Las impresoras 3D son más caras que útiles
Está claro que las impresoras 3D son, por el momento, bastante caras (habitualmente entre 500 y 1.000 euros). Una excelente impresora tradicional cuesta menos de la mitad, así que la pregunta es evidente: ¿son más del doble de útiles? La respuesta es no.
Comparador de impresoras
Las impresoras 3D están borrando algunas de las fronteras que separaban la realidad de la ciencia-ficción. A base de software y de un material similar al plástico ya es posible fabricar objetos sin salir de casa: piezas de recambio para un electrodoméstico, juguetes para niños, pequeños muebles como un taburete...
Suena muy bien, pero ¿de verdad es posible? Preguntamos a 90 usuarios de impresoras 3D para conocer de cerca su experiencia.
Retrato-robot de una impresora 3D
Entre nuestros encuestados, las marcas que destacan son RepRap, 3DSystem y MakerBot.
Sin embargo, estamos ante un mercado muy disputado en el que también tienen hueco la española BQ, Ultimaker, Velleman, Wasp y Sharebot.
Esta sería la impresora 3D más habitual entre los encuestados:
- Sin escáner integrado.
- Compatible con Windows (y no necesariamente con MacOS ni Linux).
- Velocidad de mirpesión entre 11 y 100 mm. por segundo.
- Precio de la impresora: entre 500 y 1.000 euros.
- Coste del material: las bobinas con filamento termoplástico necesarias (el equivalente a los cartuchos de tinta en las impresoras tradicionales) supone un gasto a tener muy en cuenta. Nuestra muestra declara desembolsar entre 21 y 100 euros cada 2 meses. Los materiales más empleados son el ácido poliláctico (PLA) y los filamentos ABS.
Los diseños se realizan con un software aparte. Los programas Autocad y Blender son los predominantes.
¿Para qué sirve?
Esta es sin duda la gran pregunta: ¿qué vas a hacer si te compras una impresora 3D?
- Prototipos y curiosidades: la mayoría de los encuestados usa su impresora 3D para crear objetos curiosos de la vida cotidiana, como logos o estatuillas decorativas.
¿Merece la pena?
Estamos ante un invento reciente que aún debe mejorar mucho (sobre todo en lo referente a la temperatura que alcanza la impresora).
Únicamente el 43% de los encuestados se declara satisfecho de haber comprado una impresora 3D. La escasa velocidad de impresión es la queja más habitual.
Comparador de impresoras
Las impresoras 3D están borrando algunas de las fronteras que separaban la realidad de la ciencia-ficción. A base de software y de un material similar al plástico ya es posible fabricar objetos sin salir de casa: piezas de recambio para un electrodoméstico, juguetes para niños, pequeños muebles como un taburete...
Suena muy bien, pero ¿de verdad es posible? Preguntamos a 90 usuarios de impresoras 3D para conocer de cerca su experiencia.
Retrato-robot de una impresora 3D
Entre nuestros encuestados, las marcas que destacan son RepRap, 3DSystem y MakerBot.
Sin embargo, estamos ante un mercado muy disputado en el que también tienen hueco la española BQ, Ultimaker, Velleman, Wasp y Sharebot.
Esta sería la impresora 3D más habitual entre los encuestados:
- Sin escáner integrado.
- Compatible con Windows (y no necesariamente con MacOS ni Linux).
- Velocidad de mirpesión entre 11 y 100 mm. por segundo.
- Precio de la impresora: entre 500 y 1.000 euros.
- Coste del material: las bobinas con filamento termoplástico necesarias (el equivalente a los cartuchos de tinta en las impresoras tradicionales) supone un gasto a tener muy en cuenta. Nuestra muestra declara desembolsar entre 21 y 100 euros cada 2 meses. Los materiales más empleados son el ácido poliláctico (PLA) y los filamentos ABS.
Los diseños se realizan con un software aparte. Los programas Autocad y Blender son los predominantes.
¿Para qué sirve?
Esta es sin duda la gran pregunta: ¿qué vas a hacer si te compras una impresora 3D?
- Prototipos y curiosidades: la mayoría de los encuestados usa su impresora 3D para crear objetos curiosos de la vida cotidiana, como logos o estatuillas decorativas.
¿Merece la pena?
Estamos ante un invento reciente que aún debe mejorar mucho (sobre todo en lo referente a la temperatura que alcanza la impresora).
Únicamente el 43% de los encuestados se declara satisfecho de haber comprado una impresora 3D. La escasa velocidad de impresión es la queja más habitual.