Tus datos valen mucho

El futuro ya está aquí, es digital y vive de tus datos. Internet de las cosas (IoT) no es una quimera, es una realidad. Sería impensable vivir sin nuestro móvil, que en un mundo “Smart” es lógicamente un Smartphone. Usamos apps de todo tipo, recurrimos a pulseras de actividad y smartwatches, los ordenadores y tabletas son herramientas de trabajo, sí, pero también los aliados de nuestro ocio. Smart TVs, eReaders, el propio router que conecta nuestro hogar a Internet… vivimos en un mundo conectado e interconectado, donde no cesamos de intercambiar información.

Toda esa información: las páginas que visitas, lo que compras, el sitio donde estás, tus datos personales, tus preferencias, tus gustos, lo que haces… son toneladas de datos, lo que llamamos Big Data.

¿Qué hacemos con esos Big Data?

¿Dónde van todas esas informaciones? ¿Qué se hace con ellas? ¿Qué pasa con los big data?

• Es posible elaborarlos, interpretarlos para sacar conclusiones y tomar decisiones que mejoren nuestra vida (por ejemplo, permiten buscar patrones vinculados a enfermedades concretas para erradicar o prevenir, o bien analizar los datos que preceden a un desastre natural podría llegar a permitir predecirlos…).
• También se pueden utilizar con fines comerciales, para hacer ofertas más personalizadas, para proponer en cada momento a cada individuo lo que le interesa, lo que gracias a la información que de él tenemos sabemos que le puede tentar, lo que necesita, lo que busca.
• Pero esos Big Data también se utilizan de manera interesada, para comerciar con ellos, esa información vale mucho dinero.

Big Data: oro encriptado

Esos datos son el combustible que mueven los mercados digitales en este mundo hiperconectado, son la riqueza de la que se alimenta esta nueva economía digital: se calcula que en 2020, el valor de los datos en la UE será el equivalente a entre un 2,5 y 4% del PIB de toda la Unión Europea (puede superar los 700.000 millones de euros).

Y la mayoría de estos datos los generas tú… que sin embargo normalmente no recibes nada a cambio. A menudo ni siquiera sabes que los tienen y que se están usando. La economía de los datos puede ofrecer grandes oportunidades, pero queremos que sea así también para los consumidores, que se puedan beneficiar ellos también del valor que genera la información, pueda sacar el máximo partido al Internet de las cosas.

Pedimos garantías, queremos participar

Los dispositivos conectados interactúan con las personas, se comunican entre sí y con otros dispositivos y personas. Ante esta situación, es indispensable garantizar a los consumidores:

• Seguridad, que no haya riesgos en esos datos que circulan, ni desde el punto de vista físico, ni desde la ciberseguridad.
• Protección de datos y privacidad, es imprescindible que los consumidores puedan saber qué pasa con  su información, para qué son esos datos, qué se hace con ellos, dejar de ser un sujeto pasivo para poder pasar a actuar.
• Leyes que aseguren la libre competencia, garanticen la resolución de conflictos y que se depuran responsabilidades en caso de problemas derivados del uso de dispositivos conectados.
• Estándares y normas que permitan la interoperatividad, que incrementen la compatibilidad entre las diferentes soluciones ... se trata de lograr que el consumidor sea libre de cambiar y pueda elegir entre diferentes opciones.

OCU, en  colaboración con otras organizaciones de consumidores europeas (la portuguesa Deco, la italiana Altroconsumo, y la belga, Test-Achats) organizó en Bruselas el I Seminario sobre Big Data, celebrado el pasado 16 de junio, con la presencia de diversas oganizaciones, instituciones europeas, empresas y corporaciones. El objetivo de este encuentro es compartir las diferentes visiones y abogar juntos por un futuro del Big Data que permita a los consumidores participar activamente en el mercado digital. 

Tus datos son tuyos

Desde OCU queremos que los consumidores tengan un papel central y proactivo en el nuevo mercado de datos, que se aprovechen de esa economía digital: lee y apoya nuestro manifiesto 

Mis datos son míos