Consejos

Los riesgos de las calderas de gas

Para quitarse el miedo al gas, nada mejor que conocer sus riesgos y saber cómo prevenirlos. Las revisiones periódicas de la caldera y de la instalación son fundamentales para que funcionen bien y no haya peligro. Te contamos las precauciones necesarias y las recomendaciones que debes tener en cuenta si tienes o vas a poner una caldera de gas.

26 febrero 2024
Revisión de una caldera

De vez en cuando, ocurren terribles sucesos con el gas: intoxicaciones, explosiones... Las noticias te pueden asustar, pero lo cierto es que estos incidentes son poco frecuentes. Los datos de fallecidos por explosiones en domicilios revelan que   en 2017, un año que fue trágico, hubo 18 víctimas, pero en 2018 no hubo ninguna y en 2019 se produjeron 3 fallecidos, según datos de la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de bomberos... siempre son demasiados, pero también hay que tener en cuenta que el gas está presente en casi la mitad de las viviendas españolas (un 45% de los hogares se calientan con una caldera de gas)   

Cuatro peligros de las calderas de gas

Lo cierto es que hay ciertos riesgos que conviene conocer, y que en principio son evitables con las revisiones y el mantenimiento adecuados.

Intoxicación por mala combustión

La mala combustión se produce cuando la caldera no quema completamente el gas o no lo hace de la foma adecuada. Si la caldera es de tipo abierto o no estanca, lo que es cada vez más raro porque desde hace años solo se permite instalar calderas estancas, se podría acumular monóxido de carbono (CO) en la habitación. Este gas inodoro es tóxico y la intoxicación puede llegar a ser mortal si no se detecta.

Estos son los signos que te alertan de una mala combustión:

  • Si la llama de la caldera de gas es amarilla o anaranjada, no está funcionando correctamente y deberás contactar con el servicio técnico. Cuando la caldera funciona bien, la llama es de color azul.
  • Si en la caldera aparecen manchas amarillas o marrones alrededor de la llama.
  • Si los indicadores luminosos del aparato se apagan a menudo.
  • Si se detecta una mayor condensación por la parte interior de las ventanas.

Explosión por fuga de gas

Al gas butano y al gas natural se les añade a propósito una sustancia que desprende un olor peculiar. Esto se hace para aumentar la seguridad. Si detectas olor a gas o ves algún desperfecto o anomalía en los conductos de gas conectados a la caldera, es muy importante que por tu seguridad actúes de la siguiente manera:

  • Cierra la llave de paso del gas.
  • Abre puertas y ventanas.
  • Evita a toda costa encender aparatos eléctricos (ni siquiera el teléfono móvil), accionar interruptores y prender cigarrillos o velas.
  • Llama al servicio técnico.

Una forma de evitar este peligro es instalar detectores de gas, que no solo pueden alertar de la fuga sino que también es posible conectarlos a la instalación para que corten el suministro en caso de escape.

Accidente eléctrico por goteos

En el caso de que haya un goteo, es posible que tengas que cortar el suministro eléctrico de la caldera para que el agua no llegue a los componentes eléctricos con el riesgo de producir un cortocircuito o un accidente eléctrico. Una vez que hayas apagado la cadera, debes comprobar la presión. En algunas calderas, hay un manómtero: si la flecha está en la zona roja, tendrás que esperar a que la caldera se enfríe y liberar la presión abriendo el grifo de vaciado de la caldera o purgando los radiadores.

Estas fugas de agua o goteos se suelen deber a que hay piezas desgastadas que tendrás que sustituir. También puede pasar por la corrosión en las tuberías. Lo más fácil es llamar a un instalador autorizado para que detecte y repare la fuga.

Intoxicación o explosión por mala ventilación

Las calderas de gas producen humos que tienen que salir al exterior y no llegar a la habitación donde están instaladas. Por eso es tan importante que tengan una salida de gases bien instalada y revisar que esa salida de humos no esté obstruida, lo que podría ocasionar el revoco de los gases.

También es fundamental que las rendijas de ventilación obligatorias no queden taponadas. Nunca pongas obstáculos delante de esas rejillas ni las cubras para que no te entre el frío porque están ahí para evitar accidentes si hay una fuga o una mala combustión.

Todos estos puentos se comprueban durante las revisiones periódicas de la caldera y las de la propia instalación de gas.

¿Por qué es importante pasar las revisiones de gas?

Si tienes una instalación de gas en casa, ya sea de butano, propano o gas natural, tienes que pasar unas inspecciones cada cinco años. Y si además, tienes una caldera, debes revisarla cada dos años.

Revisión de la caldera de gas

El RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios) exige revisiones cada dos años en las instalaciones domésticas de calefacción, agua caliente y climatización. En el caso de las calderas domésticas de gas (con menos de 70 kW de potencia), la revisión se debe efectuar cada dos años y tiene varios objetivos: comprobar que la caldera es segura (ausencia de fugas, de revocos, etc.), que su nivel de emisiones se mantiene dentro de los límites legales y que es eficiente, sacando el máximo rendimiento del combustible que quema. Las revisiones no sólo pueden evitar accidentes, sino que también permiten ahorrar energía y mejorar el confort térmico.

El periodo de garantía de las calderas dura tres años desde enero de 2022 o dos años en los modelos anteriores. En ese tiempo, el fabricante se tiene que hacer cargo de reparar los defectos de origen, pero esto no afecta a las revisiones, que siguen siendo obligatorias, aunque la caldera esté todavía en garantía. De hecho, pasar esa revisión obligatoria puede ser un requisito para que se aplique la garantía legal.

Revisión de la instalación de gas

No es lo mismo la revisión de la caldera que la inspección del gas. Además de las revisiones de las calderas y los calentadores, cada cinco años es obligatorio pasar una inspección de la instalación de gas canalizado en la que se comprueba que tu red es segura: verifican que no hay fugas en las conducciones, que todas las llaves de paso abren y cierran bien, que hay suficiente ventilación en las zonas en las que se produce combustión. Este control lo puede realizar la propia compañía distribuidora del gas o una empresa que tú elijas, siempre que esté habilitada para ello.

Para evitar fraudes, el coste de esa inspección se cobra siempre a través de la factura del gas, pues no está permitido cobrarla en efectivo: si alguien se presenta en tu casa y pretende cobrar por hacerla, es un engaño.

Las tarifas máximas están reguladas por cada comunidad autónoma y el precio medio es de unos 50 euros.

Las revisiones se tendrían que registrar

Según el RITE, el consumidor es el responsable de que se haga la revisión bienal de la caldera y de conservar los justificantes que acreditan el cumplimiento. Las CC.AA., que lo deberían controlar, no lo comprueban. OCU considera que:

  • Si son de verdad necesarias las revisiones para garantizar la seguridad y eficiencia, las comunidades autónomas deberían tomarse más en serio el control.
  • Los profesionales encargados de realizar la revisión deberían enviar los datos a un registro para que consten, en lugar de dejar un papelito que se extravía fácilmente en casa del usuario. En caso de un accidente, sería difícil demostrar si la revisión fue o no correcta.

De lo contrario, las revisiones parecen solo una excusa para que fabricantes y empresas cobren un dinero extra.

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