Privatizar la sanidad: ¿sí o no?
La privatización de la gestión de los servicios sanitarios es un tema complejo y polémico. Partidarios y detractores esgrimen sus razones, pero no hay datos fiables que justifiquen un cambio de modelo. OCU revisa los argumentos y hace propuestas.
Este asunto es un tema controvertido. Los partidarios de privatizar la gestión de los servicios sanitarios hacen hincapié en la falta de eficiencia del actual sistema, y critican su rigidez. Sin embargo, son muchas las voces críticas que se alzan contra las medidas que se están adoptando en los últimos tiempos en muchas comunidades autónomas y argumentan la falta de datos que justifiquen un cambio de modelo.
En OCU pasamos revista a los argumentos a favor y en contra, y hacemos nuestras propuestas para mejorar la eficiencia del actual sistema.
Este asunto es un tema controvertido. Los partidarios de privatizar la gestión de los servicios sanitarios hacen hincapié en la falta de eficiencia del actual sistema, y critican su rigidez. Sin embargo, son muchas las voces críticas que se alzan contra las medidas que se están adoptando en los últimos tiempos en muchas comunidades autónomas y argumentan la falta de datos que justifiquen un cambio de modelo.
En OCU pasamos revista a los argumentos a favor y en contra, y hacemos nuestras propuestas para mejorar la eficiencia del actual sistema.
Los argumentos que esgrimen los partidarios de privatizar son:
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Privatizar la gestión sería más eficiente, al permitir afrontar la rigidez del sistema actual con más flexibilidad.
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La privatización resultará más eficiente al conseguir mantener la calidad del servicio a un coste inferior.
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Los funcionarios, mutualistas de MUFACE, MUGEJU e ISFAS, pudiendo elegir, optan mayoritariamente por el sistema privado.
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El proceso de privatización no es nuevo: empezó hace años, especialmente en servicios no sanitarios.
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Los hospitales de Alzira (Valencia) y Valdemoro (Madrid), ya llevan tiempo privatizados, con un elevado grado de satisfacción por parte de sus pacientes.
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El gasto desmedido del Sistema Nacional de Salud en un momento de honda crisis.
Pero muchas otras voces expertas son críticas con el cambio que se propone. Como argumentos indican que:
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No está demostrado con datos concretos y reales que la gestión privada sea más eficiente. No existen estudios ni en España ni internacionales que avalen tal afirmación.
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No se ha llegado a un consenso para acometer un cambio de modelo de asistencia sanitaria.
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No se presentan medidas concretas para mejorar la eficiencia del modelo actual.
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Falta un análisis serio de las causas que han ocasionado las dificultades de financiación del Sistema Nacional de Salud.
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Los actuales problemas han sido causados en parte por la falta de planificación y racionalización sanitaria, que ha dado como resultado inversiones, cuando menos, temerarias. De hecho, en España no se rinden cuentas sobre la utilización de los recursos públicos, y hay falta de rigor y seguimiento de la asignación presupuestaria.
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Al actual proceso de externalización de la gestión de los servicios sanitarios le falta transparencia.
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Los ajustes de personal no deberían comenzar por los profesionales sanitarios, sino por ejercer control sobre quienes los dirigen, que deberían acreditar su competencia en el ámbito que van a gestionar.
Para poder tomar una postura motivada frente a la privatización o externalización de la gestión de los servicios sanitarios, hace falta disponer de datos. A juicio de OCU, no es admisible que se esté cambiando de modelo de sanidad pública en tantos hospitales y centros, con un compromiso a largo plazo (hasta 30 años en algunos hospitales), sin contar con datos concluyentes aportados por estudios independientes ni obtenidos de experiencias previas.
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Para OCU, lo prudente sería hacer una prueba piloto en uno o dos hospitales, con total transparencia, con datos objetivos y comparables con los de otros hospitales de características similares de gestión pública.
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Habría que establecer una auditoría regular e independiente de los costes y resultados en salud de los nuevos servicios.
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Sería muy orientativo llegar a comparar, gracias a la experiencia de mutualistas de MUFACE, ISFAS Y MUGEJU los datos de un servicio y otro (datos que por el momento no existen).
Y a partir de los resultados, tomar decisiones.
Ante la marcha atrás anunciada por el gobierno de la Comunidad de Madrid de la privatización de los seis hospitales públicos y otros centros sanitarios, OCU aprovecha la ocasión para recordar que el modelo de sanidad pública que tenemos es válido, aunque manifiestamente mejorable.
Algunas formas de mejorar su eficiencia pasarían por:
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Centralizar las compras.
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Utilizar la evaluación económica para la financiación de medicamentos y tecnologías sanitarias.
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Garantizar la eficiencia y transparencia en la planificación y utilización de los recursos públicos.
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Mejorar la protección del paciente, especialmente frente a corporativismos que impidan o dificulten las reclamaciones de los usuarios que han sido víctimas de una deficiente asistencia sanitaria.
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Modificar el estatuto de los funcionarios públicos.
Desde OCU, insistimos en que para mejorar la eficiencia del gasto sanitario, antes que hacer recortes, es necesario adoptar medidas como:
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Determinar indicadores comunes en todo el territorio para el análisis, la monitorización de la asignación de los recursos y la comparación de los costes y los resultados en salud, que garanticen la calidad de la atención sanitaria.
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Establecer una auditoría regular e independiente de los costes y resultados en salud de los servicios sanitarios.
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Mantener programas de formación y desarrollo de la atención primaria como base de la Sanidad.
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Asegurar el derecho a la sanidad transfronteriza, adoptando medidas para evitar abusos.