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El tabaco mata más que nunca pese a que hay menos fumadores

16 septiembre 2015
cigarros

El número de fumadores ha bajado en nuestro país, pero se producen más muertes que nunca debido a que los efectos nocivos del tabaco golpean de lleno tras muchos años de fumar. Sólo en 2012 murieron a causa del tabaco en España 60.456 personas.

El número de fumadores se reduce gracias, entre otros factores, a los avances legislativos. Pero, pese a ello, España registra el pico más alto de mortalidad atribuible al tabaco de los últimos 20 años. La explicación es que los efectos nocivos del tabaco golpean de lleno muchos años después de comenzar a fumar.

El tabaquismo es uno de los principales problema de salud pública, y así lo hemos venido denunciando desde OCU, donde siempre nos hemos alineado con las medidas dirigidas a disminuir su consumo. Aunque lo sigue siendo, según el estudio Impacto del consumo de tabaco sobre la mortalidad en España en el año 2012, que acaba de darse a conocer y en el que han participado varios investigadores españoles.

El estudio analiza datos de la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012 y las estadísticas vitales del INE, y con ellos se ha calculado la proporción de muertes atribuibles al tabaco por sexo y grupos de edad, así como los años potenciales de vida perdidos debido al tabaco, comparando los resultados obtenidos con años anteriores.

Los resultados no pueden ser más descorazonadores: el tabaquismo provocó sólo en el año 2012 un total de 60.456 muertes en nuestro país, el 15,23% de las ocurridas en España ese año. Cada día habrían muerto, haciendo una sencilla extrapolación, 125 varones y 40 mujeres por causas atribuibles al consumo de tabaco.

El cáncer de tráquea-bronquios-pulmón en varones y otras cardiopatías en mujeres fueron las que más contribuyeron a dicha mortalidad. La media de años potenciales de vida perdidos fue de 3,25 en varones y de 2,42 mujeres.

La única buena noticia es que la prevalencia global del tabaquismo en 2012, siendo aún alta (23,6%) siguió disminuyendo con respecto a años anteriores. En 2003, antes de que se iniciasen políticas activas de limitación del tabaco en los lugares públicos, era del 28,1%. Y pese a que ahora, debido al efecto retrasado del tabaco sobre la salud, las cifras de morbimortalidad han alcanzado su pico, es de esperar que en el futuro, si el consumo del tabaco sigue disminuyendo, disminuyan también sus mortíferos efectos.

De ahí la importancia de seguir profundizando en las medidas contra el tabaco, que parecen haberse relajado en los últimos tiempos, como pone de manifiesto nuestra encuesta sobre espacios sin humo, que muestra que se sigue fumando en terrazas cerradas y a las puertas de institutos, facultades y hospitales.

Además, para mejorar la asistencia a quienes quieran dejar de fumar, es necesario desarrollar campañas regulares en los medios y hacer cumplir las prohibiciones en espacios cerrados, pero también en recintos educativos y hospitalarios.

Desde OCU nos alineamos también a favor del empaquetado genérico, propuesta incluida en el Convenio Marco del Control del Tabaquismo de la OMS, que España ha firmado pero no cumple en su totalidad.