Reputación online: cómo controlarla
Tu prestigio se juega en la Red. Hay partes de tu pasado que quieres olvidar y no puedes. Hay mucho trol suelto y sin bozal. Tener una mala reputación online puede afectarte más de lo que crees. Ponle remedio.
El subdirector del colegio cuenta con un expediente impecable. Sus colegas y alumnos le consideran una persona inteligente y refinada. Pero al introducir su nombre en Google, el primer resultado es una vieja multa por orinar en la calle. Si este hombre quisiera cambiar de trabajo, difícilmente le convocarían para una entrevista.
Según un estudio de Infoempleo y Adecco, el 80% de los que seleccionan candidatos para una vacante busca los nombres de los aspirantes en Internet. Rastrean informaciones para descartar nombres. El subdirector del colegio no lo sabe, pero la reputación online está cambiándole la vida.
La reputación online es la reputación de toda la vida trasladada a la Red: valoraciones que otras personas hacen de nosotros y acciones que se recuerdan. Internet es una memoria colectiva en la que lo que hacemos hoy podrá ser consultado dentro de 10 años.
Cosas que hicimos hace mucho tiempo siguen almacenadas y listas para "resucitar" si alguien las encuentra. Firmar un manifiesto de protesta, los resultados de un examen que salió mal en la Universidad, comentarios pasados de vueltas en un foro...
Y casi todo acaba siendo procesado por los buscadores. La prueba definitiva es teclear nuestro nombre en Google (o en Yahoo, o en Bing...) y bucear en los resultados. A veces asustan. Por eso las marcas y los famosos ya se han acostumbrado a pagar para que otros limpien su imagen. Florecen las consultoras y agencias especializadas en reputación online. Pero, ¿qué pueden hacer las personas normales y corrientes?
El subdirector del colegio cuenta con un expediente impecable. Sus colegas y alumnos le consideran una persona inteligente y refinada. Pero al introducir su nombre en Google, el primer resultado es una vieja multa por orinar en la calle. Si este hombre quisiera cambiar de trabajo, difícilmente le convocarían para una entrevista.
Según un estudio de Infoempleo y Adecco, el 80% de los que seleccionan candidatos para una vacante busca los nombres de los aspirantes en Internet. Rastrean informaciones para descartar nombres. El subdirector del colegio no lo sabe, pero la reputación online está cambiándole la vida.
La reputación online es la reputación de toda la vida trasladada a la Red: valoraciones que otras personas hacen de nosotros y acciones que se recuerdan. Internet es una memoria colectiva en la que lo que hacemos hoy podrá ser consultado dentro de 10 años.
Cosas que hicimos hace mucho tiempo siguen almacenadas y listas para "resucitar" si alguien las encuentra. Firmar un manifiesto de protesta, los resultados de un examen que salió mal en la Universidad, comentarios pasados de vueltas en un foro...
Y casi todo acaba siendo procesado por los buscadores. La prueba definitiva es teclear nuestro nombre en Google (o en Yahoo, o en Bing...) y bucear en los resultados. A veces asustan. Por eso las marcas y los famosos ya se han acostumbrado a pagar para que otros limpien su imagen. Florecen las consultoras y agencias especializadas en reputación online. Pero, ¿qué pueden hacer las personas normales y corrientes?
Todo empieza cuando encontramos una publicación web que nos ataca. No basta con que sea una crítica o una respuesta subida de tono. Para empezar el complejo proceso de reclamación es necesario que se atente contra nuestro derecho a la dignidad y el honor. Algo que sea infundado y tenga la suficiente importancia como para que su supresión valga más que el derecho a la información del que todos disfrutamos.
Estos son los pasos a seguir:
- 1) Contactar con el webmaster. Es el responsable de lo que se publica en su página, blog o foro. En el caso de las redes sociales, las empresas que las gestionan también son responsables (tanto Facebook como Twitter ofrecen maneras de denunciar abusos, acosos, insultos y otras violaciones de sus reglas). Se trata de solicitar que se retire cierta información porque consideramos que daña nuestra imagen. Encontrar al webmaster puede ser una tarea complicada. Si en la propia web no se incluye ningún email o dirección de contacto, Google pone a disposición la función Whois. Consiste en teclear en el buscador whois seguido de la dirección de la que queremos conocer el webmaster (Ejemplo: whois www.direccionweb.com). El resultado suele ser algo confuso, pero buscando entre los resultados podemos llegar a encontrar un email de contacto.
- 2) Rellenar el formulario de los buscadores. Algunos de los buscadores más importantes (por ejemplo: Google) ofrecen formularios para que ciertos contenidos no aparezcan en sus búsquedas. En ellos figura la opción de pedir que se eliminen datos personales (DNI, nº de cuenta bancaria...) y también que un contenido ya retirado por el webmaster deje de aparecer en los resultados de búsqueda.
- 3) Acudir a los tribunales. Si no encontramos al webmaster, o si este se niega a borrar lo que le pedimos, tenemos la posibilidad de iniciar un proceso judicial, de uno u otro tipo según lo que queramos denunciar. Será civil si creemos que se ha vulnerado nuestro derecho al honor, la intimidad o la imagen. Será penal si creemos que estamos ante un delito de calumnias e injurias.
- 4) Ignorar o contraatacar. Antes que terminar ante un juez, es preferible valorar si de verdad merece la pena embarcarse en una lucha para que esa información desaparezca de la Red. Si la respuesta es rotundamente afirmativa, una opción interesante consiste en conseguir que los buscadores dejen de dar tanta relevancia a dicha información. Crear un blog personal y una cuenta de Twitter son los primeros pasos para empezar a generar información positiva sobre nosotros que contrarreste la información negativa.
Las personas normales y corrientes no tienen que enfrentarse a las quejas que sufren las marcas ni tampoco al desprestigio que afecta a algunos famosos. Pero su reputación online también está en juego. Por un lado están los posibles insultos y amenazas a través de blogs y foros. Por otro, cosas que se hicieron en el pasado y de las que ahora nos arrepentimos (fotos, vídeos, comentarios, adhesiones...). Y por supuesto el BOE.
La ley obliga a que el Boletín Oficial del Estado sea público (al igual que otros boletines municipales y autonómicos). La información que se recopila en estos documentos no es desdeñable: multas, deudas, indultos... Hasta hace unos años, que esta información fuese pública significaba que en las corcheras del Ayuntamiento se colgaba un fajo de folios que pocos se molestaban en mirar. Con Internet, esos mismos folios están online y son procesados por los buscadores. Así es cómo una vieja multa puede convertirse en el primer resultado al buscar tu nombre en Google.
¿Cómo borrar algo del BOE?
- 1) Recurrir a los buscadores: no tiene sentido reclamar ante el webmaster en estos casos, así que tendremos que ir directamente a los formularios de los buscadores. Nuestro argumento será que la difusión masiva de esa información personal daña nuestra imagen.
- 2) Denunciar en la AEPD: si los buscadores no actúan, podemos denunciar ante la Agencia Española de Protección de Datos. Este organismo público dicta un centenar de resoluciones al año sobre estos asuntos. En el 87% de ellas está implicado Google.
En el escrito que redactemos para la AEPD debemos incluir una descripción de los hechos y la solicitud de que se inste a los buscadores a cesar la publicación de la información deshonrosa, iniciando un Procedimiento de tutela de derechos.
Ya ha habido casos en que la AEPD ordenaba el bloqueo de determinadas publicaciones del BOE. El más sonado es el del subdirector del colegio y su multa por orinar en la calle.
El proceso de borrado puede ser lento y lleno de obstáculos. En el caso del subdirector del colegio, Google se negó a desindexar el documento oficial y tuvo que ser el BOE quien alterase su contenido para citar solo las iniciales en lugar del nombre completo.
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1. Usa con inteligencia las redes sociales: calibra la privacidad y antes de usarlas entérate bien de lo que vas a compartir y con quién. Dependiendo de la red social, hay más o menos contenidos procesados por buscadores y que pueden aparecer entre sus resultados. Twitter es abierta (a menos que la configures para lo contrario) y Facebook, aun siendo cerrada, permite a los buscadores ver algunos datos básicos (nombre, foto de perfil...).
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2. No compartas datos personales: nuestra reputación se basa en conocimientos, aficiones y logros. Compartir datos personales (domicilio, teléfono, nº de cuenta...) no va a mejorarla y puede causarnos disgustos.
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3. Contrarresta lo negativo con datos positivos: si tiene que haber información sobre nosotros en Internet, mejor que seamos nosotros sus autores. Preocuparnos por colgar ciertos datos (por ejemplo, el curriculum), nos permitirá controlarlos y evitar que otros difundan falsedades.
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4. Crea un blog personal: es una excelente manera de asociar nuestro nombre a nuestra imagen. Si lo hacemos bien, con el tiempo aparecerá entre los primeros resultados de los buscadores.
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5. Usa Google Alerts: Google ofrece herramientas para vigilar lo que se dice de nosotros en la Red. Google Alerts es gratuita y nos enviará un email cada vez que el buscador encuentre lo que le hemos pedido (nombres de personas, empresas, eventos...).
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha reconocido el derecho al olvido en Internet y dictaminado que los buscadores deben retirar en determinados casos los enlaces a webs con contenidos lesivos para una persona y que carecen de relevancia.
- Tras esta sentencia, Google ha habilitado este formulario.
¿Es esto suficiente? NO
- 1. OCU considera que se sigue dejando demasiado margen para que los buscadores puedan interpretar en cada caso si el interesado tiene derecho o no a que sus datos sean retirados.
- 2. Aunque es un avance, serán los tribunales de cada país los que seguirán decidiendo en última instancia: la sentencia se queda corta para hacer un ejercicio pleno y directo de este derecho.
Ismael El-Qudsi es experto en redes sociales e Internet, ilustre tuitero, uno de los protagonistas de la revolución 2.0 en España... Y también trabaja limpiando la reputación online de muchas marcas. Él sabe cómo navegar si ensuciar nuestra imagen.
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Pincha aquí para leer la entrevista.