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Ya se puede usar el término “probiótico” en los alimentos

05 enero 2021
aprobada la utilización del término probiótico en la etiqueta de los alimentos

De ahora en adelante lo podremos ver en la etiqueta de los productos. Por el momento, no se han aprobado los efectos beneficiosos de los probióticos, más que los del yogur y la leche fermentada. No obstante, recomendamos tomarlos, ya que ejercen un efecto indirecto positivo en el equilibrio de la microbiota intestinal.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) acepta que se utilice el término “probiótico” en las etiquetas de los alimentos y complementos alimenticios vendidos en nuestro país, de acuerdo con el Principio de Reconocimiento Mutuo entre países de la UE.

El Reglamento sobre el Reconocimiento Mutuo, elaborado por la Comisión Europea, permite a las empresas que fabrican o distribuyen complementos alimenticios que puedan comercializar sus productos en cualquier estado miembro. Y dado que hay algunos países, como Italia, que ya permiten el uso del término “probiótico”, AESAN considera que también en España debe admitirse para no perjudicar a la industria ni al mercado ni a los consumidores españoles.

No existe una definición legal de probiótico

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) emplearon el término probiótico a principios de los 2000 para referirse a “microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades apropiadas como parte de un alimento, confieren al huésped un beneficio para la salud”.

De forma general, también se emplea la palabra probiótico para hacer referencia a especies bacterianas, cepas bacterianas o especies de microorganismos vivos, como Lactobacillus helveticus y Lactobacillus rhamnosus, entre otros. Sin embargo, en la actualidad no existe una definición legal de probiótico en la Unión Europea.

Probióticos para una microbiota sana y diversa

Los probióticos son bacterias vivas y levaduras que pueden ejercer un efecto beneficioso en el equilibrio de la microbiota, pues ayudan a que mantenga su diversidad.  

 Cuando hablamos de microbiota intestinal (tradicionalmente conocida como “microflora” o flora intestinal) nos referimos al conjunto de microorganismos (bacterias, levaduras, hongos y otros microorganismos) que viven en el intestino y cuyo equilibrio es fundamental para gozar de buena salud. Estos microorganismos realizan funciones esenciales para nuestro bienestar, pues, entre otras cosas, intervienen en la inmunidad, la digestión y la producción de vitaminas. Por tanto, es importante cuidarlos bien para tener una microbiota sana y diversa, y para ello puede ayudar el consumo de alimentos con probióticos, ya que pueden ejercer un pequeño efecto beneficioso contribuyendo a su equilibrio.

No deben confundirse los probióticos con los prebióticos, que son unos tipos de hidratos de carbono que nuestro intestino no puede digerir. También son necesarios, ya que favorecen el desarrollo de las bacterias beneficiosas e inhiben el crecimiento de otras perjudiciales en el intestino.

Si tomas probióticos, prebióticos, sigues una dieta rica en fibra (con cereales integrales, legumbres, frutas y verduras variadas) y practicas alguna actividad física con regularidad, favorecerás la diversidad y abundancia de bacterias de tu intestino.

Solo el yogur y algunos tipos de kéfir pueden catalogarse como probióticos

Los probióticos se encuentran en muchos productos:

  • Alimentos fermentados. Pero no todos los fermentados tienen la cantidad de bacterias suficiente para ser efectiva. Actualmente, solo el yogur y algunos tipos de kéfir pueden catalogarse como probióticos. Por el contrario, no existen pruebas suficientes que respalden los beneficios de otros productos fermentados de los que se oye mucho hablar, como kombucha, chucrut, tempeh, miso o kimchi.
  • Complementos alimenticios que contienen una o varias cepas de microorganismos vivos.
  • Preparados para lactantes y preparados de continuación a los que se han añadido, como ingrediente, diferentes cepas de microorganismos vivos.

kéfir, alimento con probióticos

Todos los productos cumplen con el requisito de seguridad. Sin embargo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no ha aprobado ninguna declaración sobre posibles efectos beneficiosos de estos microorganismos en la población general sana. Por el momento, la EFSA solo ha aprobado el uso de una alegación relativa a los microorganismos vivos Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus thermophilus del yogur o la leche fermentada. Aquellos productos que contengan una cantidad mínima de microorganismos pueden incluir en su etiqueta la frase “los cultivos vivos del yogur o de la leche fermentada mejoran la digestión de la lactosa del producto en las personas con problemas para digerir la lactosa”.

¿Qué requisitos deben cumplir los probióticos?

Del mismo modo que no existe normativa que incluya la definición de probiótico, tampoco existe legislación que regule su uso en los alimentos que comemos ni los requisitos que han de tener. Eso no quiere decir que no se puedan emplear, simplemente que no disponen de una normativa específica que los regule. Lo que sí deben cumplir, por supuesto, es el requisito básico y fundamental en alimentación, y es que se trate de un producto que sea seguro y no ponga en riesgo la salud del consumidor.

Dado que por el momento no existe una lista de microorganismos autorizados a nivel de la Unión Europea, se toma como referencia para su uso seguro en alimentos la lista de QPS de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que se revisa periódicamente.

OCU pide una normativa específica para probióticos

Gracias al Principio de Reconocimiento Mutuo entre países de la UE, se ha aprobado la comercialización en nuestro país de productos que presenten el término probiótico en su etiqueta. Sin embargo, existen diferentes interpretaciones en lo que se refiere al uso del término “probiótico”, lo que se traduce en una situación no armonizada en el mercado de la Unión Europea.

Por eso, desde OCU pensamos que es necesaria la regulación de los probióticos, una normativa que incluya:

  • una definición legal de este término,
  • las características que han de tener los probióticos,
  • el detalle de su proceso de autorización
  •  y una lista de productos aprobados.
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