Rechazar cookies, todo un lujo

¿Me pueden cobrar por rechazar las cookies?

Algunos medios digitales han empezado a cobrar a los usuarios por rechazar las cookies y poder seguir navegando. ¿Por qué lo hacen? ¿Es legal cobrarme si no acepto las cookies?

Esto se debe a la reciente actualización que ha hecho la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) de su "Guía sobre el uso de cookies" para adaptarla a las directrices sobre patrones engañosos publicadas por el Comité Europeo de Protección de Datos.

En la nueva guía se establece que si el usuario rechaza el uso de cookies no se le puede impedir acceder al servicio o funcionalidad (muro de cookies), pero expresamente dice que la alternativa que se ponga puede no ser "necesariamente gratuita" y a eso, precisamente, es a lo que se han agarrado algunas empresas para cobrarte si quieres acceder a su contenido sin sentirte espiado.

Cookies: qué son y para qué sirven

Las cookies se instalan en nuestros terminales y dan información a los prestadores de los servicios cuando navegas. Son herramientas que tienen su función cuando se trata de la prestación de numerosos servicios por internet.

Distintos tipos de cookies

Hay distintos tipos de cookies, que no hacen lo mismo y también difieren en otros aspectos. y no es igual la gestión de todas ellas.

• Cookies técnicas o necesarias. Facilitan o hacen posible una operación, por ejemplo, arrastran los datos que vamos suministrando de una etapa a otra durante una compra online.
• De preferencias o personalización. Permiten recordar información para que el usuario acceda al servicio con determinadas características como puede ser el idioma de un sitio web o la moneda que desea utilizar en las transacciones.

Para estos dos tipos de cookies no es necesario solicitar el consentimiento del usuario siempre que sea este el que haya solicitado el servicio y se recojan solo para ese fin (por ejemplo, en una compra online para identificar una sesión, recordar los elementos que integran un pedido...).

• Cookies de análisis o medición. Aportan datos de nuestro comportamiento al navegar (cuánto tiempo pasamos en cada apartado, si clicamos o no en tal o cual botón...), para detectar problemas y mejorar la página.
• Cookies de publicidad comportamental. Son las que almacenan información sobre el comportamiento de los usuario obtenida a través de la observación continuada de sus hábitos de navegación, lo que permite desarrollar un perfil específico para mostrarle publicidad en función de eso.
• Cookies de terceros. Están en las páginas que visitas, pero instaladas por empresas diferentes que han pedido permiso para hacerlo. Este tipo de cookies suele monitorizar tu actividad para descubrir tus gustos e intenciones y comunicárselos a los anunciantes, que te ofrecerán publicidad adapatada.

Estos tres tipos de cookies, en cambio, solo están permitidas cuando los destinatarios hayan prestado su consentimiento expreso después de que se les haya facilitado información clara y completa sobre su uso. Por eso las páginas web están obligadas a preguntarnos sobre todas ellas, y nos den la posibilidad de aceptar, rechazar o configurarlas, decidiendo cuáles permitimos y cuáles no.

La razón que en algunos casos intentan darnos para justificar el cobro es que, al rechazarse el uso de las cookies los ingresos derivados de la publicidad bajan y se necesitan otros ingresos para poder mantener la página.

Nunca es gratis: pagamos con nuestros datos

La utilización e instalación de cookies en nuestros terminales tiene implicaciones importantes en relación con nuestra privacidad. El que ahora se cobre cuando se rechaza su uso nos hace ser conscientes del valor que para las empresas tienen nuestros datos y conocer nuestros hábitos de navegación.

Por ello, no es cierto cuando te dicen que "si optas por aceptar el uso de cookies puedes acceder gratis": ¿Acceso gratuito? Nada más lejos de la realidad, en estos casos el acceso lo estamos pagando con nuestros datos, con una información que, algunas veces es tan valiosa que deberían pagarnos las empresas a nosotros por obtenerla.

Pedimos transparencia y mayor control

Ante este cambio en muchas políticas de cookies, los usuarios sentimos que hemos perdido opciones que antes teníamos. El hecho de que nos cobren un precio por rechazarlas es un factor disuasorio que condiciona nuestra libertad de elegir una opción u otra. Páginas que hasta ahora permitían la navegación libre a quien rechazara las cookies y se mantenían sin problema, ahora han pasado a cobrar y ya no permiten el acceso si no se paga. La opción de pagar es prácticamente inasumible por unos usuarios que se pasarían el día pagando... ¿por qué exactamente?

Es importante diferenciar entre pagar por acceder a un contenido, algo lícito y normal y esto, porque ¿sabemos lo que "pagamos" cuando estamos aceptando las cookies? ¿Es mucho?, ¿es poco?, ¿es un precio justo? Necesitamos una mayor transparencia acerca de lo que se hace y de lo que se obtiene con nuestros datos para poder valorar si el precio que estamos pagando por rechazarlo es justo y proporcionado.

Desde OCU reclamamos una mayor protección de nuestra privacidad estableciendo unos límites claros, alternativas en las que los consumidores no tengan que pagar para proteger su privacidad, información más transparente y mayor control por parte de las autoridades competentes sobre los datos que las empresas están realmente tratando.