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Apnea, el síndrome de los no durmientes

10 mayo 2018
me cuesta dormir

¿Te levantas con la sensación de no haber descansado? ¿Te duermes con facilidad durante el día? ¿Roncas? Puede que padezcas apnea del sueño, es decir, múltiples pausas de la respiración durante la noche. Si es así, no eres el único, entre el 3 y el 6% de la población española lo sufre, pero debes poner remedio. Te decimos cómo.

La apnea del sueño se produce porque los tejidos que rodean la garganta se colapsan y la obstruyen impidiendo el paso del aire. Se producen así pausas en la respiración que duran durar desde unos pocos segundos a más de un minuto y que se pueden repetir hasta 200 veces en una noche. Esta situación ocasiona que el durmiente se despierte numerosas veces a lo largo de la noche, aunque no sea consciente de ello, lo que repercute de forma importante en la calidad del sueño. 

Quiénes la padecen

Las personas más propensas a padecerla son aquellas que reúnen las siguientes características:

  • Personas obesas. Con un índice de masa corporal superior a 30 (IMC).
  • Roncadoras. Aunque no todos los roncadores sufren apnea ni todas las que sufren roncan. 
  • Sobre todo hombres. Por cada mujer de mediana edad (45 a 55 años) con apnea, hay 2 o 3 hombres. Aunque a partir de la menopausia el riesgo se nivela.
  • Características genéticas y anatómicas concretas. Tener una campanilla grande, poseer una faringe o un paladar estrecho con falta de tono muscular.
  • Malos hábitos. Fumar, consumir alcohol, o tomar fármacos sedantes.
  • Niños con vegetaciones. O incluso con amígdalas demasiado desarrolladas.

escala de epworth apnea del sueño

  

¿Qué consecuencias tiene la apnea del sueño?

Despertarse continuamente impide alcanzar las fases profundas del sueño y sus consecuencias son serias, ya que afectan a la salud del paciente que además pierde calidad de vida. Te las decimos.

  • Se incrementa en un 70% el riesgo de sufrir accidentes. El sueño no es reparador y provoca que durante el día se esté cansado y se sufra somnolencia.
  • Aumenta el riesgo de hipertensión arterial y otros problemas cardiovasculares. 
  • Favorece el reflujo gastroesofágico, con las consiguientes molestias asociadas (ardores, regurgitación ácida, malestar de estómago…).
  • Aumenta el riesgo de trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2. 
  • Perjudica a las funciones cognitivas. 

Síntomas y remedios de apnea respiratoria del sueño

Ponte en alerta si tienes los siguientes síntomas.

  • Somnolencia diurna.
  • Boca seca y dolor de cabeza al despertarse.
  • Sensación de no haber descansado pese a haber dormido en teoría horas suficientes.
  • Dificultad de concentrarse durante el día. 
  • Despertarse con frecuencia para orinar.
  • Ver disminuida la libido.

diagnosticar la apnea del sueño

Busca remedio y descansa

Si has leído los síntomas y no has hecho más que atar cabos, y sospechas que lo padeces, ve al médico. Hay que confirmarlo. El diagnóstico se confirma mediante un estudio polisomnográfico que registra los ritmos respiratorios, cardiaco y cerebral simultáneamente proporcionando una imagen precisa de la frecuencia y duración de las pausas respiratorias. Habitualmente los estudios polisomnográficos se realizan en un hospital donde el paciente ingresa para pasar la noche. Aunque las limitaciones de los recursos y la escasez de unidades del sueño en los hospitales provocan largas listas de espera.

También existen aparatos portátiles más sencillos que permiten hacer la prueba en tu casa. Se la conoce como poligrafía respiratoria, y aunque solo registra las variables respiratorias y cardiacas, sus resultados son en muchos casos suficientemente concluyentes. 

apnea del sueno soluciones

Apnea del Sueño: Tratamientos

Una vez que te lo han diagnosticado necesitarás de un tratamiento multidisciplinar. Lo primero hay que conseguir reducir los factores que lo agravan, como el sobrepeso o la obesidad, el consumo de alcohol antes de acostarse, el uso de somníferos y otros medicamentos que relajan la musculatura y favorecen el colapso de la vías aéreas.

Se trata, de todas formas, de medidas que requieren un esfuerzo importante, y que no siempre aseguran que la apnea se corrija, sobre todo en las formas más graves. En esos casos el tratamiento más adecuado es la denominada CPAP (Presión Positiva Continua) durante la noche. Consiste en un dispositivo que, a través de una mascarilla nasal, insufla aire por la nariz para impedir la obstrucción de las vías aéreas. Cuando la CPAP no se tolera bien, se recurre a los dispositivos de avance mandibular, moldes que sujetan la mandíbula en una posición que ensancha la vía aérea.