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Micotoxinas emergentes, en el punto de mira

Los hongos son organismos presentes en el ámbito alimentario, tanto por su interés culinario como por su función en la elaboración de determinados productos. Sin embargo, su presencia incontrolada en cultivos y en alimentos, y en especial la generación de micotoxinas, es un riesgo para los consumidores. Alertamos sobre las micotoxinas emergentes, aún no reguladas, al tiempo que insistimos en la necesidad de seguir investigando.

24 noviembre 2023
campo cultivado

El riesgo de las micotoxinas

El crecimiento de hongos en cultivos y alimentos es un problema de seguridad alimentaria.

Hay varias especies capaces de producir micotoxinas, metabolitos que pueden causar efectos adversos en nuestro organismo, desde cáncer y mutagenicidad, a problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o renales, entre otros. 

La normativa europea regula las concentraciones máximas de varios tipos de micotoxinas en distintos de alimentos y las autoridades sanitarias vigilan que se cumplan estos límites realizando controles fronterizos o en productos que ya están en el mercado: podemos comprobar en la base de datos del RASFF que cada día se rechazan múltiples partidas de alimentos que no cumplen los requisitos establecidos por la Unión Europea. Según el último informe anual sobre la red de Alertas y Cooperación (ACN) publicado por la CE, las aflatoxinas estaban entre los 6 tipos de notificaciones más frecuentemente reportadas al RASFF.  Sin embargo, la realidad es que se requiere más investigación pues son muchas las incertidumbres que acompañan a estas sustancias tóxicas.

El clima, un factor determinante

La contaminación por micotoxinas es un problema en cereales y frutos secos, pero también en alimentos de origen animal, cuando el animal se alimenta con piensos contaminados.

La evidencia científica apunta a que el cambio en las condiciones climáticas tendrá como consecuencia la redistribución geográfica de la incidencia de las diferentes micotoxinas. La producción de esas micotoxinas depende de las condiciones del medio en los que habitan los mohos que las producen: la humedad y temperatura ambiental, las precipitaciones y la presencia de insectos son factores determinantes de la invasión por mohos toxigénicos y la acumulación de micotoxinas en los cultivos.

Aunque a nivel global puede no suponer un incremento, debido a la posible reducción de las superficies cultivables fruto de las condiciones climáticas extremas, en el sur de Europa cabe esperar un claro aumento de la incidencia de aflatoxinas en maíz, tradicionalmente ligadas a climas tropicales, y también un agravamiento del problema ya existente de fumonisinas en este mismo cereal.

No todas las micotoxinas están reguladas

Recientemente se ha revisado el reglamento que establece los límites máximos de las micotoxinas ocratoxina A, aflatoxinas, fumonisina, patulina, deoxinivalenol y zearalenona, y la Comisión Europea propone en la lista las toxinas T-2 y HT-2. Sin embargo, una revisión científica subvencionada por EFSA alerta sobre la presencia en distintos grupos de alimentos de 15 micotoxinas que a día de hoy carecen de regulación.

Cuidado con las micotoxinas "emergentes"

A este grupo de sustancias se las conoce como micotoxinas emergentes, pues su prevalencia está aumentando en los últimos años debido sobre todo a los cambios en las condiciones climáticas de las zonas en las que se producen.

Estas conclusiones son el resultado de la revisión de publicaciones científicas disponibles entre 2018 y 2022, muchas de los cuales se enfocaban en analizar los alimentos con alta incidencia de contaminación por micotoxinas: cereales y derivados, frutos secos, legumbres y productos de alimentación infantil.

Además, este estudio sugiere el posible efecto suma o incluso sinérgico producido por la presencia simultánea de varias de estas sustancias tóxicas, pues se hallaron hasta 38 combinaciones distintas de varias micotoxinas contaminando un mismo alimento (entre 2 y 12 de forma simultánea).

micotoxinas

Más investigación, mejor protección

Es fundamental recopilar más datos relacionados con la coexistencia de micotoxinas reguladas y no reguladas para facilitar y respaldar múltiples riesgos químicos. Desde OCU consideramos que es preciso:

  • Establecer controles continuos para monitorizar la evolución de la prevalencia de micotoxinas en alimentos y las características de la contaminación (niveles, tipos de micotoxinas en los distintos grupos de alimentos).
  • Aumentar la inversión en investigación. Se sabe muy poco sobre el efecto de estas sustancias tóxicas cuando se presentan de forma simultánea, pues hasta ahora los estudios de basan en el efecto tóxico de cada micotoxina de forma aislada.
  • Mantener controles que confirmen que se respetan las medidas de prevención y las buenas prácticas relacionadas con la seguridad alimentaria a lo largo de toda la cadena alimentaria.

La puesta en marcha de estas acciones permitirá mitigar los riesgos potenciales para la salud humana que plantean las micotoxinas emergentes.

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