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Cambiar de tarjeta de crédito es muy fácil

05 marzo 2019

Si tu tarjeta de crédito ya no te devuelve dinero cuando la usas o te cobran una comisión exagerada por renovarla, es muy posible que haya dejado de ser interesante que la tengas. Si es así, despídete de ella sin remordimientos, cámbiala por otra mejor para ti, no para el banco.

Te has acostumbrado a pagarlo todo con tarjeta porque cuanto más la usas, más bonificaciones consigues: te devuelve un porcentaje del gasto en el hipermercado, obtienes descuentos en la gasolinera o te da puntos de servicios de una empresa determinada. Tenemos malas noticias. Desde que los emisores de tarjetas de crédito tienen limitadas las comisiones que pueden cobrar a los comerciantes, sus márgenes de beneficio se han reducido. Lo más probable es que esto provoque un empeoramiento de las condiciones de las tarjetas para los consumidores, tal vez incrementando las comisiones de emisión y de renovación anual o disminuyendo los incentivos por usar la tarjeta.

Cambiar tarjeta

Con avisar es suficiente

Las entidades tienen permitido modificar las condiciones de las tarjetas de crédito en cualquier momento. Basta con que comuniquen a los titulares las nuevas condiciones  para que se hagan efectivas. La comunicación tiene que hacerse a cada titular de manera individualizada, en papel u otro soporte duradero, y con una antelación de al menos dos meses respecto de la fecha de su entrada en vigor, salvo que las nuevas condiciones sean más favorables para el consumidor, en cuyo caso se podrán aplicar de manera inmediata.

De la misma forma que las condiciones de las tarjetas pueden cambiar en cualquier momento, los usuarios podemos dar por finalizado el contrato cuando nos plazca. Para ello solo nos exigen tener pagada toda la deuda pendiente (si es que hemos comprado con pago aplazado), más los intereses generados hasta el día del reembolso, y comunicar a la entidad emisora nuestra intención con la antelación prevista en el contrato (nunca más de un mes).

En caso de que ya hubieras pagado la comisión de emisión o de renovación anual de la tarjeta que vas a anular, la entidad tendría que devolverte la parte proporcional que corresponda.

Si tienes alguna tarjeta que ya no utilizas, nuestra recomendación es que la canceles. De esta manera evitarás los riesgos de una posible utilización fraudulenta si la pierdas o te la roban.

¿Cómo puedes cancelar tu tarjeta?

Buena para tu perfil de usuario

Todas las tarjetas de crédito ofrecen lo mismo: pagar sin necesidad de llevar dinero. Lo que distingue a una tarjeta de crédito de otra es lo que cuesta, las comisiones, y las ventajas adicionales que ofrece.

Hemos analizado 27 tarjetas de crédito, con las condiciones de diciembre de 2014, para un usuario que haga un gasto medio anual de 5.000 euros (sin incluir carburante) y sin domiciliar la nómina. Los resultados tal vez te sorprendan: al final del año este usuario saldría perdiendo dinero con 10 tarjetas (entre 15 y 45 euros dependiendo de la tarjeta), ni ganaría ni perdería con 7 de ellas, y con las otras 10 tarjetas obtendría un ingreso extra, entre 12,50 y 50 euros. ¿Merece la pena o no elegir bien la tarjeta?

La mejor opción es escoger la tarjeta con la que puedas obtener el máximo rendimiento según tu perfil de utilización: cuánto gastas al año, si viajas fuera de la zona Euro, si consumes mucho carburante...

Busca la tarjeta que mejor se adapta a tus usos con la ayuda de nuestro

Comparador de Tarjetas de Crédito