es desagradable, y a todos nos gustaría superar estas incertidumbres e inestabilidad, lo cierto es que no está en nuestras manos.
2. Focaliza
Céntrate en lo que sí depende de ti y puedes cambiar, adaptar o mejorar.
3. Practica una anticipación flexible
Aunque nuestro entorno apenas sea predecible, anticiparse a los posibles obstáculos o cambios que puedan surgir mediante plantes o alternativas, te aportará mayor sensación de control.
4. Usa técnicas de relajación
En tiempos de estrés y ansiedad, aprender alguna técnica de relajación como respiración diafragmática o mindfulness, por ejemplo, es un buen antídoto para afrontarlo y gestionarlo. También conocerse y saber cómo autogestionarse: haciendo ejercicio frecuente, saliendo, descansando lo suficiente…
5. No dejes de lado tu vida social
Busca tiempo y espacio para hacer actividades de ocio, culturales o sociales que te aportan bienestar, placer y, sobre todo, desconexión.
6. Haz lo que te gusta
Si tus actividades de ocio pesan mucho en el bolsillo, puedes intentar centrarte en aquellas más importantes o placenteras para ti, y no supongan una gran carga a final de mes (ejercicio físico al aire libre, reuniones con amigos en casa, visitas a museos los días que haya descuentos, un paseo con un café en la mano, una salida a la montaña o en el campo…).
7. Prueba nuevas actividades
Aprovecha para iniciar intereses o proyectos que tenías aparcados desde hace tiempo. Por ejemplo, un nuevo deporte, manualidades, costura, cocina, jardinería, etc. Da rienda suelta a tu creatividad y curiosidad.
8. Mímate
Cuídate física y psicológicamente. Descansa y come sano y equilibrado; date caprichos o regalos; dentro de lo que puedas hacer, haz lo que más te guste o te apetezca…
9. Permítete sentirte mal
Si no tienes un buen día, si no te sientes bien, si estás con el ánimo bajo, frustrado o irritado, date permiso para sentirlo, para tener un día gris. Es normal y esperable. Te hace humano.
10. Ve paso a paso
Procura centrar la mirada en el corto plazo y en el día a día: grandes objetivos, pequeñas metas.