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Qué es la timidez y cómo afrontarla

22 noviembre 2021
chico tímido

La timidez es un rasgo de personalidad, pero también una manera de comportarse en sociedad. Las personas tímidas son más retraídas y les cuesta expresar opiniones. Ahora bien, es posible afrontar la timidez aprendiendo habilidades sociales y fortaleciendo la autoestima.   

Introversión y timidez son dos conceptos que se suelen confundir. Sin embargo, no son lo mismo. No es lo mismo ser una persona intrvertida que ser alguien tímido. 

  • La introversión es una dimensión de la personalidad, general y estable. Son personas con gran "mundo interior", y, aunque tienen relaciones sociales, les interesan menos, prefieren pequeños encuentros, o realizar actividades en solitario.
  • La timidez puede ser un rasgo de la persona, en relación con la introversión, o una manera de comportarse en sociedad, más relacionada con aprendizajes, habilidades sociales, autoestima, autoconcepto, y con ansiedadEn este último caso, hablamos de personas que son retraídas socialmente, a quienes cuesta profundizar en sus relaciones, ser asertivos, o que prefieren pasar desapercibidas. Suelen desear un mayor contacto social, pero no saben cómo hacerlo, y a la vez temen ser rechazados o juzgados por los demás. De ahí las reacciones de ansiedad.   

¿Se puede heredar la timidez?

Hay cierta controversia acerca de si los rasgos de la personalidad nos acompañan desde que nacemos o si , por el contrario, los adquirimos a lo largo de nuestra vida. Al igual que sucede con otros aspectos de la personalidad y la salud, muy posiblemente la timidez es el resultado de una interacción entre la genética y el entorno

Como rasgo de personalidad, la timidez suele revelarse en etapas tempranas de la infancia. Es decir, como una característica de su temperamento. Pero la reacción del entorno ante las muestras de timidez y los aprendizajes posteriores influyen considerablemente en su desarrollo  y consolidación como rasgo identificativo de la persona. 

¿Cuáles son las causas de la timidez?

Más allá del temperamento o los rasgos de personalidad de la persona, la timidez también se puede aprender.

Los padres actúan como modelos que los niños observan e imitan, y de este modo aprenden muchas conductas, actitudes, habilidades... Es lo que desde la psicología cognitivo-conductual se llama aprendizaje vicario, o aprendizaje por observación. Por eso es tan importante ser conscientes, como padres, de la enorme influencia que se tiene sobre los hijos:

  • Si a un niño tímido se le refuerza cuando establece una interacción social (la gente le escucha, se ríen con él, etc.), es más fácil que poco a poco la timidez acabe minimizándose.  Por el contrario, si una persona que inicialmente no presentaba este rasgo obtiene respuestas desagradables cada vez que es sociable, puede acabar mostrando una conducta tímida por aprendizaje.
  • Si el niño observa como sus padres o figuras adultas de autoridad rehúyen el contacto social, les resulta difícil establecer contacto ocular, conversaciones, etc., o son testigos de sus reacciones de ansiedad, es más probable que acabe por aprender a comportarse del mismo modo cuando esté en contextos sociales.  

¿Qué es la timidez?

Cómo afrontar la timidez

En primer lugar, es importante saber que la timidez no tiene por qué ser un problema ni un trastorno psicológico. Ahora bien, sí puede dificultar las relaciones sociales, o entorpecer el pleno desarrollo de un niño o un adulto. 

¿Es tu caso? ¿Para ti o para alguien de tu entorno la timidez es un problema? Poner en práctica una serie de recomendaciones y habilidades puede servir para aprender a manejar y reducir la timidez. En general, es importante que lo que se haga y diga encaje con el propio estilo de cada persona. 

10 formas de mejorar tus habilidades sociales y de comunicación

  1. Practica tú solo, después practica con familiares y amigos. Si dudas o crees que lo harás mal o que los otros se burlarán de ti, pregunta, pídeles que te cuenten qué les parece cómo te comportas en sociedad. 
  2. Ve paulatinamente, y de menos a más. Tanto en la cantidad de contactos o actividades sociales que realizas, como en el número de personas con las que te relacionas cada vez. Empieza por entornos seguros y conocidos, y ampliándolos poco a poco a otros que se salgan de tu zona de confort.
  3. No fuerces tu avance, pero tampoco lo evites indefinidamente: las conductas de evitación aportan seguridad y control, pero paradójicamente, refuerzan la timidez.
  4. Identifica qué te ocurre en situaciones sociales: si reaccionas con ansiedad, anticipas el rechazo o la burla de los demás, etc. La ansiedad anticipatoria, esa que se siente ante la perspectiva de algo temido, es muy habitual en estos casos.
  5. Observa cómo se comportan los otros, qué dicen, cómo manejan los espacios... quédate con algunas pistas y ensaya en casa. 
  6. Utiliza frases, comentarios o temas "llave", los que te sirven para iniciar una conversación, salir de un silencio incómodo...: comentar sobre un evento deportivo, una serie que has visto, el último libro que te hayas leído... 
  7. En tus relaciones sociales, procura mantener contacto visual (intermitente) y respetar el espacio y turno de palabra de cada uno. 
  8. Expresa tus preferencias, opiniones o necesidades de forma clara, natural y directa, pero sin agredir verbalmente al otro. Empieza por pequeñas cosas y con gente cercana. 
  9. Practica al menos una vez por semana con actividades y encuentros sociales. Conforme ganes soltura, apúntate a alguna actividad o hobby (bailar, senderismo, pintura, etc.). Así, además de practicar, conocerás gente con la que compartirás cosas que te gustan. 
  10. Sé compasivo contigo mismo. Si estas son habilidades nuevas para ti, temidas o por largo tiempo evitadas, es comprensible que no te salgan a la primera, que en algún caso te comportes de forma torpe o brusca, etc. Nadie nace sabiendo: la práctica y la confrontación de tus miedos son los que te llevarán a alcanzar tus metas.