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Pérdidas de orina

26 febrero 2021
Pérdidas de orina

Si sufres pérdidas involuntarias de orina, por favor no te avergüences y sobre todo no te conformes. En cuanto empieces a notar ciertos síntomas, acude a tu médico para que te informe sobre todas las posibilidades que existen para afrontar la situación. Muchas mujeres mejoran con ejercicio o cambiando algunos hábitos, sin necesidad de pastillas o cirugía.

Puede que te resulte familiar. Toses o estornudas y ahí está. Una inoportuna pérdida de orina. Seguro que piensas que por una vez no pasa nada, pero si empieza a ser habitual, no te cortes y acude a tu especialista, un ginecólogo o un urólogo.

¿Por qué ocurren las pérdidas de orina? 

En la consulta te preguntarán por la frecuencia en la que te ocurre y la cantidad que se te escapa. Dependiendo de tus respuestas se determinará el tipo de incontinencia urinaria que padeces.

Tipos de incontinencia

  • Incontinencia de esfuerzo. Se produce al aumentar la presión abdominal. Normalmente con alguno de estos actos tan habituales como: al toser, estornudar, reír, correr, saltar, cargar con peso, en el embarazo… Se trata de la incontinencia más habitual.
  • Incontinencia de urgencia. Se produce cuando te entran muchas ganas de orinar y no lo puedes controlar. Antes de llegar al baño se te habrá escapado.
  • Incontinencia mixta. Es una combinación de las dos anteriores.

¿Qué pasa cuando no puedes contener la orina?

Las que tienen más papeletas de sufrir pérdidas de orina son las mujeres que han tenido partos vaginales, han hecho deporte con mucha intensidad (sobre todo de impacto como carreras, saltos), levantan peso a menudo, tienen episodios frecuentes de tos o estornudos (por problemas de bronquitis, alergia, etc.) y las que tienen sobrepeso u obesidad. Empezar con la menopausia y la terapia hormonal sustitutoria en base a estrógenos también parece que influye.

perdida orina kegel

La clave está en la musculatura del periné o suelo pélvico, que es la que cierra por abajo la cavidad abdominal y está situada alrededor de los orificios del ano, la vagina y la uretra. Su función es sujetar la vejiga, la uretra, la vagina, el útero y el recto y ayudar a su funcionamiento. El que haya un impacto o presión repetida o muy fuerte sobre la musculatura del suelo pélvico puede acabar debilitándola, desembocando en problemas de incontinencia urinaria.

¿Qué hacer en caso de incontinencia urinaria?

¿Cómo evitarlo? La respuesta a esta pregunta te la dará un especialista. Dependiendo del tipo de incontinencia que padezcas puede que te aconseje una medida u otra. Normalmente intentará atajarlo con medidas conservadoras como las que te decimos a continuación:

  • Si padeces sobrepeso, pierde algún kilo.
  • Regula la ingesta de líquidos. Intenta controlar el agua que bebes, por ejemplo si sueles beber más de dos litros, o bebes agua justo antes de irte a dormir.
  • No consumas alcohol, bebidas con cafeína o carbonatadas. Este tipo de bebidas empeora los síntomas.
  • Técnicas de control mental y relajación. Desviarías la atención a otras cosas que no sean la necesidad urgente de orinar y podrás reeducar tus hábitos a la hora de ir al baño.
  • Bolas chinas. No sirve para todas las mujeres pero puede que tu médico te aconseje este método.
  • Realizando los ejercicios de Kegel, del periné o del suelo pélvico.

Como realizar los ejercicios de Kegel

La clave está en fortalecer la musculatura del periné o suelo pélvico. Es precisamente lo que consigues realizando este tipo de ejercicio llamado de Kegel.

Se trata de hacer series de 8 a 12 contracciones y relajaciones, manteniendo unos 8 o 10 segundos cada una. Las series se deben repetir 2 o 3 veces al día durante al menos 3 meses, aunque lo ideal es hacer estos ejercicios de por vida. 

Si eres constante podrás empezar a notar los progresos en unas 8 o 10 semanas.

Compresas y absorbentes para pérdidas de orina

Las compresas no son una forma de tratamiento, tan solo una medida de apoyo mientras se busca o se recibe tratamiento adecuado. Son útiles para el día a día de las mujeres que sufren incontinencia, pero usa productos específicos y concretos para tu problema porque la orina tiene una consistencia y un olor diferente al de la sangre o el flujo vaginal.

Lo ideal es que las compresas te permitan ir seca, cómoda y sin rastro de olor. Es importante cambiarte en cuanto se moje, ya que la humedad acaba dañando la piel y puede favorecer ciertas infecciones desagradables.

Llegado el caso hay pomadas a base de vaselina, óxido de zinc, dimeticona… que proporcionan un efecto barrera protector para la piel. 

Fármacos para la incontinencia de urgencia 

Los medicamentos que se utilizan para tratar la incontinencia de urgencia pretenden ayudar a que la musculatura de la vejiga funcione con normalidad, inhibiendo las contracciones involuntarias de este órgano y reduciendo por tanto la necesidad de orinar. Son los medicamentos del grupo de los anticolinérgicos: oxibutinina, tolterodina, cloruro de trospio, solifenacina, fesoterodina, flavoxato.

Pero, por lo general, la eficacia de estos medicamentos es baja. La realidad es que menos del 20% de las mujeres consiguen eliminar totalmente la incontinencia de urgencia gracias a estos fármacos. Aunque sí se consigue alcanzar cierto grado de mejoría al sufrir menos episodios y con menos urgencia.

Efectos secundarios

Algo a tener muy en cuenta son los posibles efectos secundarios a los que te enfrentas con cualquiera de estos medicamentos. De hecho, muchas mujeres acaban abandonando el tratamiento por ellos:

  • Aumento del ritmo cardiaco, dilatación de la pupila, visión borrosa, confusión, pérdida de memoria, sequedad de boca, sequedad vaginal, estreñimiento, …
  • En las mujeres de más edad pueden deteriorar el estado cognitivo. Demencia y anticolinérgicos son malos compañeros.

Todos estos efectos adversos explican que estos medicamentos estén directamente contraindicados o se tengan que usar con mucha precaución en personas que sufren ciertos problemas de salud. Por ejemplo, las personas que sufren glaucoma de ángulo cerrado no pueden tomar estos medicamentos ya que el efecto de dilatación de la pupila empeora el glaucoma y, a consecuencia de ello, la persona puede llegar a perder la visión del ojo.

Otras opciones de tratamiento

Si nada de lo anterior te ha valido, ni los ejercicios, ni los fármacos, hay otras opciones disponibles, más o menos definitivas, que tu médico valorará.

Cirugía para la incontinencia de urgencia

  • Inyecciones en la vejiga de toxina botulínica. Como es paralizante hay riesgo de que la vejiga deje de evacuar completamente la orina y derive en infecciones, además de que te tengas que sondar para vaciar la vejiga.
  • Colocar un implante en el glúteo para estimular los nervios sacros. Puede producir dolores, el implante puede moverse, hay que cambiar las pilas y volver a operar cada 5 años.
  • Estimulación percutánea del nervio tibial. Se ponen unas agujas (parecidas a las de acupuntura) en el talón, conectadas a un aparato que emite descargas eléctricas. Tendrás que acudir una vez a la semana durante tres meses a recibir estas descargas en el talón durante 30 minutos y luego una vez al mes.

Cirugía para la incontinencia de esfuerzo

  • Poner un pesario en la vagina. Se trata de colocar como un anillo de silicona, parecido a un diafragma, que presiona sobre el conducto de salida de la orina (la uretra), tiene una eficacia modesta y no se suele recomendar. Su buen funcionamiento depende de cómo se coloque, se lave...
  • Colocar unas cintas libres de tensión por debajo de la uretra. La técnica más popular para la incontinencia de esfuerzo consiste en operar para colocar unas cintas libres de tensión por debajo de la uretra. Las tasas de éxito son elevadas (entre 84 y 99 %), pero como toda intervención quirúrgica también tiene sus riesgos: sangrado, infección, retención urinaria, fallo al tratamiento... No obstante da excelentes resultados, hay estudios que demuestran que a los 11 años de la intervención, un 90% de las pacientes ya no sufren de incontinencia de esfuerzo ni padecen de efectos adversos a largo plazo causados por la intervención.