Mobile World Congress 2014: poca revolución pero bastante evolución
Como cada año la industria de la tecnología móvil saca del horno los platos fuertes que pronto llegarán al mercado. Las grandes marcas de smartphones y tablets se juntan en el MWC de Barcelona. OCU estuvo allí para contártelo. Esta es la pinta que tiene el futuro.
Febrero es el mes en que la "patronal" móvil (la GSMA, fabricantes de teléfonos y operadores) se planta en Barcelona para acaparar titulares durante una semana (del 24 al 27).
Los hoteles de la capital catalana (que hasta 2018 también es capital mundial del móvil) cuelgan los carteles de "todo completo" ante una asistencia que ronda las 75.000 personas.
El Mobile World Congress es el mayor evento mundial de smartphones y tablets (con cierto espacio también para el fondo de armario de las marcas, ya sean teles, ordenadores o los flamantes relojes inteligentes).
OCU estuvo en la edición 2014 para que los consumidores puedan beber de una fuente independiente que les diga hacia dónde soplan los vientos tecnológicos.
El MWC 2014 en 5 impactos
1. Wearables y smartwatches: dos palabros que cada vez nos serán más familiares. Los wearables son dispositivos "vestibles", como las pulseras de actividad o los relojes inteligentes (smartwatches). De estos últimos se esperaba mucho (quizás demasiado) y no ha habido prácticamente nada (el Gear 2 de Samsung decepciona).
Han sido las pulseras las que han hecho una auténtica irrupción en este Mobile World Congress. Cuatro grandes marcas (Samsung, Sony, LG y Huawei) han presentado una. La de Samsung es la más atractiva (su pantalla no tiene rival), pero dobla en precio al resto (unos 200 euros en lugar de los 100 de la competencia).
Aun así, el propio concepto de pulsera genera dudas: ninguna tiene GPS y, al igual que el smartwatch, dependen del smartphone para casi todo.
2. Los móviles "baratos" mejoran: lo que hasta hace poco era coto privado de la alta gama empieza a filtrarse hacia abajo, llegando a teléfonos con precios que pueden considerarse baratos (200 euros) o de gama media (300 euros).
El Huawei Ascend G6 es excelente ejemplo de los primeros y el Sony Xperia M2 de los segundos.
3. Pantallas en fase creciente: los smartphones han ido aumentando sus pulgadas hasta rozar la frontera de los tablets (y engendrar ese híbrido llamado phablet). Este año la tendencia se acentúa ligeramente: aunque hace un par de años habría resultado difícil de creer, las 5 pulgadas empiezan a ser tamaño estándar.
LG alza la apuesta con su G Flex de 6 pulgadas y siguen proliferando híbridos como el Huawei MediaPad X1 7.0 (7 pulgadas).
4. Dios salve al gurú: tras comprar WhatsApp, el creador de Facebook habló en el Mobile World Congress. Vino para vender una idea: Internet gratis en las zonas más pobres del mundo. Aunque un Internet especial en el que Facebook y WhatsApp jugarán un papel primordial.
Una iniciativa con tintes humanitarios que no impidió que se le preguntase por el futuro de WhatsApp. Jan Koum, fundador de la app de mensajería más popular, anunció en Barcelona que WhatsApp permitirá hacer llamadas de voz (aunque no serán gratis).
5. La alta gama evoluciona pero no sorprende: no hubo novedades espectaculares en el universo smartphone. Los buques insignia de cada marca siguen mejorando, pero el Samsung Galaxy S5 y el Sony Xperia Z2 son tenues evoluciones de una idea ya tratada.
LG jugó fuerte y consiguió muchos titulares con su móvil flexible, pero el G Flex no supone ninguna revolución y ya fue presentado en enero en Las Vegas.
Rumores que se quedaron en nada
- Samsung: las apuestas les daban como reina del baile y lo fueron. Pero más por la pereza de sus contrincantes que por méritos propios. El Galaxy S5 es más parecido al S4 de lo que se pronosticaba (tiene sensor de huellas dactilares, tal y como se rumoreaba, pero era mentira lo de que iban a eliminar los botones físicos). Su nuevo reloj inteligente es más de lo mismo: simple evolución del Galaxy Gear. De la pulsera (Gear Fit) no se esperaba gran cosa y ha acabado siendo la niña bonita.
- Nokia: sus Nokia X habían generado gran expectación, pero el resultado final (con una extrañísima adaptación del sistema Android) resultó francamente decepcionante (pese a precios muy competitivos: 100 euros). El camino del medio puede jugar malas pasadas: entre el Windows Phone de su nuevo dueño (Microsoft compró Nokia en septiembre) y el auténtico Android que desean, los finlandeses han elegido un Android tuneado en plan zombi.
- LG: se han dedicado a lucir (que no estrenar) su G Flex de estructura curvada. Inexplicablemente, no han querido darle bombo al LG G2 Mini, un móvil con el tamaño ideal para tu mano (4,7 pulgadas y estructura compactada) y que tiene la audacia de ir contra la corriente de los smartphones enormes. Su pulsera de actividad palidecía tanto si la comparabas con la competencia que decidieron esconderla en un rincón del expositor.
- Sony: apenas había rumores sobre ellos, sino más bien realidades constatadas. Se sabía que iban a presentar el Xperia Z2 y así hicieron. Intentaron darle visibilidad a sus pulseras de actividad, algo muy lógico ya que lo mejor que tienen es su impecable diseño.
- HTC: renuncian a competir. Presentarán su principal producto (el nuevo HTC One) lejos de Barcelona. Un severo batacazo económico en 2013 les lleva a centrarse en la gama media, pero solo trajeron un Desire 816 que supo a poco... o más bien a nada.
- Huawei: hay que reconocerles que saben ajustar los precios sin caer en la tentación lowcost. El Ascend G6 es buen ejemplo: gama media en prestaciones pero baja en precio (200 euros). Su producto estrella fue el híbrido Media Pad X1 7.0, ciertamente no para todos los públicos. Su pulsera fue una de las más flojas.
- El resto: por descontado Apple no estuvo en Barcelona (no van nunca). Poquísimo se supo de BlackBerry o Lenovo (que acaba de comprarse Motorola). ZTE sigue ahorrando en procesadores para vender móviles como el Grand S Flex o el Blade L2.
Síguelo en directo con Twitter
OCU estuvo en el Mobile World Congress 2014 tuiteando en el hashatag #OCUenMWC14
Cerca ya de su final, el #MWC14 no pasará a la historia como el más innovador. Nada de revolución y mucho de evolución #OCUenMWC14
— OCU (@consumidores) febrero 26, 2014
Febrero es el mes en que la "patronal" móvil (la GSMA, fabricantes de teléfonos y operadores) se planta en Barcelona para acaparar titulares durante una semana (del 24 al 27).
Los hoteles de la capital catalana (que hasta 2018 también es capital mundial del móvil) cuelgan los carteles de "todo completo" ante una asistencia que ronda las 75.000 personas.
El Mobile World Congress es el mayor evento mundial de smartphones y tablets (con cierto espacio también para el fondo de armario de las marcas, ya sean teles, ordenadores o los flamantes relojes inteligentes).
OCU estuvo en la edición 2014 para que los consumidores puedan beber de una fuente independiente que les diga hacia dónde soplan los vientos tecnológicos.
El MWC 2014 en 5 impactos
1. Wearables y smartwatches: dos palabros que cada vez nos serán más familiares. Los wearables son dispositivos "vestibles", como las pulseras de actividad o los relojes inteligentes (smartwatches). De estos últimos se esperaba mucho (quizás demasiado) y no ha habido prácticamente nada (el Gear 2 de Samsung decepciona).
Han sido las pulseras las que han hecho una auténtica irrupción en este Mobile World Congress. Cuatro grandes marcas (Samsung, Sony, LG y Huawei) han presentado una. La de Samsung es la más atractiva (su pantalla no tiene rival), pero dobla en precio al resto (unos 200 euros en lugar de los 100 de la competencia).
Aun así, el propio concepto de pulsera genera dudas: ninguna tiene GPS y, al igual que el smartwatch, dependen del smartphone para casi todo.
2. Los móviles "baratos" mejoran: lo que hasta hace poco era coto privado de la alta gama empieza a filtrarse hacia abajo, llegando a teléfonos con precios que pueden considerarse baratos (200 euros) o de gama media (300 euros).
El Huawei Ascend G6 es excelente ejemplo de los primeros y el Sony Xperia M2 de los segundos.
3. Pantallas en fase creciente: los smartphones han ido aumentando sus pulgadas hasta rozar la frontera de los tablets (y engendrar ese híbrido llamado phablet). Este año la tendencia se acentúa ligeramente: aunque hace un par de años habría resultado difícil de creer, las 5 pulgadas empiezan a ser tamaño estándar.
LG alza la apuesta con su G Flex de 6 pulgadas y siguen proliferando híbridos como el Huawei MediaPad X1 7.0 (7 pulgadas).
4. Dios salve al gurú: tras comprar WhatsApp, el creador de Facebook habló en el Mobile World Congress. Vino para vender una idea: Internet gratis en las zonas más pobres del mundo. Aunque un Internet especial en el que Facebook y WhatsApp jugarán un papel primordial.
Una iniciativa con tintes humanitarios que no impidió que se le preguntase por el futuro de WhatsApp. Jan Koum, fundador de la app de mensajería más popular, anunció en Barcelona que WhatsApp permitirá hacer llamadas de voz (aunque no serán gratis).
5. La alta gama evoluciona pero no sorprende: no hubo novedades espectaculares en el universo smartphone. Los buques insignia de cada marca siguen mejorando, pero el Samsung Galaxy S5 y el Sony Xperia Z2 son tenues evoluciones de una idea ya tratada.
LG jugó fuerte y consiguió muchos titulares con su móvil flexible, pero el G Flex no supone ninguna revolución y ya fue presentado en enero en Las Vegas.
Rumores que se quedaron en nada
- Samsung: las apuestas les daban como reina del baile y lo fueron. Pero más por la pereza de sus contrincantes que por méritos propios. El Galaxy S5 es más parecido al S4 de lo que se pronosticaba (tiene sensor de huellas dactilares, tal y como se rumoreaba, pero era mentira lo de que iban a eliminar los botones físicos). Su nuevo reloj inteligente es más de lo mismo: simple evolución del Galaxy Gear. De la pulsera (Gear Fit) no se esperaba gran cosa y ha acabado siendo la niña bonita.
- Nokia: sus Nokia X habían generado gran expectación, pero el resultado final (con una extrañísima adaptación del sistema Android) resultó francamente decepcionante (pese a precios muy competitivos: 100 euros). El camino del medio puede jugar malas pasadas: entre el Windows Phone de su nuevo dueño (Microsoft compró Nokia en septiembre) y el auténtico Android que desean, los finlandeses han elegido un Android tuneado en plan zombi.
- LG: se han dedicado a lucir (que no estrenar) su G Flex de estructura curvada. Inexplicablemente, no han querido darle bombo al LG G2 Mini, un móvil con el tamaño ideal para tu mano (4,7 pulgadas y estructura compactada) y que tiene la audacia de ir contra la corriente de los smartphones enormes. Su pulsera de actividad palidecía tanto si la comparabas con la competencia que decidieron esconderla en un rincón del expositor.
- Sony: apenas había rumores sobre ellos, sino más bien realidades constatadas. Se sabía que iban a presentar el Xperia Z2 y así hicieron. Intentaron darle visibilidad a sus pulseras de actividad, algo muy lógico ya que lo mejor que tienen es su impecable diseño.
- HTC: renuncian a competir. Presentarán su principal producto (el nuevo HTC One) lejos de Barcelona. Un severo batacazo económico en 2013 les lleva a centrarse en la gama media, pero solo trajeron un Desire 816 que supo a poco... o más bien a nada.
- Huawei: hay que reconocerles que saben ajustar los precios sin caer en la tentación lowcost. El Ascend G6 es buen ejemplo: gama media en prestaciones pero baja en precio (200 euros). Su producto estrella fue el híbrido Media Pad X1 7.0, ciertamente no para todos los públicos. Su pulsera fue una de las más flojas.
- El resto: por descontado Apple no estuvo en Barcelona (no van nunca). Poquísimo se supo de BlackBerry o Lenovo (que acaba de comprarse Motorola). ZTE sigue ahorrando en procesadores para vender móviles como el Grand S Flex o el Blade L2.
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OCU estuvo en el Mobile World Congress 2014 tuiteando en el hashatag #OCUenMWC14
Cerca ya de su final, el #MWC14 no pasará a la historia como el más innovador. Nada de revolución y mucho de evolución #OCUenMWC14
— OCU (@consumidores) febrero 26, 2014
Son la reina del baile y lo saben. La perpetua ausencia de Apple en Barcelona deja a Samsung como único coloso. En la masiva presentación de sus nuevos productos sacaron pecho con sus 200 millones de usuarios.
Samsung Galaxy S5: sin apenas sorpresas
Llamado a ser el protagonista de este Mobile World Congress, resulta una evolución muy tenue desde el Galaxy S4. El jefe máximo, JK Shin, se lo preguntaba abiertamente durante la gala: ¿Cómo hacer para sorprender al mundo?.
"Este no es un producto disruptivo, no es algo que puedas decir que es completamente distinto", reconoce Francisco Hortigüela, director de Marketing de Samsung España. Ante la imposibilidad de una revolución, Samsung opta por "una evolución de las cosas útiles"”.
Costará 699 euros y cuenta con lector de huellas dactilares para, por ejemplo, pagos móviles en los que tu dedo será el único password necesario.
Sus 5 elementos clave se repitieron hasta la saciedad:
- Diseño: prácticamente idéntico al Galaxy S4, pero con material de policarbonato más rugoso y más agradable. La pantalla tiene 5,1 pulgadas (0,1 pulgadas más que el S4). La batería mejora y aguantará 12 horas de Internet.
- Cámara: aumentan los megapíxeles (16 en lugar de los 13 del S4) pero permite hacer el enfoque automático en solo 0,3 segundos.
- Conectividad: LTE/4G, un wifi más rápido y lo que llaman downloader booster para que las descargas sean aún más rápidas.
- Resistencia: resistente al agua y al polvo, lo que no significa que sea sumergible. Puede mojarse, pero no hay que hacer submarinismo con él. Samsung sigue así la senda abierta por los Sony Xperia Z.
- Forma física y actividad
El quinto elemento: tienes que cuidarte
Es la verdadera apuesta de Samsung y afecta no solo al Galaxy S5 (que incorpora medidor de pulsaciones) sino también a los otros dos productos presentados en el MWC 2014:
- Samsung Galaxy Gear 2: un nuevo reloj inteligente que tampoco ofrece mucho más que el Gear original. Mide pulsaciones, permite responder a llamadas (hablando y escuchando por el reloj) y puedes personalizar su aspecto (incluso diseñarlo tú mismo). También hace fotos, pero la versión económica (Galaxy Gear Neo) no tiene cámara. El Gear 2 podría costar unos 300 euros. Ambos son resistentes al agua.
- Samsung Galaxy Gear Fit: la pulsera de actividad de Samsung es completamente diferente al resto de pulseras (FitBit, Jawbone) que hay en el mercado. Para empezar tiene una pantalla táctil curva (OLED) y mide pulsaciones. Se comunica con el smartphone y permite hacer prácticamente todo lo que hace el smartwatch (excepto fotos –no tiene cámara- y hablar). Para barrer a todos sus competidores solo tiene una pega: únicamente funciona con smartphones Samsung Galaxy. Y para ser el bombazo que todos los deportistas esperan le falta el GPS. Su precio podría rondar los 200 euros.
El año pasado por estas fechas en Barcelona todos andaban bastante obsesionados con la tecnología NFC, pero especialmente Sony.
Un año después el discurso ha cambiado, lo de la NFC nos lo han contado demasiadas veces y el fabricante japonés se planta en el Mobile World Congress con una evolución de sus diferentes productos.
Con una cuota de mercado que en España ha crecido notablemente, Sony ya no necesita demostrar que también puede hacer móviles. Sus varios Xperia se han quedado en la memoria de la gente, que ya no les identifica exclusivamente con la marca de las teles y las minicadenas.
Un menú razonable
Este es el menú de Sony para el Mobile World Congress 2014:
- Aperitivo: la Smart Band es una pulsera de actividad similar a las Fitbit y las Jawbone (cuentapasos y cuentacalorías, monitorización del sueño, etc). Pero Sony ha conseguido un producto más estético (matrícula de honor en el diseño) y con una app más vistosa (a fin de cuentas todo lo que hace la pulsera necesita de un smartphone para disfrutarlo). Cuesta 99 euros y estará a la venta a mediados de abril.
- Primer plato: el Sony Xperia M2 es de digestión ligera y muy interesante. Aunque no es resistente al agua (solo los Xperia de la gama Z lo son), el M2 puede convertirse en una de las opciones más atractivas para tu bolsillo. Por unos 300 euros hablamos de un smartphone de 4,8 pulgadas con procesador de 4 núcleos y conexión 4G.
- Segundo plato: el plato fuerte para esta edición de la feria son las evoluciones de la gama Z. Tanto el smartphone Sony Xperia Z2 como el Xperia Tablet Z2 comparten mejoras. Una nueva tecnología de imagen (Vivid Color LED) que acentúa los contrastes dando mayor énfasis a ciertos colores. Altavoces estéreo y frontales que proporcionan un sonido de mayor impacto. El smartphone tiene 5,2 pulgadas, es capaz de grabar en 4K (aunque poquísimos consumidores disfrutan de una TV 4K...) e incluye unos auriculares con cancelación de ruido, que reducen en un 98% la contaminación acústica. El smartphone cuesta 699 euros y el tablet 649 euros.
- Postre: como apartado anecdótico quedan una serie de apps divertidas centradas en la edición de fotos y vídeos. Presentadas con el envoltorio del próximo Mundial de fútbol, no todas parecen ser verdaderamente útiles y algunas recuerdan bastante a lo que Nokia presentó hace un año en este mismo lugar.
Fabricar móviles y venir del mismo país que Samsung no es fácil en estos tiempos en los que la marca de los Galaxy es campeona mundial de ventas. Los surcoreanos de LG llevan años intentando diferenciarse. Aunque sus ideas suelen dar la talla técnicamente, su manera de venderlas no siempre cuaja.
Afortunadamente decidieron dejar en segundo plano la nueva pero aun así anodina Serie III (tres smartphones, el más pequeño de 3,5 pulgadas y el más grande de 4,7). También resulta acertado relegar la pulsera de actividad Life Band, ya que son demasiados los que han presentado algo parecido (Samsung, Sony, Huawei…). Además, la pulsera de LG deja bastante que desear.
Menos justificación tiene no darle más honores al LG G2 Mini, un smartphone de 4,7 pulgadas compactado al máximo y con el mérito de ser contratendencia. Los teléfonos han crecido tanto que un retorno a las 4 pulgadas puede ser todo un alivio. Agarrar el G2 Mini es tan agradable como volver a los tiempos en los que tu mano era más grande que tu móvil.
Potencial rival para el Galaxy Note 3
Lo primero que hay que decir del LG G Flex: es un smartphone grande y caro. Sus 6 pulgadas de pantalla y 799 euros de precio hacen que no sea para todos los bolsillos (a muchos no les cabrá en el pantalón o en el presupuesto). La propia LG compara su G Flex con el Samsung Galaxy Note 3 (asegurando que su batería permite 2 horas más de vídeo que la del rival).
Es un móvil de forma ligeramente curvada, un “truco” inteligente para intentar que sus 6 pulgadas sean manejables. En el fondo es una vuelta al teléfono clásico, con un auricular pensado para adaptarse a tu boca y tu oreja. Esta naturaleza curvada se completa con una pantalla de curioso “efecto envolvente” inspirado en los cines IMAX.
Y como querían una pantalla curvada, han tenido que hacer un móvil flexible. El G Flex no es un chicle pero se dobla levemente si intentas aplastarlo. En teoría puedes ponerle encima hasta 32 kilos y no se rompe… pero sentarse sobre tu móvil no es tan extraño (bolsillo trasero del pantalón). En nuestro laboratorio comprobaremos su verdadera resistencia.
El G Flex se anuncia como “auto-reparable”. No estamos hablando de un milagro sino de un material, el uretano (empleado en las ruedas de los monopatines, por ejemplo). El secreto está en la propia flexibilidad del teléfono. Cuando nos tumbamos en un colchón lo deformamos, pero si nos levantamos solo tarda unos minutos en volver a la normalidad. De la misma manera funciona el uretano, que en cuestión de segundos remedia los rayones leves (pero nunca los golpes serios).
Muy centrados en el G Flex, han traído a Barcelona también el G Pro 2 de 5,9 pulgadas (con grandes mejoras en el interfaz que prometen ir trasladando a su gama baja).
Son la única marcha china que se ha hecho un hueco más que digno entre los nombres más prestigiosos. Nunca quisieron ser asociados con el concepto lowcost pero han ido ajustando los precios para conseguir una combinación que les abra puertas en Occidente.
Suelen lucir un repertorio exhaustivo que recorre todas las gamas e incluye routers y todo tipo de accesorios, pero esta vez no han traído ninguna joya a Barcelona.
El plato fuerte de Huawei para este Mobile World Congress fue el Media Pad X1 7.0, un tablet de 7 pulgadas que algunos podrán considerar phablet porque permite hacer llamadas, aunque a estas alturas de la película queda claro que las fronteras son cada vez más difusas.
Tiene una cámara de gran angular para hacerse autofotos (selfies, esa extraña moda narcisista) y presume de ser el dispositivo más fino de los de su segmento (también es indiscutiblemente ligera). Con un precio ajustado (400 euros) el interrogante es el mismo que el de otros híbridos: ¿quién necesita esta pequeña tableta que bien podría ser un smartphone enorme?
Floja pulsera, interesante gama media
El Ascend G6 es otra de las propuestas principales de Huawei. Gama media en prestaciones, 4,5 pulgadas de pantalla y un precio de unos 200 euros que le augura futuro en el mercado.
Para completar también ellos han venido con una pulsera de actividad biométrica, una tendencia más que confirmada entre los grandes fabricantes. Su única curiosidad es que se transforma en un auricular bluetooth cuando te llaman, aunque en el resto palidece si la comparas con la de Samsung (la Gear Fit). Eso sí: la de Huawei cuesta 99 euros y la de Samsung el doble. Por otro lado, este mismo complejo de inferioridad también afecta a las pulseras de Sony y LG.
Pocos se esperaban lo que le está pasando a Nokia. Con el viento en contra desde hace años, en el anterior Mobile World Congress supieron reaccionar y llegaron con propuestas atrevidas e interesantes. Pero esta audacia no pudo calmar el temporal y en septiembre fueron comprados por Microsoft.
Es de sobra conocida la obsesión de Microsoft por convertir su sistema operativo para móviles, Windows Phone, en un maxi-entorno estilo Google que nos dé cabida a todos. Igualmente notorias son las dificultades que están teniendo para conseguirlo.
Por lo tanto, la compra de Nokia implicaba que los finlandeses iban a dedicarse a hacer smartphones con Windows Phone que le diesen un vuelco al mercado. Hasta aquí, todo claro.
¿Cómo explicar entonces que Nokia se plante en Barcelona con unos smartphones Android como plato estrella? La digestión tiene pinta de ser pesada en Microsoft. Y tampoco será dulce para los consumidores, ya que estos smartphones Android no pueden considerarse genuinos Android.
Decepcionantes smartphones zombis
Los Nokia X han “tuneado” Android de una manera que deja mucho que desear. Falta la sencillez del interfaz que ha convertido a Android en el sistema móvil número uno y mucho más importante aún el Play Store. Es imposible quedar satisfecho con esta extrañísima hornada de smartphones, pese a que el precio pueda resultar atractivo de por sí.
De más pequeño a más grande son el X (89 euros), el X Plus (99 euros) y el XL (109 euros). Más allá del diferente tamaño de pantalla, las diferencias son escasas (512 MB de RAM en el X y 768 MB en los otros dos, cámara de 5 megapíxeles en el XL y de 3 megapíxeles en los otros dos, todos tienen 4 GB de memoria interna pero solo el X Plus incluye además una tarjeta con otros 4 GB extra).
La peculiar adaptación Android de Nokia tiene algo de zombi y es un sistema que probablemente no sepa que está muerto. Confiamos en que a la compañía finlandesa no le ocurra lo mismo.
En 2013 decidieron presentar el HTC One en Las Vegas y traerlo aquí ya manoseado. Este año presentarán su nuevo super smartphone el 25 de marzo, lejos de Barcelona. Son de los pocos que no han traído una pulsera de actividad y no hay rastro del smartwatch que prometían los mentideros.
Desinterés y soberbia
Rezuma desinterés su limitada propuesta, centrada en el nuevo HTC Desire 816 (gama media en precio y prestaciones) y en modificaciones de su HTC One: versión Max de 5,9 pulgadas y versión Mini de 4,3 pulgadas (este último rondaría los 400 euros… desmintiendo así el ahorro para el que en teoría fue diseñado).
Chen Wang, una de las máximas dirigentes de la compañía, dijo hace unos meses que el error de HTC en 2013 había sido centrarse demasiado en su buque insignia, el HTC One, descuidando la gama media en la que ahora confían.
Pero al parecer sus palabras no han sido escuchadas en su propia empresa, que se cree tan importante como para presentar el nuevo HTC One por su cuenta y venir al mayor evento mundial de telefonía móvil con las manos vacías.