Hartos de subidas en telefonía, ¿y tú?
Las subidas reincidentes y en paralelo de los últimos años a cambio de servicios que los clientes no han solicitado dan como resultado que los usuarios que no hayan cambiado de tarifa pueden estar pagando casi 300 euros más al año de lo que pagaban en 2014.
Lo que las compañías han vendido como ‘dar más por más’ implica para los usuarios la adición de servicios en su tarifa -vendidos como mejoras- que pueden no necesitar a cambio, eso sí, de una creciente factura. Esta tendencia alcista que, como líder del mercado, suele iniciar Movistar provoca un efecto dominó en el resto de las grandes operadoras de telecomunicaciones que realizan también subidas muy similares con idénticos argumentos.
Nuevas subidas cada año con diferentes excusas
Durante los últimos cuatro años el bolsillo del consumidor ha sufrido esta tendencia. Movistar, que revolucionó el sector en 2012 con la salida al mercado de sus productos Fusión, vendió a sus clientes la posibilidad de ahorrar pasándose a la factura única. En su momento este argumento era verdad, pero una vez los usuarios empezaron a contratar mayoritariamente servicios de telecomunicaciones empaquetados, comenzó el aluvión de subidas.
Entre el año 2015 y el 2018 hemos registrado subidas anuales en los paquetes Fusión de Movistar de hasta 5 euros, con incrementos, aunque de importes inferiores y menos acusados, también en tarifas móviles o servicios como el establecimiento de llamada o los Megas adicionales. Si tenemos en cuenta todos los aumentos de precio, encontraremos clientes de Movistar que han llegado a multiplicar su gasto en telecomunicaciones, pagando entre 240 y 276 euros más al año de lo que pagaban en 2014. ¿De verdad estas mejoras justifican subidas tan atroces?
Por supuesto, Orange, Vodafone y Jazztel no se han quedado atrás. Las subidas en los paquetes convergentes de Orange han oscilado entre los 2 y 5 euros y también hemos detectado algunos incrementos en sus líneas móviles de cuantías inferiores, entre 1 y 3 euros. Por su parte, Vodafone, ha incrementado en diferentes ocasiones sus paquetes combinados entre 2 y 5 euros, además de otras subidas en sus líneas móviles. Finalmente, Jazztel, que se ha incorporado más recientemente y de forma más discreta a esta tendencia alcista, ha protagonizado subidas de entre 1 y 2 euros.
Las excusas para subir el precio han sido variopintas y casi siempre homogéneas entre las compañías: subidas en la velocidad de la fibra, ofrecer simetría en la fibra, principalmente de fútbol, añadir canales de televisión, o acrecentar los Gigas de las líneas móviles incluidas. Queda patente que el blanco de las subidas han sido los paquetes convergentes, esos hacia los que las compañías empujaron a los clientes, en primer lugar, prometiéndoles grandes ahorros.
Desde OCU hemos criticado en reiteradas ocasiones el lanzamiento de paquetes cada vez más premium, que resultan difíciles de replicar para la competencia y que se alejan de las necesidades de los usuarios. Estas subidas que venimos observando se caracterizan por ser reincidentes (se vienen repitiendo cada año desde 2015), llamativas (los usuarios que no se hayan cambiado de tarifa podrían estar pagando casi 300 euros más al año de lo que pagaban en 2014) y en paralelo (año tras año vemos como las tres grandes compañías del sector se alinean y realizan incrementos tarifarios en el mismo momento y con idéntica excusa).
Recordamos a los usuarios que, si sufren un cambio en su tarifa, tienen derecho a:
- Conocer las nuevas condiciones un mes antes de su entrada en vigor.
- Marcharse a otra compañía o cambiarse de tarifa sin penalización, quedando anulado el compromiso de permanencia.
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