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Facturas de electricidad: ¿qué IVA deben aplicar?

Muchos consumidores están recibiendo estos días sus factura energéticas... y se muestran sorprendidos al ver que se les aplica un IVA del 10%, el vigente desde 2024, en vez del 5% de 2023, que es cuando se realizó el consumo. ¿Es legal?

11 enero 2024
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IVA y nuevas facturas: dudas

El paso del IVA en las facturas del electricidad y gas 5% al 10% (y si nada cambia, al 21% dentro de unos meses) ha puesto en evidencia problemas que regularmente afectan a estos suministros: los retrasos en las facturas y las estimaciones de consumo erróneas. ¿Por qué al consumo realizado en unos meses en que se aplicaba el 5% se le aplica el 10%?

Se aplica el IVA vigente en la fecha del pago

Según establece la Ley del IVA, en los suministros de electricidad, gas o telefonía, el IVA se devenga en el momento en que resulta exigible el precio de cada servicio. Y la fecha en que es exigible el pago se fija en cada contrato, pero lo habitual es que sea el momento de la expedición de la factura, con independencia de los períodos en que se hubieran consumido la electricidad o el gas.

Por lo tanto, desde el punto de vista fiscal, las comercializadoras actúan correctamente cuando aplican el IVA vigente en el momento de expedir la factura, aunque se trate de consumos anteriores... pero claro, puede resultar perjudicial para los usuarios: esto es lo que está sucediendo ahora. Con todo, hay que tener en cuenta que tiempo atrás paso lo mismo en sentido contrario, los usuarios pagaron un IVA del 5% a consumos realizados durante semanas o meses en que el IVA vigente era el 21%.

Si el retraso es grande, peor

Los suministros de electricidad y gas tienen además la peculiaridad de que la facturación depende mucho de la información que facilita la distribuidora del consumo realizado y de la forma en que la comercializadora gestiona esta información.

Los retrasos en la facturación que sufren en ocasiones algunas compañías (y que otras como Endesa lleva arrastrando bastante tiempo sin acabar de solucionarlo), provocan que, al perjuicio que supone no recibir las facturas en su fecha, se añada el problema añadido de tener que pagar un IVA (y un Impuesto de Electricidad) más elevado que si la facturación se hubiera realizado en fecha

Los consumos estimados, otro problema

Algo similar ocurre con las facturas estimadas cuando no hay una lectura real del contador. Este fallo en la gestión del suministro puede ocasiones un perjuicio si la estimación se hizo a la baja durante los meses en los que los impuestos eran reducidos, porque cuando llegue la corrección con los consumos reales se aplicará con los impuestos renovados.

Malo para el usuario... pero tampoco bueno para la compañía

En cualquier caso, las comercializadoras (y distribuidoras) no obtienen ventajas por estos retrasos en la facturación ya que actúan como recaudadores de impuestos que deben a su vez entregar. Pero sí tienen consecuencias negativas para sus clientes y si no se ponen medios suficientes para revolverlos a tiempo porque se sabe que se trata de pequeñas cantidades individuales de donero, y que los procedimientos para reclamarlos serán largos y sin un éxito garantizado.

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