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Incendios forestales: más rápidos y furiosos

25 julio 2023
incendio

El cambio climático trae consigo un nuevo tipo de incendios forestales, los conocidos como incendios de sexta generación. Son voraces, muy veloces y de gran intensidad. Pero ¿cómo hemos llegado aquí, después de décadas de lucha? La respuesta está en la falta de prevención. Te contamos sus causas, cómo prevenirlos y qué hacer si te topas con uno cara a cara.

¿Qué es un incendio forestal de sexta generación?

Los incendios de ahora no son como los de antes. En las últimas décadas la energía liberada por los incendios ha ido superando paulatinamente la capacidad de extinción, dando lugar a nuevas generaciones de incendios, en palabras de los propios expertos. 

Cada nueva generación de incendios incorpora problemas nuevos que se añaden a los de las generaciones anteriores:

  • Primera y segunda generación: incendios de superficie que se propagan por el suelo, de árbol en árbol entre las décadas del 50 y 70.
  • Tercera generación: incendios en los años 80, más rápidos y virulentos. Se propagan también por las copas de los árboles impulsados por la mayor densidad de las plantaciones.
  • Cuarta generación: en los años 90 aparece el desarrollo urbanístico en el monte como una nueva variable que complica mucho la capacidad de respuesta.
  • Quinta generación: la existencia de focos simultáneos en la década del 2000 obliga a multiplicar los medios de extinción. Los recursos no eran suficientes para atajar tantos incendios al mismo tiempo.
  • Sexta generación: son incendios de gran intensidad, alimentados por las consecuencias del cambio climático, y crean su propios fenómenos meteorológicos localizados. Se extienden más allá del verano. Es el escenario al que nos enfrentamos ahora.

Cómo se propaga un incendio de sexta generación

La columna de humo del incendio asciende cargada de humedad de la vegetación que arde y crea grandes nubes. Esta columna es similar a la que forma una nube de tormenta (cumulonimbo) por el calor del verano y se conoce como pirocumulonimbo.

La nube es inmensa, de hasta 10 km de altura, provoca rayos y vientos que pueden crear nuevos focos de incendio, además de transportar pavesas incandescentes muy volátiles a largas distancias.

Este tipo de incendios exceden los medios de cualquier dispositivo de extinción, por eso la solución es evitarlos reforzando los sistemas de prevención que eviten las causas que los provocan. Saber sus causas, es el primer paso para afrontar el problema.

Las principales causas de los incendios, en cifras

El 59% de los incendios son intencionados, la mayoría se deben a quemas agrícolas o para regenerar pastos, y se propagan por el monte sin control. Un 28% más se deben a negligencias y accidentes. Es decir, la mano del ser humano está detrás de la mayoría de los incendios.

Principales causas de incendios

Las cifras asustan, pero también dejan claro que, con el esfuerzo de todos, podemos darles la vuelta. A continuación, te contamos cómo.

Ante el fuerte viento, ponte en alerta 

El verano y el calor disparan el riesgo de incendios forestales en el campo. Las peores condiciones para que se produzcan incendios forestales ocurren con temperaturas superiores a 30 °C, humedad relativa por debajo del 30% y vientos de más de 30 km/h. Si se combinan con un descuido, la tragedia está servida.

Tu ayuda es importante para prevenir los incendios

  • Si sales de paseo o excursión, lleva tu propia bolsa de basura. Nunca tires basura en el monte, mucho menos si es cristal que puede provocar fuego mediante el “efecto lupa”. Las colillas también deben ir a tu bolsa de basura y nunca tires colillas por la ventanilla del coche, el ascua se reaviva.
  • Entre junio y octubre está prohibido encender fuego, también en los merenderos habilitados para cocinar, salvo alojamientos turísticos que tengan licencia para ello. Revisa el calendario y la regulación de tu comunidad autónoma porque pueden ser aún más restrictivos. 
  • Ten a mano el teléfono gratuito 062 del Seprona de la Guardia Civil. Avisa si eres testigo de vertidos de basura o si alguien enciende fuego contra las normas.
  • Activa en tu móvil las alertas de emergencia. En verano (y más en una ola de calor), conviene estar especialmente informado, presta atención a las previsiones meteorológicas en la radio y en la televisión. 
  • Si eres agricultor sigue los requisitos establecidos para la quema de restos vegetales y extrema las precauciones al utilizar las cosechadoras y cualquier otro tipo de maquinaria, cualquier chispa podría originar un incendio.

Qué hacer ante un incendio forestal

Si la prevención falla y te las tienes que ver cara a cara con un incendio forestal, ten presentes estos 5 consejos:

  1. Llama siempre al 112 y aléjate del humo.
  2. No se te ocurra atravesar las llamas, si vas en coche date la vuelta.
  3. Si el fuego te alcanza, intenta pasarte a la zona quemada por donde veas que no hay llamas.
  4. Huye siempre cuesta abajo, pero sin meterte en barrancos.
  5. Si tu ropa prende, échate a rodar por el suelo.

Objetivo: más y mejor prevención

España es el segundo país de Europa con mayor superficie forestal quemada, 81.059 hectáreas de media al año entre 2006 y 2022. Y si te estás preguntando quién lidera tan triste ranking, es nuestro vecino Portugal con más de 97.000 hectáreas.

Ayer le tocó a una provincia próxima, hoy al pueblo de al lado, mañana quizás sea tu pueblo o tu casa en una urbanización la que esté amenazada por el fuego.

Prevenir el fuego es tarea de todos. Las comunidades autónomas tienen las competencias, el Estado dispone de medios propios repartidos estratégicamente por el territorio y hay un Comité de Lucha contra Incendios forestales para la coordinación interadministrativa. Sin embargo, todo este esfuerzo está centrado en la extinción, en atajar el fuego lo antes posible una vez inciado, y eso no es suficiente, es precisamente en la prevención donde exigimos mayor inversión durante todo el año. Sabemos que los recursos y los conocimientos existen y queremos que se pongan en marcha para evitar que el fuego se inicie. 

Los incendios también se apagan en invierno

Las autoridades cuentan con drones y con el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), basado en imágenes de satélite muy precisas. También han mejorado su normativa, especialmente el último año, pero sigue sin ser suficiente, por eso es necesario:

  • Aumentar la vigilancia preventiva y activar protocolos de prevención cuando el riesgo de incendio es alto y, en especial, con vientos fuertes.
  • Desarrollar una silvicultura preventiva moderna, que asegure un diseño correcto de las nuevas plantaciones, con bosques resilientes que no prendan fuego con tanta facilidad, y entornos rurales en mosaico, con huertas, prados, arroyos, setos y cultivos, no invadidos de matorral.
  • Garantizar que los trabajos forestales se lleven a cabo durante todo el año, con quemas prescritas, desbroces, cortafuegos, clareos de plantaciones, ganadería extensiva, etc. Empezando por las zonas de actuación prioritarias de mayor riesgo de incendio.
  • Dotar de ayudas económicas y técnicas a los habitantes de zonas rurales y urbanizaciones en contacto con el monte, para que puedan cumplir su obligación de mantener en los alrededores de sus casas y urbanizaciones una franja de 15 a 25 metros libre de vegetación combustible.

¿Te interesa?

Si quieres saber más sobre los incendios de sexta generación y el gran esfuerzo que hacen los medios de extinción para proteger el monte, pero también nuestras vidas y hogares, te animamos a ver dos documentales: "Uno de los nuestros" (2017) o  “La vida en llamas” (2015), que puedes encontrar de vez en cuando y por períodos limitados en televisiones públicas (rtveplay), en plataformas de bibliotecas públicas como la de Madrid o en alguna plataforma de streaming como Filmin. 

Tú también tienes voz, queremos escucharla. Alza tu voz, opina y comparte. Corea la palabra mágica: prevención, prevención, prevención.