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Suplementos alimenticios, ¿y una ley para cuándo?

10 febrero 2017
suplementos alimenticios

¿Recurres a los suplementos alimenticios para complementar tu dieta? Pues has de saber que su eficacia está en entredicho. El vacío legal a nivel europeo sobre estos productos ha llevado a las organizaciones de consumidoras europeas y OCU entre ellas a solicitar de manera firme una ley uniforme y clara por el bien de los consumidores. Entérate de nuestras reivindicaciones.

Los suplementos alimenticios son fuentes concentradas de nutrientes u otras sustancias con un efecto nutricional o fisiológico destinados a complementar la dieta normal. Son preparados a base de vitaminas y minerales, botánicos (procedentes de plantas) u otras sustancias, como aminoácidos o ácidos grasos esenciales.

Pero estos productos se mueven dentro de un vacío legal ya que en función de los países y los canales de venta se venden o como suplementos alimenticios o medicamentos. Un panorama caótico donde se aplican distintas leyes basadas en diferentes niveles de precaución. Esto puede generar problemas en los consumidores: confusión, identificación errónea del producto, frustración y pérdida de dinero debido a la compra de productos ineficaces y que incluso les pueden producir efectos adversos o interaccionar con su medicación habitual.

Seis cambios necesarios

Por eso y para evitar problemas, varias organizaciones europeas que forman parte de BEUC y OCU entre ellas insisten en la necesidad de armonizar las leyes para que nos sintamos seguros con aquellos productos que consumimos. Las peticiones que demandamos a las autoridades sanitarias son estas; 

  • Conseguir un sistema de clasificación armonizado en toda la UE. Es necesario establecer una lista de sustancias permitidas y prohibidas basado en pruebas científicas. 

  • Garantizar la seguridad de los consumidores. De esta forma en el mercado solo habrá productos que no representen riesgo para la salud.
  • Proporcionar una información completa al consumidor. Con un etiquetado específico de los suplementos alimenticios, de tal forma que una planta medicinal no pueda venderse como suplemento y como medicamento de forma simultánea.
  • Establecer unos límites máximos y mínimos. De esta forma los valores de referencia estarán bien definidos, especialmente para el caso de los niños.
  • Crear un sistema eficaz de vigilancia. Es indispensables conocer los efectos secundarios de los suplementos, si los hubiera, incluidas las interacciones con medicamentos y otros productos.
  • Admitir solo las alegaciones autorizadas. Los consumidores no deben gastar su dinero en productos que prometen mentiras, las alegaciones de botánicos y la de los alimentos deben basarse en pruebas científicas sólidas e independientes.