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Olla a presión: cocina rápida y sana

18 noviembre 2015
olla

Con una olla a presión puedes cocinar en la mitad de tiempo que con una cacerola normal. Además, conserva mejor las vitaminas de los alimentos y ahorra energía. ¿Inconvenientes? No los tiene; de hecho usar la olla a presión es una de las formas más sencillas y seguras de cocinar.

Cocinar en ollas a presión preserva las vitaminas

La olla presión es sinónimo de cocina rápida. Apenas tarda cinco minutos en cocer unas judías verdes, seis en preparar un arroz, quince en guisar una carne, o veinte en dejar listo  un sabroso cocido a partir de legumbres secas. Es decir, menos de la mitad que usando una cacerola.

Y precisamente, por su velocidad de cocción, la olla a presión tiene la capacidad de conservar la mayor parte de las vitaminas de un alimento. Sobre todo si utiliza el agua justa (la recomendada por el fabricante). Por ejemplo, apenas consume un 13% de la vitamina C del pimiento, mientras que si se usa una cacerola pierde un 33%. Aunque hay excepciones: las zanahorias, el brócoli y las espinacas son más saludables con cocciones más prolongadas.

Con dos niveles de presión

Cada vez son más las ollas a presión que ofrecen dos niveles de presión distintos. Una posibilidad que permite ajustar mejor el tiempo y la intensidad de la cocción, según convenga al cocinero o a la receta. También permite aliviar la presión interior si necesita abrir la olla rápidamente.

La mayoría de las ollas a presión tiene un cierre de bayoneta, que se abre girando la tapa hacia un lado. Es el cierre más cómodo y seguro. Lo que no quita para que algunas ollas dispongan además un seguro en el mango que funciona deslizándolo hacia la tapa.

Otro aspecto que las distingue es el peso: dependiendo del modelo y la marca varía entre los 2,3 y los 3,3 kilos. Evidentemente, cuanto más ligera, más manejable.

Los riesgos del uso de las ollas a presión

Las ollas analizadas resisten perfectamente presiones de hasta 5 bares, cuatro veces más que la recomendada por el fabricante. Y es que todas las ollas a presión disponen de mecanismos para liberar la presión excesiva que pudiera acumularse. En cualquier caso, incluso funcionando mal, el único riesgo es que se deformen las juntas de estanqueidad, no de que estalle.

Además, resisten bien la corrosión, por lo que pueden meterse en el lavavajillas. Eso sí, conviene limpiar la válvula de presión una vez al año: facilita su conservación y no es una operación nada complicada.

Una olla a presión desde 40 euros

Es el precio de una buena, sencilla y barata olla a presión. Claro que también las hay que cuestan 200 euros, pero no por ello son mejores. Recuerde, el lugar más barato para comprarlas son los grandes almacenes, aunque si busca variedad tendrá que visitar una tienda de electrodomésticos. 

Por cierto, si tienes pensado reformar la cocina, aprovecha para instalar una cocina de inducción. Podrás reducir aún más los tiempos de cocción: en la mitad que usando una vitrocerámica y aún menos comparado con una cocina de gas. También estarás ahorrando energía: entre un 20% y un 40%. Eso sí, recuerda que no todas las ollas a presión sirven para una cocina de inducción. Si no sabes qué modelo elegir puedes entrar en nuestro:

Comparador de vitrocerámicas