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SD, SDHC y SDXC: ¿sabes de qué hablamos?

03 junio 2013 Archivado
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Las tarjetas de memoria son fundamentales en las cámaras digitales. Las que tienen mayor presencia en el mercado son las SD, aunque existen multitud de modelos y sus diferencias radican básicamente en su capacidad y velocidad de escritura. Descúbrelas todas.

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Compact Flash, Micro Drive, Memory Stick (estándar, Duo y Pro), Multimedia, Smart Media, XD, Secure digital (SD)... Existen multitud de tarjetas de memoria, aunque las más extendidas son la SD.

Secure Digital (SD), Secure Digital High Capacity (SDHC) y Secure Digital Extended Capacity (SDXC) son formatos de tarjetas de memoria flash, cada vez más habituales en cámaras de fotos, móviles, tabletas, consolas portátiles o cámaras de vídeo, e imprescindibles para sacar rendimiento a algunos de estos aparatos.

También hay tarjetas micro y mini, que se diferencian de sus hermanas mayores (SD, SDHC y SDXC) únicamente en su tamaño, más reducido. Aunque con unos sencillos adaptadores podemos convertirlas en tarjetas SD, SDHC o SDXC.

Aunque físicamente las tarjetas SDHC y SDXC (y sus versiones mini y micro) son iguales a las anteriores SD, los cambios en el número de conectores provocan que, para poder utilizarlas, los dispositivos electrónicos deban ser compatibles; es decir, debe aparecer el logo correspondiente. Las SD son compatibles tanto en quipos con el logo SDHC como con el logo SDXC.

Capacidad y velocidad

En lo que se refiere a tarjetas SD, existen muchos modelos, cuyas diferencias radican en su capacidad y velocidad de escritura. A modo de ejemplo, teniendo en cuenta que X = 150kb/s, una tarjeta SD 40X puede alcanzar una velocidad de escritura de unos 6 MB (40x150 = 6.000 kB/s = 6 MB), una de 80X podrá llegar a los 12 MB y una de 100X puede permitir una velocidad de 15 MB.

Estas velocidades son las máximas a las que se puede escribir en la tarjeta, pero no reflejan nada sobre la velocidad mínima. Aquí entra en juego la primera ventaja de las nuevas tarjetas SDHC que garantizan una tasa de transferencia mínima que dependerá de la clase a la que pertenezcan. Así, una SDHC clase 2 garantiza una velocidad mínima de 2 MB, una de clase 4 garantiza 4 MB como mínimo, una de clase 6 garantiza 6 MB y una de clase 10 garantiza l10 MB.

Esto no significa que una tarjeta SDHC sea necesariamente más rápida que una SD, y viceversa. Existen modelos SD lentos y rápidos, y SDHC lentos y rápidos, aunque sí es cierto que las tarjetas SDHC son más nuevas y procuran un uso optimizado de la interfaz, comenzando por capacidades no menores a los 4 GB.

Las tarjetas SDXC son las sucesoras de las SDHC. Parten de una capacidad de 32 GB pudiendo llegar a una capacidad máxima teórica 2 TB. Capacidades tan elevadas requieren velocidades de transferencia mucho mayores para hacerlas cómodas de utilizar.

Elige la adecuada

Debemos tener en cuenta el uso al que se vamos a destinar la tarjeta a la hora de elegir entre una de tipo SD, una SDHC u otra SDXC. Por ejemplo, en cámaras digitales compactas básicas que sólo permitan almacenar las fotos en formato JPEG puede no ser rentable pagar un precio más elevado por una tarjeta SDHC, cuyas ventajas principales (velocidad de escritura y mayor tamaño) muy probablemente no sean relevantes. En la mayoría de los casos, es suficiente con una tarjeta SD de tamaño y velocidad media.

En el caso de las cámaras réflex, una tarjeta de mayores prestaciones que una compacta básica o una cámara de vídeo, cuyo uso requerirá de bastante espacio de almacenamiento y una velocidad sostenida de escritura de datos, sí es recomendable el uso de tarjetas SDHC para garantizar una escritura ágil de los datos.

Una mayor capacidad de almacenamiento y de velocidad de transferencia serán especialmente importantes para la grabación de imágenes de vídeo de alta definición. En este caso, será más conveniente el uso de una tarjeta SDXC.

Hace unos años se pusieron en el mercado las tarjetas SD Eye-Fi, una SD con conectividad WiFi, que nos permiten enviar fotos al ordenador y a diversos servicios online. Se utilizan como cualquier otra tarjeta de este formato, con las que, además, si se dispone de Internet, se puede subir el contenido a la Red sin necesidad de un ordenador, mediante la propia Eye-Fi.

Posteriormente evolucionaron a las tarjetas SD Eye-Fi X2, que usaban el estándar WiFi 802.11n, notablemente más rápido y con mayores velocidades de acceso.

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