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Niños obesos: ¿cuál es la mejor dieta?

¿Todavía crees que un niño gordito está sanote? Fomentar o "ayudar" a nuestros hijos a engordar es un grave error, que puede tener consecuencias en toda su vida. Como pasa con los adultos, la pérdida de peso pasa por revisar y ajustar los hábitos para optar por los más saludables.

16 enero 2024
obesidad

Muchas personas creen todavía que un niño no está sano si no está rollizo, y se empeñan en que coman de más. Es un viejo prejuicio sin fundamento, un niño con sobrepeso no es un niño sano. Si un niño es feliz, está contento y se encuentra visiblemente bien, no hay que preocuparse, y mucho menos hartarlo de comida, aunque sí es necesario, claro está, que la curva de aumento de su peso sea constante.

4 de cada 10 niños tiene peso de más

Según el último estudio ALADINO, un 40% de los niños en edad escolar tienen sobrepeso o son obesos. Son muchos los factores que intervienen en este fenómeno y que reflejan el estilo de vida de la familia: ingesta excesiva de alimentos ultraprocesados, sedentarismo, poca presencia de frutas y verduras en el menú diario, etc.

A veces pasan años hasta que se empiezan a ver los kilos de más en los niños como un problema, pero es algo serio, un problema que hay que abordar por la salud de los pequeños.

¿Cómo saber si un niño tiene exceso de peso?

No es fácil responder, porque la relación peso/estatura y la comparación con un estándar ideal no son válidas en el caso de los niños: el desarrollo orgánico de cada pequeño es diferente, y algunos son más menudos o más grandes y fuertes que sus amiguitos sin que por eso tengan un problema de peso.

Se puede seguir empleando el Índice de Masa Corporal como en los adultos, con la peculiaridad de que en niños este IMC debe trasladarse a una tabla de percentiles correspondiente a la edad y sexo.

  • Los niños con un IMC equivalente a percentiles entre el 85 y 95, se consideran población con sobrepeso y la evolución de su peso y talla deben ser controlados y seguidos periódicamente, iniciando estrategias de modificación de hábitos familiares e individuales.
  • En los casos en los que el IMC es superior al percentil 95, se consideran obesos y deberían ser atendidos por su pediatra para ser incluidos en un programa de atención y tratamiento específicos.

Es necesario recurrir a un pediatra y a un dietista-nutricionista, solo ellos podrán evaluar con precisión la masa de grasa y detectar los eventuales errores dietéticos

El peso, un problema de niños y mayores

A menudo, una persona obesa ya lo es desde la infancia y, si se hubiese detectado y tratado en ese momento, nunca se hubiera convertido en obeso. Parece evidente que un niño con sobrepeso tiene muchas probabilidades de convertirse en un futuro adulto obeso. Diversos estudios han demostrado que algunos niños obesos tienen mayor número de células grasas. Estas células tienen dimensiones superiores a lo normal, de manera que pueden almacenar aún más grasa.

Pero sin pensar en el futuro, el sobrepeso es un problema para los niños, en muchos aspectos:

  • Supone limitaciones físicas: se siente distinto de los demás niños, con los que a menudo no puede jugar en igualdad de condiciones y suele ser ridiculizado por sus compañeros de juego.
  • Puede comprometer su salud presente: se corre el riesgo de sufrir deformaciones en las articulaciones de las piernas y de llegar a padecer enfermedades más típicas en la edad adulta (hipertensión, hipercolesterolemia, resistencia a la insulina, etc.).

La obesidad del niño, y luego del adolescente, es una enfermedad que afecta a cada vez más jóvenes en edad escolar. En muchos casos detrás de esta situación están el sedentarismo o malos hábitos alimentarios.

Cómo ayudar a tu hijo a perder peso

El tratamiento del sobrepeso infantil consiste, casi exclusivamente, en alimentarse correctamente, lo que no se diferencia demasiado de las terapias propuestas a los adultos.

No suele ser habitual realizar dietas de adelgazamiento en niños ni adolescentes ya que es importante favorecer el adecuado crecimiento y desarrollo además de evitar la aparición de posibles trastornos de la conducta alimentaria.

Pero sí es necesario trabajar con el niño y con su familia para modificar los hábitos que han dado lugar a que se origine el sobrepeso e incorporar nuevos hábitos saludables que contribuyan a lograr un peso adecuado en los meses siguientes. El apoyo de la familia en el momento de iniciar un plan alimentario o de incorporar nuevos hábitos es indispensable: los padres son responsables de la compra y preparación de los alimentos, y también de motivar y dar el refuerzo positivo que los niños necesitan para alcanzar y mantener los objetivos pautados.

El tratamiento tiene que ser multidisciplinar y se tiene que establecer en función del grado de sobrepeso: en cualquiera de los casos el objetivo principal debe ser el cambio en los estilos de vida

Alimentación adecuada y equilibrada para niños obesos

¿Quieres que tu hijo tenga un peso más saludable? Toma nota (y pon en práctica) estos consejos.

  • Predicar con el ejemplo: aunque parezca una obviedad, si los niños ven que la alimentación de los padres es variada, verán como algo normal merendar fruta, comer con agua, etc.
  • No tener en casa alimentos como bollería industrial dulces, platos preparados, aperitivos es la mejor forma de asegurarse de que el consumo de este tipo de productos sea realmente ocasional sin necesidad de prohibir nada.
  • No insistir todo el tiempo sobre la necesidad de tomar alimentos saludables. Es más beneficioso invertir nuestro tiempo y esfuerzo en limitar la ingesta de alimentos superfluos que en “bombardear” a los niños con mensajes que resaltan las bondades de algunos alimentos: comer fruta y verduras tiene que ser algo natural no un eslogan.
  • Adecuar las raciones a sus necesidades del niño. Muchas veces servimos a los más pequeños raciones tamaño adulto. También hay que respetar el apetito de los niños: no hay necesidad en obligarles a terminarse el plato, ni forzarles a comer: deben comer lo que quieran dentro de una oferta saludable.
  • Cuidado con la paga: controla a qué la destinan. Ese dinerillo les da acceso a productos no siempre saludables que se venden en las máquinas vending, en las tiendas de conveniencia o los fast food, desde chuches, bollería y aperitivos, a bebidas energéticas y alcohólicas.
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