Así analizamos

Así analizamos las papillas de cereales infantiles

Papilla de cereales con grumos

Analizmos las papillas de cereales infantiles destinadas a bebés de 6 meses en adelante. Una parte del estudio se ha realizado con la información de su etiquetado, midiendo su calidad nutricional, pero también revisamos los precios y la seguridad de este alimento, algo esencial tratándose de criaturas tan pequeñas. 

Comparamos 10 papillas multicereales

OCU ha seleccionado para este estudio diez papillas multicereales, es decir, papillas que llevan mezclas de 5 o más cereales distintos. No son aptas para bebés celiacos ni para aquellos que no deban o puedan tomar gluten. Muchas indican que destinadas a bebés a partir de los 6 meses

Detalle del etiquetado donde indica que el producto se puede dar al bebé "desde 6 meses"

Revisamos el etiquetado

Hemos comprobado si el texto presente en el etiquetado de las papillas incluye la información obligatoria que marca la ley

Valoramos también positivamente si aparecen otros datos que, aunque no están recogidos en la norma, nos parecen de utilidad para los consumidores. Nos referimos, por ejemplo, a la indicación del número de raciones que contiene un envase, al peso de una ración o una forma de contactar con el fabricante, por teléfono o email.

La lista de ingredientes

Leer bien la lista de ingredientes es la mejor forma de saber de qué está hecho un alimento. 

Las papillas multicereales, como su propio nombre indica, están hechas con una mezcla de harinas que se obtienen de distintos cereales molidos. Algunos de ellos proceden de la agricultura ecológica y los fabricantes también lo destacan en el frontal del envase con términos como “bio” o “biológico” o “ecológico”.  Y podemos encontrarnos con harinas de cereales integrales; o con mezclas de harinas de cereales integrales con harinas refinadas.

Cuando leas la lista de ingredientes, presta también atención a estas menciones: cereales “hidrolizados”, sacarosa (el nombre químico del azúcar común), maltodextrina. Son ingredientes que pueden incrementar el dulzor de la papilla o aportar cantidades extras de azúcar. 

¿Más elementos en la lista de ingredientes? Distintas vitaminas y minerales, fibra (generalmente en forma de inulina o FOS -fructooligosacáridos-), aceites vegetales... Un ejemplo lo tiene en este detalle de uno de los etiquetados analizados:

Ingredientes de unas papillas de cereales de nuestro estudio

La información nutricional 

La información nutricional de la etiqueta nos indica el valor energético y la cantidad de proteínas, grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcar, sal, etc., en este caso por 100 gramos de producto. A veces también se indican todos esos valores por ración. 

Eso nos ha permitido verificar si las papillas proporcionan los nutrientes esperables y en cantidades adecuadas para la dieta del bebé. Por ejemplo: si la proporción de azúcares es o no equilibrada; o si aportan un extra de hierro, un mineral importante a estas edades.

Analizamos su seguridad

Estos 10 productos han sido sometidos a numerosas pruebas en el laboratorio para valorar su seguridad. Nos fijamos en:

  • Indicadores microbiológicos o de higiene. Hemos buscado si hay indicios de contaminación bacteriana (aerobios mesófilos y enterobacterias) o de contaminación por bacterias patógenas (listeria, salmonela, estafilococos, Escherichia coli), mohos y levaduras.
  • Fitosanitarios o pesticidas. Se usan para el control de plagas en las cosechas, pero no debería quedar ni rastro de ellos en las papillas, ya que no se permiten en alimentos infantiles.
  • Micotoxinas. Son un tipo de sustancias peligrosas producidas por mohos y hongos, algunas de ellas son potentes cancerígenos. En concreto, hemos investigado la presencia de aflatoxinas (B1, B2, G1, G2), ocratoxina A, deoxinivalenol, toxina T2, Ht2, fumonisina (B1, B2) y zearalenona.
  • Nitratos. Son abundantes en la naturaleza. Hay que vigilar su contenido, especialmente en alimentos infantiles, ya que pueden llegar a ocasionar cianosis en bebés.
  • Acrilamida. Se genera al tratar a los alimentos ricos en hidratos de carbono a elevadas temperaturas. También conviene vigilar su presencia.
  • Metales pesados. Se pueden encontrar de forma natural o como contaminantes en el medio ambiente, y de esta manera llegar a los alimentos. Nos hemos centrado en los metales que con más frecuencia se han hallado en los cereales: el plomo, el cadmio y el arsénico.
  • Alcaloides, como la atropina o la escopolamina, aunque hay más de 200 sustancias tóxicas de este tipo. Algunas plantas las producen de forma natural. Si las semillas de esas plantas con alcaloides se mezclan con las de los cereales, pueden aportar ese tipo de sustancias tóxicas a las harinas. 

Además, un estudio de precios

Para completar el estudio, hemos recogido precios de súper e hipermercados, y también de las secciones de parafarmacias que hay dentro de ellos. Con esos datos se han calculado los precios mínimo y máximo por envase de cada producto, así como el precio medio por kilo. Hemos comprobado si existen diferencias entre marcas, entre puntos de venta, etc.

En nuestro comparador encontrarás todos los productos con sus características, valoraciones y precios. Si eres socio, lo tienes a tu alcance solo con hacer un clic:

COMPARADOR DE PAPILLAS DE CEREALES INFANTILES