Altavoces inteligentes: ¿qué pueden hacer por ti?

Descubre en qué tareas pueden ayudarte  

Vamos a ser sinceros: los altavoces inteligentes no son productos aptos para usuarios poco diestros en nuevas tecnologías. Así que si eres de los que se las ve y se las desea a la hora de instalarte una simple app en el móvil, este producto no es para ti. Si bien no es difícil empezar a hablar con ellos, la cosa se complica bastante cuando hay que conectarlos con otros dispositivos de casa como, por ejemplo, la televisión o el termostato. 

Para empezar a configurar tu altavoz inteligente, necesitarás un smartphone, adquirir algunos dispositivos extra (luces, enchufes …) compatibles con tu asistente y que todos ellos estén conectados a la misma red wifi. Además, tendrás que descargar unas apps y es muy probable que te toque reconfigurar algunos de los dispositivos que ya tienes en casa si tu idea es vincularlos con tu asistente.

¿Qué pueden hacer los altavoces inteligentes?

Los altavoces inteligentes no suelen venir con manuales de instrucciones que expliquen detalladamente qué cosas pueden hacerse con ellos. Mas bien, te dan sugerencias.  

Aun así, y según un estudio realizado por el centro de investigación Edison Research en Estados Unidos en 2017, entre los usos más comunes que los usuarios dan a estos dispositivos están:

Escuchar música	68 %
Información meteorológica	58 %
Preguntas generales	52 %
Noticias	45 %
Alarma, cronómetro y consultar la hora	43 %
Controlar otros dispositivos	33 %
Lista de tareas y de la compra	26 %

Como uno más de la familia

A continuación, te contamos qué cosas puede hacer un altavoz inteligente para facilitarte tu día a día:

Por la mañana

 

Te acabas de despertar y no quieres encender la luz de golpe, así que le pides a tu asistente que encienda las luces de la habitación con un brillo al 20 %, para que no sean muy molestas.

Después, le dices que te ponga música relajante en Spotify y que encienda el enchufe de la cocina al que anoche conectaste tu cafetera, porque te gusta el café recién hecho por las mañanas.

Una vez en el salón, mientras desayunas, le pides que te lea las noticias más importantes del día y que te diga qué tiempo va a hacer hoy para elegir la ropa que vas a ponerte, que te recuerde tus eventos del día y te informe sobre cuánto vas a tardar en llegar a la oficina en coche.

Antes de irte, le preguntas “¿Dónde está mi móvil?” al altavoz inteligente, no sabes donde lo has dejado, este empieza a sonar y ¡tachán! lo encuentras fácilmente. Cuando ya estás saliendo por la puerta, le pides que apague todas las luces.

Durante el día

 

Una vez ventiladas las habitaciones, le dices al asistente que ajuste la temperatura del termostato a 24 grados y, de paso, que te recuerde que a las 4 de la tarde debes tomarte tus medicinas.

Mientras estás trabajando, escribiendo un informe, te surge una duda: “Asistente, ¿en qué año se fundó la Unión Europea?”. Y poco después te viene a la mente que el viernes a las 11 de la mañana tienes una reunión con un cliente y le pides que cree ese evento en tu calendario.

Casi es la hora de comer. Te diriges a la cocina para preparar la comida de hoy y le indicas al altavoz de la cocina que reproduzca tu playlist Cocinar. La pasta que pusiste a cocer ya ha empezado a hervir, así que le pides que te ponga un temporizador de 8 minutos, el tiempo exacto para que se haga al dente. Al ir a sacar unas cosas de la nevera te has dado cuenta de que te faltan algunos ingredientes, entonces le dices al altavoz inteligente que añada queso parmesano, tomates y perejil a la lista de la compra.

Una vez que está lista la comida, le indicas al asistente que anuncie en el resto de los altavoces de la casa que la comida está lista para que todo el mundo se entere y venga (si es que no están ya merodeando por la cocina). Mientras estáis con el postre, tienes una duda: ¿cuántas calorías tiene un arroz con leche?

Llega tu momento de descanso de después de comer y te apetece escuchar tu emisora preferida, así que se lo dices al asistente y la radio empieza a sonar.

Por la noche

 

Es hora de relajarse, le pides al altavoz del salón que ajuste las luces del salón al 30 % de brillo.

Os sentáis todos en el sofá para empezar el entretenimiento, le indicáis al asistente que os cuente un chiste y después le pedís jugar al trivial. Y al acabar de cenar, le pides que te ponga Netflix para acabar de ver la peli que ayer dejaste a mitad. 

Una vez en tu habitación, le dices que configure una alarma para el día siguiente a las 6 y media de la mañana con canciones de Los Beatles. A continuación, le pides que ponga música para ayudarte a dormir y 10 minutos más tarde le solicitas que apague todas las luces de la casa.