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Tabaco calentado, ¿qué es y por qué se regula ahora?

Estos días se está hablando mucho del tabaco calentado por las nuevas restricciones aprobadas por el Gobierno. ¿Qué es realmente el tabaco calentado? ¿Es menos dañino que otros productos del tabaco? ¿Por qué se establecen ahora nuevas limitaciones a su uso? Resolvemos tus dudas y te contamos los detalles de la nueva normativa que aplica a este producto.

19 enero 2024
tabaco calentado

El tabaco calentado, como el tabaco convencional

El tabaco calentado es tabaco, pero al tratarse de una forma novedosa de consumirlo que no estaba contemplada en la normativa, hasta ahora tenía menos restricciones en cuanto a su uso y venta que otros productos del tabaco, como los cigarrillos o la picadura para liar. Una de estas diferencias es que el tabaco calentado podía incorporar aromas, lo que le convirte en un producto más atractivo para los más jóvenes a la hora de iniciarse en su consumo.

Esta anomalía se corrige ahora, gracias a la trasposición de una directiva europea que el gobierno estaba obligado a adoptar en España, y que OCU aplaude. Lo hace mediante un Real Decreto, el 47/2024, que modifica otro anterior (el 579/2017, que regula determinados aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco) y que iguala el tabaco calentado a otros productos del tabaco. Según esta nueva norma:

  • Se prohíbe que el tabaco calentado incorpore un aroma característico o algún aromatizante entre sus componentes que pueda modificar su olor o sabor, o intensificar su humo.
  • Se obliga al tabaco calentado a incorporar en su etiquetado un mensaje informativo y advertencias sanitarias sobre sus riesgos, la prohibición de su consumo por parte de menores de edad, etc.

Estas medidas entrarán en vigor a mediados de abril, transcurridos 3 meses desde la aprobación de la norma.

Qué es el tabaco calentado

Según explica el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, el tabaco calentado es un producto del tabaco que es calentado electrónicamente a una temperatura de hasta 400ºC. Es decir, el tabaco calentado contiene tabaco y se consume por calentamiento.

  • Su venta está prohibida a menores de edad.
  • Su consumo está prohibido en los mismos espacios que el tabaco convencional.
  • A excepción de los lugares destinados a su venta, está prohibida su promoción, publicidad y patrocinio.

¿Qué diferencias hay entre tabaco calentado y cigarrillos electrónicos?

Dada la similitud de sus dispositivos, es fácil confundirse entre el tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos. Sin embargo, son dos productos diferentes:

  • El tabaco calentado no contiene líquidos en su interior, sino tabaco en polvo o picado. El líquido de carga de los cigarrillos electrónicos, en cambio, no contiene tabaco propiamente dicho, sino, una serie de ingredientes (disolventes, aromatizantes y saborizantes) que pueden o no incorporar nicotina.
  • Los cigarrillos electrónicos cuentan con menos restricciones de uso que los productos del tabaco (a los que ahora se incorpora el tabaco calentado) en lo que se refiere a los lugares donde se permite su venta y consumo y su publicidad.

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Cigarrillo electrónico

¿El tabaco calentado es menos dañino que un cigarro?

Como ocurre con los cigarrillos electrónicos, se tiende a creer que el tabaco calentado es menos dañino que los cigarrillos de siempre, y no es así. Como indica el Ministerio de Sanidad, se trata de un producto que contiene tabaco y, como todos sus productos derivados, son peligrosos para la salud tanto de quienes lo consumen como de quienes se encuentran expuestos a su humo.

Infórmate sobre los efectos tiene el tabaco en la salud

Además, el tabaco calentado puede generar adicción y no se recomienda su uso para dejar de fumar. Si te estás planteando dejarlo, en España hay distintas opciones farmacológicas que sí se utilizan para la deshabituación tabáquica: consulta con un profesional de la salud.

Las nuevas medidas una buena noticia

Desde OCU consideramos positivas estas nuevas medidas, pero seguimos pidiendo al Gobierno que endurezca también la legislación sobre los cigarrillos electrónicos y los equipare al tabaco convencional, especialmente en lo que respecta a los lugares donde se permite su venta, las áreas o zonas donde el consumo no está permitido y su publicidad, tanto en medios y formatos tradicionales como en redes sociales y plataformas online.