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Aislar tu casa es ahorrar

Un aislamiento térmico deficiente dispara el consumo de energía en climatización y puede suponer pagar hasta 1.000 euros más al año en energía. En España, se calcula que la mitad de las viviendas están mal aisladas. La inversión para aislar bien un piso ronda los 11.000 euros. Aunque hay subvenciones que cubren entre el 30 y el 80% de ese gasto, OCU denuncia que es difícil que lleguen a los consumidores vulnerables.

20 abril 2022
piso con aislamiento a la vista

En España, el 42 % de la energía que se consume a nivel doméstico se dedica a la climatización. La amenaza del cambio climático y un panorama de precios de la energía disparados son razones de peso para reducir todo lo posible el consumo de energía. Una forma de hacerlo es cambiar los sistemas de climatización por otros más eficientes, como la bomba de calor:

Comparador de aire acondicionado con bomba de calor

Mejorar el aislamiento de la casa para ahorrar energía

Pero tengas el sistema de climatización que tengas, lo que está claro es que puedes ahorrar energía si mejoras el aislamiento térmico de tu vivienda con una “rehabilitación energética”. Además con un mejor aislamiento ahorras dinero y mejoras la calidad de vida dentro de la casa, al mantener una temperatura cómoda y uniforme a lo largo del año. Pero ¿de cuánto dinero estamos hablando?

Hasta 1.000 euros más al año si no está bien aislada

Hemos calculado el consumo y gasto en calefacción para una vivienda tipo de 90 m2 en zona D (Madrid, por ejemplo) con distintos niveles de aislamiento, a los que corresponden diferentes etiquetas energéticas: la etiqueta A corresponde a las viviendas más eficientes.

Consumo de energia según etiqueta energetica de la vivienda

Con la etiqueta E, calentar la casa requiere casi diez veces más energía que con etiqueta A, lo que supone casi 1.000 euros anuales de sobrecoste.  En España, un 50% de las viviendas pueden estar mal aisladas, ya que se han construido antes de 1980, fecha en la que se empezó a exigir la instalación de aislamientos térmicos en los edificios nuevos.

¿Cuánto se ahorra al aislar una vivienda?

Cambiar las ventanas y poner aislamiento en los muros puede conseguir que la vivienda pase de una calificación energética D a una A. Esto supone reducir el consumo a una décima parte de lo que se gasta con una ventana simple.

Pasar de una etiqueta a la siguiente ahorra cada año unos 3.000 kWh y 200 euros anuales en energía. Comprueba túy mismo lo que te costaría hacer distintas reformas, mejorando en mayor o menor medida el aislamiento de tu piso, y el ahorro que supondría en tu factura energética.

coste y ahorro con cuatro niveles de mejora del aislamiento

Al emplear mejores materiales, el ahorro de energía es mayor sin disparar demasiado el precio, por lo que las obras se amortizan pronto, en plazos tan cortos como 5 años

Aislamiento: asignatura pendiente  

Lamentablemente, según revela OCU, aproximadamente la mitad de las viviendas tiene un aislamiento térmico deficiente. Es preciso actuar.

Aislar la casa cuesta de 1.350 a 11.500 euros 

Ninguno de estos materiales es especialmente caro, aunque las obras para instalarlos pueden encarecer algo la reforma. Un presupuesto para aislar un piso de 90 m2 en la zona climática D —la segunda más fría—, incluyendo la instalación, acabados, pintura e impuestos oscila entre 1.350 euros si se hace una reforma ligera, que consista solo en aislar parcialmente los muros exteriores, y 11.522 euros si se opta por un mayor espesor del aislamiento y un cambio de ventanas

Ayudas para aislar: del 30% al 80% de subvención 

Hay subvenciones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que cubren desde el 30 % al 80 % del coste de la reforma, pero sin incluir el IVA. Para los consumidores más vulnerables, en algunas comunidades autónomas pueden cubrir todo el coste de las obras, pero de nuevo excluyendo el IVA.

En concreto, las ayudas a las que puedes acceder son: 

  • Subvenciones directas a las obras de aislamiento térmico (Real Decreto 853/2021, del 5 de octubre): se pueden aplicar a viviendas individuales o a edificios enteros. Para las viviendas se cubre hasta el 40 % de la inversión, que debe ser de 1.000 euros como mínimo. La ayuda máxima será de 3.000 euros. Los requisitos son que la reforma logre un ahorro del 7 % del consumo de energía de la vivienda o que se consuma un 30 % menos de energía no renovable. 
  • Subvenciones para rehabilitar viviendas en poblaciones en “reto demográfico”(Plan Pree 5.000): la reforma debe lograr un ahorro de un 30 % del gasto en energía de origen no renovable o mejorar al menos una letra la etiqueta energética del edificio. 
  • Deducciones fiscales para la inversión en la rehabilitación de la vivienda habitual: se puede desgravar el 20 % de lo invertido si las obras disminuyen en un 7 % el gasto de energía para calefacción y refrigeración. Si se alcanza un 30 % de reducción del consumo o se logra una etiqueta energética A o B, la deducción sube hasta el 40 %. Cuando la rehabilitación afecta a todo el edificio, la deducción puede alcanzar el 60 %. 

Las ayudas se solicitan telemáticamente en cada comunidad autónoma (puedes informarte en IDAE), pero se solicitan muchos documentos que pueden echar para atrás a muchos solicitantes.    

Las ayudas no llegan a quienes las necesitan  

Es difícil que estas ayudas, tal y como están diseñadas, alcancen a los consumidores más vulnerables, precisamente quienes más las necesitan porque habitan las viviendas menos eficientes y tienen menos recursos. OCU denuncia esto, y cree necesario introducir cambios en las condiciones: 

  • Todas las comunidades autónomas deberían llegar a cubrir el 100 % del coste de las obras en sus viviendas, incluyendo el IVA, ya que pagar ese impuesto del 21 % supone una barrera. 
  • Desligar la concesión de las ayudas de ser beneficiario del bono social, pues muchas personas que tienen derecho a él no lo conocen o no saben tramitarlo. 
  • Simplificar el papeleo o crear una ventanilla única que haga los trámites.
  • Incluir la mejora del confort entre los criterios para recibir las ayudas, y no solo el ahorro de energía. 
  • Controlar de manera más estricta cómo se expiden los certificados energéticos de las viviendas, que van a tener un papel clave en este proceso. 
En cualquier caso, hay que evitar que las personas vulnerables se vean perjudicadas en el futuro por nuevas normativas más exigentes (por ejemplo, mayores impuestos a las viviendas menos eficientes), al no haber podido realizar las obras.