Cómo elegir la mejor masa precocinada
Descubre qué aspectos debes valorar a la hora de comprar masa precocinada
Las masas preparadas (hojaldre, pasta brisa, empanada, pizza) facilitan la tarea. Congeladas o refrigeradas, pueden ser la base perfecta para tus platos: del envase al horno.
Tipos de masas precocinadas
Sobre el papel, las masas preparadas solo presentan ventajas: ahorran el trabajo de amasado, son útiles y baratas... Sin embargo, la composición puede no ser tan saludable como en las masas caseras, pues suelen tener demasiada sal y mucha grasa. Además, también hay que tener en cuenta la calidad de las masas empleadas: mientras que en las masas caseras se usa aceite de oliva o girasol, o bien mantequilla, en las masas precocinadas lo más habitual es recurrir a la grasa se palma, solo o combinadas con otros aceites vegetales (normalmente girasol, soja, colza...).
En el mercado hay distintas masas preparadas:
- Hojaldre. Se hace con harina, agua, un poco de sal y mantequilla. Para elaborar el hojaldre, hay que plegar los extremos de la masa a modo de libro y dejar reposar.
- Empanada. Es una masa de pan a la que se añade un poco de grasa. Una variante es la empanada con masa de maíz, tradicional de las Rías Bajas.
- Pizza. Es una masa tradicional de pan, elaborada con harina de fuerza y levadura. Todas las variedades se basan en una mezcla de harina, agua, sal, levadura de panadería y un poco de aceite de oliva.
- Brisa o quebrada. Se usa para las bases de tartas, tartaletas o para hacer galletas. Es una masa que no sube porque no lleva ni levadura ni impulsor químico. Se hace con harina y mantequilla.
Además, cada una de ellas se puede encontrar en versiones refrigeradas y congeladas. Las refrigeradas son más caras... pero en general también son de mejor calidad.