Hepatitis infantil de origen desconocido
El aumento de casos de hepatitis aguda de origen desconocido en niños provocó una nueva alerta sanitaria global. Meses después, Sanidad da por concluida la vigilancia especial sin haber detectado más casos de los esperados en España. Te informamos de cómo ha evolucionado la situación.
Las autoridades sanitarias españolas han dado por concluida la vigilancia especial sobre el brote de hepatitis infantil de origen desconocido detectado el pasado abril en Reino Unido, en relación al cual se comunicaron casos en al menos 35 países y sobre el que la OMS decretó una alerta sanitaria internacional.
Tras meses de estricta monitorización, en España ni se ha encontrado un aumento de casos por encima de los esperado ni se ha determinado la existencia de una causa común de los casos declarados. ¿Cuáles son las conclusiones que se pueden extraer? ¿Tiene sentido mantener la preocupación?
Dudas sobre esta hepatitis aguda infantil
Casi trescientos casos casos en Reino Unido
El pasado 6 de abril de 2022, el Reino Unido notificaba un aumento de casos de hepatitis aguda infantil de causa desconocida. A fecha 24 de noviembre, ya tras varias semanas en tendencia descendente, Reino Unido contabilizaba un total de 280 casos en todo el país.
- La mayoría de los afectados tenía menos de 10 años.
- La enfermedad cursaba como una hepatitis aguda, con niveles muy elevados de enzimas hepáticas (transaminasas) e ictericia (coloración amarillenta de piel y mucosas).
- Algunos casos reportaron además síntomas gastrointestinales, incluyendo dolor abdominal, diarrea y vómitos.
- La mayoría de los afectados no presentaron fiebre.
- Los casos extremos requirieron atención en unidades especializadas e incluso trasplante de hígado.
Ninguno de los casos era atribuible a las hepatitis virales tipo A, B, C, D y E. También se descartó, ya desde su inicio, la relación con las vacunas contra la covid-19 (la mayoría de los casos se produjeron, de hecho, en no vacunados).
Varias decenas de casos investigados en España
Hasta el 8 de julio de 2022 se habían detectado en el mundo 1.010 casos probables según la definición de OMS en 35 países. Al menos 46 casos habrían requerido un trasplante de hígado y 22 habrían fallecido.
Tras esa fecha, la OMS no ha actualizado los datos, pero sí sabemos que en Europa, a fecha 24 de noviembre, 22 países habían notificado 572 casos, habiendose registrado 7 fallecimientos. De los 320 casos para los que se disponía de esta información, 24 habían precisado trasplante de hígado.
En España, entre el 1 de enero y el 23 de diciembre de 2022, se han investigado 61 casos no relacionados entre ellos. La mayoría fueron menores de 6 años, con una mayor proporción de niñas. La mayor parte de los casos se detectaron entre las semanas 10 y 17 de año (del 7 de marzo al 1 de mayo).
De los casos comunicados en nuestro país, casi todos tuvieron evolución favorable. A tres de ellos, sin embargo, se les llegó a realizar trasplante de hígado, de los cuales solo uno sobrevivió. Un tercer niño falleció sin llegar a ser trasplantado.
España: la situación no es diferente a la de años anteriores
A la hora de evaluar el impacto de esta nueva alerta en España, ya desde sus primeros informes las autoridades sanitarias españolas advirtieron que tanto el número de casos de hepatitis aguda infantil de causa desconocida como el de casos que requieren trasplante hepático se mantenía dentro de lo esperable de acuerdo a las estimaciones basadas en los datos de años anteriores.
Una estabilidad confirmada por el último informe de situación del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de Ministerio de Sanidad, publicado el 28 de diciembre, que destaca además la ausencia de una causa común identificable en los casos españoles. En conclusión, se da por concluida la vigilancia específica de estos casos, si bien el estudio de las posibles causas asociadas continuará en el ámbito de la investigación.
Adenovirus, principal sospechoso
El hecho de que la alerta inicial no se haya visto confirmada en España no significa que a nivel global no pueda identificarse una causa responsable del aumento global de casos. En este sentido, la infección por adenovirus, junto con otros cofactores que potenciarían su efecto, se sigue manteniendo como la hipótesis principal, tanto por lo que se refiere a los casos de Reino Unido como a un porcentaje importante de losdetectados en el resto del mundo.
Los adenovirus son una de las causas más frecuentes de gastroenteritis víricas en los más pequeños. Sin embargo, es raro que causen hepatitis. Entre las hipótesis que se barajan para explicar estos casos está la de que los menores afectados habrían desarrollado una susceptibilidad o respuesta anormal al adenovirus, que haría que este progresara más frecuentemente hacia la hepatitis. Ello podría deberse a:
- La falta de exposición a adenovirus durante la pandemia de covid-19.
- El efecto de una infección previa por SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19, u otra infección.
- Una coinfección con SARS-CoV-2 u otra infección. A este respecto, investigadores ingleses han encontrado una fuerte asociación entre la presencia en el organismo de los denominados virus adenoasociados tipo 2 (AAV2) y los casos de hepatitis infantil. Los AAV2 son virus que a su vez requieren de la presencia de adenovirus para poder replicarse, por lo que una de las hipótesis que han surgido con fuerza es la de que la coinfección de adenovirus y virus AA2 podría estar relacionada con estos casos.
- Una mayor frecuencia de infecciones normales por adenovirus, lo que hace que se ponga de manifiesto una complicación rara o poco reconocida.
- Una nueva variante de adenovirus, con o sin la contribución de un cofactor.
- Algún otro factor aún no identificado.
Atento a los síntomas de la hepatitis
Sin duda, es buena noticia que la preocupación de las primeras semanas no se haya visto confirmada por la evolución de los hechos.
En cualquier caso, no está de más recordar que los síntomas de estos casos de hepatitis de origen desconocido nunca fueron especialmente diferentes de los de otras hepatitis víricas, caracterizadas por ictericia (coloración amarillenta de piel y mucosas), heces blanquecinas, orina oscura, síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, diarrea, vómitos) y cansancio.
Si notas síntomas similares en tu hijo o algún niño de tu entorno, no dudes en consultar con el pediatra.
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