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Vinos blancos con un toque especial

Cuando empieza a llegar el calor, los vinos blancos ganan protagonismo. En España hay grandes blancos: vinos de Rueda, Albariños... pero a los vinos jóvenes y refrescantes, representativos de algunas de las Denominaciones de Origen más conocidas del país se suman otros blancos con más crianza y más complejidad. Anímate a descubrirlos.

12 abril 2021
Nuevos vinos

Lejos de la idea de vinos blancos jóvenes, sencillos y frescos, hay una amplia gama de vinos blancos más complejos que pueden incluso hacer las delicias de los fanáticos del vino tinto.

Blancos jóvenes

El vino blanco más conocido en nuestro país es el blanco joven. Este tipo de vino es un vino del año, es decir vinos que se cosechan entre septiembre y octubre, se elaboran sin crianza en barrica y se consumen a lo largo del año siguiente.

En España es habitual elaborarlos con un tipo de uva, dando lugar a vinos blancos jóvenes monovarietales, vinos que son buque insignia de muchas denominaciones de origen: Albariño en D.O.Rias Baixas, Verdejo en D.O.Rueda, Viura en D.O.Ca.Rioja, o Chardonnay en D.O. Penedés, D.O. Navarra o D.O. Catalunya, entre otros.

Y vinos blancos con un toque especial

Desde hace años, muchas bodegas están apostando por la elaboración de vinos blancos “especiales”, vinos con una cierta complejidad que se alejan de la frescura y sencillez de los blancos tradicionales.

En este nuevo mundo nos podemos encontrar dos elaboraciones.

Vinos blancos criados sobre lias

Las lias son las levaduras que han realizado la fermentación del vino. Una vez que han transformado el mosto en vino, mueren y se van depositando en el fondo de los depósitos. Las levaduras se rompen y liberan al vino una serie de sustancias que le van a aportar sabores, aromas, untuosidad y ayudan a mejorar la estabilidad del vino. En este tipo de elaboraciones, es habitual realizar remontados (para aumentar el contacto de las lias con el vino)Un claro ejemplo de vinos criados sobre lías son los Cavas o Champagnes.

Vinos blancos fermentados o criados en barrica

Los amantes del vino conocen bien los cambios que experimenta un vino tinto cuando pasa por un periodo de tiempo criado en madera de roble.

Lo mismo ocurre con los blancos: van perdiendo la frescura que aportan las uvas y adquiriendo la complejidad de la madera. Estos vinos pueden elaborarse en tanques de acero inoxidable, y luego criarse en barricas de roble, o directamente hacer la fermentación en ellas, en función de lo que el enólogo quiera conseguir.

  • Los vinos blancos criados en barrica adquieren tonos dorados, algo muy representativo de su evolución en madera.
  • Son vinos densos, y untuosos, cuyos matices difieren de sus orígenes. Por ejemplo los Chardonnay que han pasado por madera experimentan notas de mantequilla.
  • El paso por madera le proporciona una serie de polifenoles que van a permitir prolongar su vida útil.

El maridaje de los blancos con madera

En nuestros menús, contar con este tipo de vinos blancos nos abre la puerta a otro abanico de posibilidades.

De entrada, la temperatura de servicio es ligeramente más elevada que un blanco joven, alrededor de 12ºC.

En el maridaje, son una buena opción para  platos que no acaban de encajar perfectamente con blancos o tintos, como por ejemplos pescados grasos, o en salsas contundentes (con mantequilla por ejemplo), platos con aves condimentadas, risottos etc