Tronas: en qué debes fijarte

A partir de los 6 meses, los bebés pueden sentarse en la trona, una silla adecuada para poder interactuar más y mejor con el resto de la familia.

Las tronas, esas sillas altas para bebés y niños pequeñitos, con su tablero a modo de mesa, hacen más llevadera la tarea de comer y darles la comida a los más pequeños.

Son adecuadas para niños entre 6 meses y 3 años, justo a esa edad en la que los niños no paran quietos, se inclinan, quieren levantarse, se mueven mucho… y los accidentes por caída de la trona son la realidad de cada día.

La trona se convierte, entonces, en un elemento no exento de riesgo: es importante asegurarse de que el niño está bien colocado, con cinturones y arneses abrochados y, aun así, no conviene perder de vista a los pequeños.

Tipos de trona: Una para cada necesidad

¿Necesitas comprar una trona? En el mercado hay distintos tipos: pasamos revista a los pros y contras de cada uno.

Tronas básicas

A favor Son muy simples y fáciles de usar. Resultan muy ligeras. Son muy baratas, las hay desde 20 euros. Son ideales para una segunda vivienda.

En contra No son versátiles: no se adaptan a la altura del niño.

Tronas adaptativas

A favor Crecen con el niño. Se puede regular la altura, espaldo y reposapiés. Se pueden plegar. Suelen tener ruedas.

En contra Son más complicadas de regular, con distintos mecanismos susceptibles de averiarse. Son caras. Cuestan entre 90 y 450 euros.

Tronas transformables en silla

A favor Crecen con el niño: el asiento sube y baja según el tamaño del niño. Si se quita la bandeja, se convierte en una silla normal.

En contra Suelen ser pesadas: más de 7 kilos. Sin ruedas, lo que hace más difícil desplazarlas. No se pueden plegar ni tienen reposapiés. Suponen una inversión: cuestan entre 75 y 250 euros.

Asientos sujetos a la mesa

A favor Se encajan en casi cualquier tipo de mesa, siempre que sea firme. Son muy ligeras. Es fácil llevarlas de un sitio a otro, al restaurante, de viaje...

En contra Vida útil limitada. No sirven para niños grandecitos.

En qué debes fijarte. Puntos fuertes de la trona

Antes de comprar una trona, debes fijarte en varios aspectos

• Altura del respaldo. Que tenga un respaldo alto, de al menos 35 cm de altura para que el pequeño pueda apoyar bien la cabeza. Además, debe estar ligeramente reclinado hacia atrás.
• Bandeja. Mejor que sea extraíble para facilitar su limpieza, amplia para que quepa el plato y con un reborde que ayude a sujetar lo que se deposita.
• Reposapiés. Lo ideal es que disponga de un reposapiés regulable lo que ayuda a adaptar la trona al rápido crecimiento del pequeño.
• Regulable. Que la silla sea regulable en altura o ajustable es más cómodo para todos.
• Las ruedas son un elemento práctico, que facilita la movilidad… pero asegúrate de que llevan freno incorporado.

Una trona segura. No dejes espacio a los riesgos

• Cerciórate de que la silla es estable.
• Revisa que no tenga piezas pequeñas que pudieran soltarse.
• Es preferible que los bordes de la trona estén acolchados o redondeados para que el pequeño no se haga daño en caso de golpes.
• Cuidado con los huecos libres: los deditos del bebé podrían quedar aprisionados. ¡ojo en la parte al final del asiento o las ranuras del arnés!

Después de haber revisado todos estos detalles, lo mejor probar. Lleva al niño a la tienda, siéntalo un momento, ponle el arnés y comprueba si está cómodo.

 

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