El desarrollo del bebé: más de 18 meses
El desarrollo del bebé y su evolución motriz, cognitiva, afectiva y social son progresivos y constantes. A partir de los 18-24 meses, su relación con el entorno experimenta un cambio sustancial que le lleva mucho más allá en su percepción sensorial, empezando así a desarrollar relaciones más complejas.
Entre los 2-3 años:
En esas edades los bebés están desarrollando su motricidad gruesa, pudiendo trepar, empujarse, tirar de los objetos y colgarse de las manos, aunque con poca resistencia.
A los 3 años:
Los niños ya son capaces de realizar gran variedad de actividades (saltar, correr, trepar, pedalear…), siendo muy enérgicos. El pequeño se pasea solo, es capaz de andar de puntillas y se balancea en un pie durante varios segundos. Sube y baja escaleras alternando los pies.
Comienzan también a desarrollar su moticidad fina. Combinan sus juguetes y utilizan mejor los cubiertos. Aprenden a vestirse y a desvestirse solos.
Han hecho grandes progresos en la coordinación de la vista, de la mano y de los músculos pequeños. Ya comienzan a manifestar preferencia por la derecha o la izquierda.
A los 4 años:
Sus destrezas siguen aumentando. Pueden saltar con un pie, atrapar con seguridad una pelota que se le lance y es capaz de modificar el ritmo de su carrera. Pueden caminar en la forma talón-punta.
A partir de los 2 años:
La capacidad intelectual del niño es mayor y esto le permite relacionarse con el mundo que le rodea de una forma más compleja. El procesamiento cognitivo ya no es de una sola dirección al incorporar su experiencia personal en él.
Dos de los elementos más característicos de esta etapa son:
- El egocentrismo: ellos mismos se convierten en el centro de su realidad, lo que hace difícil contemplar otras perspectivas
- El simbolismo: la aparición del pensamiento simbólico supone que el razonamiento y el comportamiento vayan más allá de los actos y los acontecimientos inmediatos.
A los 3 años:
Los niños dicen su nombre, su edad y su sexo. También, dicen el nombre de sus padres. Preguntan mucho y muestran gran interés en lo que es nuevo. Son capaces de copiar una cruz y de dibujar un monigote con cabeza, tronco e, incluso, con otras partes del cuerpo. Escuchan con atención los cuentos y piden que se les repitan los que más les gustan. Comienzan a compartir activamente con otros niños y aprenden sus nombres.
A los 4 años:
Los pequeños podrán dibujar una persona y escribir algunas letras muy rudimentarias. Son capaces de copiar un cuadrado y un triángulo, conocen su edad y el día de la semana. Saben contar con los dedos. Participan en juegos dramáticos, les gustan las excursiones y los paseos. Comen bastante bien sin ayuda. Son sociables y conversadores durante las comidas. Hacen muchas preguntas y se interesan por las palabras nuevas y su significado. Protestan con energía cuando se les impide hacer lo que quieren. Distinguen la altura y la forma, lo grande y lo pequeño.
Desarrollo emocional
A partir de los 2 años:
El niño empieza a buscar la aprobación de terceros sobre sus actos. Serán los padres, las madres y las personas afectivamente relevantes las que serán el objetivo principal de sus actos, intentarán agradarlos, les imitarán y buscarán su aprobación.
De igual modo, aparece un nuevo tipo de relación que se establece con niños de edades similares. En este sentido, los niños se influyen mutuamente, brindándose apoyo en gran variedad de circunstancias. Sirven de modelo, refuerzan la conducta de sus compañeros y estimulan el juego complejo e imaginativo.
Desarrollo social
Una vez superada la primera etapa, entra en juego en el aprendizaje del niño otros entornos sociales que tendrán una gran influencia sobre él: la guardería, la escuela, los niños del vecindario, etc.
Los niños necesitan la oportunidad de jugar con otros, así como disponer de suficiente espacio y materiales apropiados para apoyar su juego.
La influencia de los hermanos
Los hermanos se ayudan mutuamente a identificar los conceptos y los roles sociales, y estimulan o inhiben ciertos patrones de comportamiento.
Los hermanos mayores pueden ser modelos poderosos para los otros hermanos.
El orden de nacimiento, el número de hermanos, el sexo de cada uno, la diferencia de edad y su personalidad son circunstancias que influyen de forma variable en la personalidad que va adquiriendo el niño.
La responsabilidad de los padres y las madres
Los padres y las madres son la principal influencia en todos los aspectos relacionados con el niño, incluso en su desarrollo.
Algunas pautas que pueden servir de orientación sobre la actitud que adoptar en cuanto al desarrollo emocional y social de los hijos son:
- Crear una atmósfera de afecto, cariño y ayuda mutua entre los miembros de la familia.
- Concentrarse más en favorecer las conductas aceptables que en eliminar las indeseables.
- Establecer exigencias y expectativas realistas, que se hagan cumplir y que no sean incongruentes.
- Evitar el uso innecesario de la afirmación de su poder, así como el uso de fuerza y amenaza para controlar la conducta del niño.
- Ayudar a los hijos a obtener un sentido de control de su ambiente y de ellos mismos.
- Razonar y hablar con sus hijos para ayudarles a entender las reglas sociales. Los niños necesitan conocer las consecuencias de su conducta. Ello les sirve para desarrollar un sentido de responsabilidad por sus actos.
- Diferenciar entre un mal comportamiento del niño y sus características de personalidad, es decir, el niño puede comportarse bien o mal, no necesariamente ser bueno o malo por ello.
El lenguaje es uno de los elementos fundamentales en el desarrollo del niño, tanto en su evolución cognitiva como en su interacción social y emocional. De este modo, el lenguaje actúa como factor regulador y estructurador de la personalidad y del comportamiento social.
Asimismo, el lenguaje oral constituye un medio de identificación a un grupo social. El idioma y sus distintas variantes (acento, expresiones, vocabulario, etc.) representan un elemento importante de caracterización del individuo a un grupo social.
Entre los 3 y 4 años:
- Hablar de una forma que se les entienda perfectamente.
- Relatar experiencias pasadas.
- Utilizar el plural y alrededor de 1.000 palabras distintas.
- Disfrutar cuando se le lee libros y cuentos.
- Entender que el texto contiene un mensaje.
- Hacer intentos por leer y escribir.
- Identificar letreros y etiquetas comunes.
- Participar en juegos con rimas.
- Identificar algunas letras y combinar algunas con sus sonidos correspondientes.
- Utilizar letras que conocen para representar palabras de mucho significado como, por ejemplo, su nombre.
- Usar pronombres y preposiciones correctamente.
- Comenzar a entender las relaciones de tamaño.
- Entender palabras que señalan ubicación espacial (detrás, debajo, encima, etc.).
- Preguntar con frecuencia "¿Por qué?" y "¿Qué?"
- Responder oralmente a preguntas simples que incluyan "¿Quién? y "¿Dónde?".
A los 5 años:
- Poder expresar totalmente su pensamiento.
- Disfrutar de que alguien les lea en voz alta.
- Contar cuentos sencillos.
- Utilizar lenguaje descriptivo para explicar o hacer preguntas.
- Reconocer las letras y sus sonidos correspondientes.
- Demostrar conocimiento con sonidos que riman y sílabas parecidas.
- Comprender que el texto se lee de izquierda a derecha y de arriba abajo.
- Comenzar a juntar palabras que escuchan con su forma escrita.
- Comenzar a escribir las letras del abecedario, así como algunas palabras que usan y escuchan con frecuencia.
- Comenzar a escribir cuentos con algunas palabras que se pueden leer.
- Comenzar a entender los conceptos de tiempo.
A los 6 años:
- Leer y contar historias que conocen bien.
- Utilizar varias maneras de ayudarse a leer una historia (leer de nuevo, predecir lo que va a suceder, hacer preguntas, usar las pistas que hay en los dibujos, etc.).
- Decidir por su propia cuenta cómo utilizar la lectura y la escritura.
- Leer algunas cosas en voz alta sin dificultades.
- Identificar nuevas palabras usando combinaciones de letras y sonidos, partes de palabras y su comprensión del resto de la historia o texto.
- Identificar un mayor número de palabras.
- Deletrear y representar los sonidos más importantes en una palabra al tratar de escribirla.
- Escribir sobre temas que tengan gran significado para ellos.
- Intentar usar puntuación y letras mayúsculas.